Cinco series con adolescentes

Skins

7 temporadas. Netflix

Prototipo de la ficción rebelde inglesa -cuyo espíritu podría remontarse a la If... de Lindsay Anderson-, Skins consiguió un retrato adolescente complejo y nada condescendiente. Ambientada en un barrio de Bristol, la vida de sus personajes transita caos y pasiones en un lenguaje franco y algo procaz, donde lo cool se quita las vestiduras aceptables para volverse bastante provocador. A lo largo de más de sesenta episodios (emitidos originalmente entre 2007 y 2013), los personajes surfean tragedias familiares, problemas económicos, marginalidad y desorientación sexual, pero su fortaleza parece seguir intacta, al igual que su permanente desafío a las figuras de autoridad, las convenciones y toda norma social establecida.

The end of the f***ing world

1 temporada. Netflix

"Soy James. Tengo 17 años. Y estoy casi seguro de que soy un psicópata". Así comienza esta comedia negra inglesa, cuyo universo se construye alrededor del impensado romance entre dos marginados sociales. Si él es un psicópata -o por lo menos cree serlo-, ella reparte su ira y su inconformismo contra todo aquel que se atreva a enfrentarla. Creada por Charlie Covell e inspirada en el cómic de Charles S. Forsman, la serie sostiene ese tono suspendido entre la sátira y la locura absoluta. La dinámica entre el mundo de los adultos -una rara mezcla entre imposición y ridículo- y el de los adolescentes -sujeto a caprichos, silencios y arrebatos- es la clave de la propuesta, cuya estética le debe mucho al indie, sobre todo al desapego y a la extrañeza de Wes Anderson.

American Vandal

1 temporada. Netflix

Parodia de la fascinación estadounidense con las series true crime, American Vandal adopta la mirada adolescente como estrategia humorística: tanto acusados como investigadores juegan al gato y al ratón, haciendo de la verdad tras sus acciones y testimonios la clave a descubrir. El rigor en el seguimiento del formato y la decisión de convertir al grupo de documentalistas que sigue el suceso en una cofradía adolescente de colegio secundario resultan los mayores aciertos. Así, una serie de pintadas obscenas en los autos estacionados en una escuela secundaria se convierte el epicentro de un dilema: ¿es ese un acto de vandalismo o una forma de protesta? Que el acusado sea uno de "los sospechosos de siempre" le permite a la serie coquetear con el misterio.

Everything sucks!

1 temporada. Netflix

Lamentablemente cancelada, Everything Sucks! mostró un gran sentido del timing narrativo, un ingenioso uso del universo noventoso y sus guiños culturales, y una especial sintonía con la diversidad de los tiempos actuales, sin demasiados subrayados ni forzamientos. La historia de un grupo de jóvenes transita la tan mentada educación sentimental con notable simpatía, eludiendo los consabidos dramatismos adolescentes y con mucho del humor slacker que en esa década definió a la comedia. Con mucha de la música y el cine de la época, la serie creada por Ben York Jones y Michael Mohan retrata amistades impensadas y amores contrariados sin concebir la época a partir de un listado de generalidades.

Kiss me first

1 temporada. Netflix

Una adolescente, luego de la muerte de su madre, encuentra en sus furtivas escapadas a una encantadora e inquietante realidad virtual el único posible bálsamo. Inspirada en la novela de Lottie Moggach, la miniserie de la BBC combina los juegos de animación con los dilemas de una temprana y forzada adultez, en clave nunca demasiado trágica. Leila comienza una fascinante aventura en la misteriosa Azana, un juego de realidad alternativa en el que se convierte en Shadowfax y persigue a una joven misteriosa a lo largo de bosques y acantilados digitales. Deudora declarada de las invenciones de las Wachowski, Bésame primero utiliza el mundo alternativo como eco del real, en el que las identidades se tensan y los sentimientos se tornan tan confusos como reveladores.

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