¿Qué veo este fin de semana? Cinco series fantásticas que no se parecen a nada
Los archivos de la enfermera escolar. Peculiar, graciosa, original y algo espeluznante, esta nueva serie coreana disponible en Netflix tiene una protagonista que encaja en todas esas categorías. La enfermera escolar del título, Ahn Eun-Young (Jung Yumi), sabe desde chica que el mundo no es lo que aparenta. O lo que los demás ven de él. Para ella, los espíritus de los que ya no están y los deseos de los que están vivos tienen una expresión concreta, material, una sustancia entre la gelatina y la jalea que lo impregnan todo. Pero eso no es todo. Para la mujer los monstruos existen aunque solo ella pueda verlos y combatirlos a su manera. Recién llegada a una escuela secundaria para hacerse cargo de la enfermería del lugar, Eun-Young pronto descubre los secretos que se esconden en el subsuelo del colegio, un terreno lleno de criaturas y una maldición que requerirá de todas sus habilidades para ser controlada. Entre el terror, la comedia y la fantasía delirante, la serie demuestra una vez más la capacidad de producción y los riesgos creativos que distinguen a la industria audiovisual de Corea del Sur. Una temporada. Disponible en Netflix
Mythic Quest: banquete de cuervos. Con un pie en la realidad y otro en el reino de fantasía en el que transcurre el videojuego en el centro de la trama, esta comedia juega con los contrastes entre los dos universos y declara que no hay nada más extraño que el mundo real. Al menos eso es cierto si uno trabaja en la compañía de juegos que desarrolla el exitoso Mythic Quest, creado por el visionario y egocéntrico Ian (interpretado por Rob McEllhenney, creador y guionista de la serie). Con el antecedente de haber realizado la exitosa comedia It’s Always Sunny in Philadelphia, McEllhenney y su equipo saben cómo construir una historia llena de personajes excéntricos pero no exageradamente extravagantes y cómo utilizar las bromas visuales para darle un respiro a los diálogos que se dicen a la velocidad de la luz. Entre ridículos y sensibles, los empleados de Ian intentan mantener el negocio a flote y a su juego entre los favoritos del público, aunque más de una vez se enreden en absurdas discusiones sobre la mejor manera de cavar un foso o la necesidad de sumar otra bruja sensual a la narrativa medieval. Una temporada. Disponible en Apple TV+.
Daybreak. Las historias de zombis son tan habituales en las ficciones televisivas que hasta dieron toda la vuelta y en algunos casos los muertos vivos se transforman en sufridos héroes y protagonistas del cuento. En este caso, se trata de darle una nueva perspectiva al subgénero imaginando los meses después de un apocalipsis biológico que eliminó a muchos de los adultos y a otros los convirtió en zombis, dejando a los adolescentes librados a su suerte, lo que resulta en una mezcla entre El señor de las moscas y Mad Max. Desde la perspectiva de Josh (Colin Ford), un alumno de secundaria ubicado fuera de las tribus rivales de populares y nerds, la serie combina elementos de terror ya conocidos con mucho humor y comentarios sobre el estado del mundo antes del desastre. Las redes sociales y el bullying, intenta decir la serie, pueden ser tan perjudiciales para la salud como un estallido nuclear. Una temporada. Disponible en Netflix.
Buffy, la cazavampiros. Durante años, esta serie era un espejismo, una referencia fundamental de la capacidad narrativa de la ficción televisiva que no había forma –legal– de revisitar o descubrir. Y como todo objeto de culto, la serie creada por Joss Whedon fue idealizada en ausencia como había sido subestimada cuando todavía estaba en el aire.Ahora disponible en Amazon Prime Video, se puede comprobar su calidad y durabilidad. La historia de Buffy Summers, la rubia porrista que resultaba ser una letal cazadora de vampiros y la pandilla de amigos que la ayudaban a sortear el universo de monstruos que tenían a su pueblo, Sunnydale, como punto de encuentro, estuvo adelantada a su tiempo. Mucho antes de que las series empezaran a considerar a la fantasía como un género digno de ser considerado más allá del nicho de sus fanáticos, y de que los personajes femeninos tuvieran la posibilidad de ser heroínas de acción y drama al mismo tiempo, el personaje interpretado por Sarah Michelle Gellar demostró que las buenas historias no conocen de límites de género. Siete temporadas. Disponibles en Amazon Prime Video.
Lovecraft Country. Con una mitología creada con elementos de los monstruos de fantasía de los libros de H.P. Lovecraft y aquellos muy reales que sostenían la división racial en los Estados Unidos de la década de mitad del siglo XX, esta serie contiene universos narrativos tan complejos como los conflictos sociales que expone.La historia comienza con Atticus (Jonathan Majors), un soldado que, de regreso de la guerra de Corea, está convencido de que la desaparición de su padre tiene una explicación vinculada con los mundos siniestros que habitan en la literatura de terror que tanto le gusta leer. Claro que lo que en principio se plantea como una epopeya en busca de ese padre ausente, con cada nuevo episodio de la serie basada en la novela de Matt Ruff, el relato muta y se transforma. Criaturas maléficas controladas por hombres igual de horribles y el racismo rampante y lacerante empujan los recursos del terror y la fantasía hasta el límite. Con la producción de J.J. Abrams y el director, actor y guionista Jordan Peele, Lovecraft Country sube la apuesta del género y convierte a una historia de época en crónica deforme de la actualidad. Una temporada. Disponible en HBO Go
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