Cinco razones para ver The Lazarus Project, una serie de ciencia ficción distinta y atrapante
El nuevo programa británico se puede ver a las 22.30, por la señal Universal+
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Cada tanto alguna serie logra destacarse entre la multitud de programas que se estrenan casi diariamente gracias a un concepto atrapante, actuaciones sobresalientes y unos guiones que se esmeran en ir más allá de la superficie del cuento a desarrollar. A veces, sin la promoción de otras ficciones de perfil más alto, estos programas pueden pasar desapercibidos para los espectadores que dicen añorar propuestas más allá del algoritmo de las plataformas de streaming, pero pocas veces se deciden a salir a buscarlas. The Lazarus Project, la serie estrenada hace pocos días en la señal Universal+, es una de esas ficciones distintas que le propone al público una experiencia de visionado entretenido aunque no superficial, un recorrido fascinante que invita a la reflexión sin desacelerar el ritmo de un relato original, inteligente y sensible.
La historia: el destino de la humanidad, en juego
“Esto es demasiado para asimilar”, dice George, el personaje central de este relato de ciencia ficción. Abrumado cuando se entera de que existe una organización secreta, el proyecto Lazarus del título, que utiliza la física cuántica para viajar en el tiempo y salvar al mundo de su total destrucción, George al menos encuentra en la escueta explicación que le da una de las agentes un sentido a los confusos recuerdos que experimenta en solitario. Es que en una especie de día de la marmota apocalíptica el experto en sistemas londinense se despierta varias veces en un mismo día, un rulo temporal que solo él parece percibir. Con una nueva pandemia en el horizonte y su vida personal afectada por la certeza de que algo muy extraño está sucediendo con el mundo, a George no le queda otra que adaptarse y sumarse a la agencia clandestina que entre un reseteo y otro pone en cuestión el destino de la humanidad.
El género: ciencia ficción + drama
Pensado como un relato de ciencia ficción con mucho de drama, la serie creada por Joe Barton, guionista y productor del excelente policial Giri/Haji (disponible en Netflix), utiliza acontecimientos históricos como la crisis de los misiles entre los Estados Unidos y la Unión soviética en 1963 o la emergencia sanitaria causada por el Coronavirus para construir el verosímil del relato. “¿Cómo crees que conseguimos la vacuna en apenas 9 meses?”, le cuestiona Archie, la valiente agente que guía a George luego de explicarle a lo que se dedica y porque él podría sumarse a sus esfuerzos. Con pinceladas de un humor seco típicamente británico y sin desatender las pequeñas y grandes dificultades que los personajes centrales atraviesan en su vida cotidiana entre una misión y la otra, aun cuando el mecanismo para viajar en el tiempo en el centro de la trama no se explica con demasiado detalle, el cuento es tan sólido que no hacen falta esas precisiones para creer en todo lo que se ve en pantalla.
El protagonista, un acierto
En el papel de George aparece el actor británico Paapa Essiedu, al que algunos espectadores recordarán por su brillante interpretación en la serie I May Destroy You. Aquí, el intérprete formado en el teatro shakesperiano y de larga experiencia en la TV inglesa, representa la perspectiva de los espectadores que lo acompañan en el descubrimiento de los secretos que apenas un puñado de personas conocen. Así, el autodenominado nerd debe entrenarse para estar a la altura de sus nuevos colegas espías al tiempo que, a diferencia de ellos, padece el frenético desenlace de una misión que no sale según lo planeado. Sobre la base de su punto de vista, la ficción encuentra un terreno desde la que desarrolla sus costados más delirantes. Essiedu es al mismo tiempo un hombre inteligente y perceptivo y el romántico novio que desespera ante la destrucción de su pareja cuando sus “visiones” lo trastornan o cuando las consecuencias del experimento temporal ponen en riesgo la vida de los que más quiere. “No soy Jason Bourne”, dice George en uno de los primeros episodios de la serie para recordarle a sus superiores que más allá de su extraña capacidad para recordar lo que la mayoría no puede, sigue siendo un hombre común enredado en una circunstancia extraordinaria, una situación límite que el actor juega con notable destreza.
Un villano diferente
Uno de los aspectos más interesantes de la trama de la serie es el espacio que le reserva a su villano. En el comienzo poco se sabe del exagente de la organización secreta de nombre Rebrov más allá de su intención de poner fin a su manipulación de la realidad y el tiempo. Sus planes criminales que parecen la obra de un megalómano fuera de control con el correr de los episodios empiezan a cobrar otro sentido. Interpretado por el actor inglés Tom Burke (Mank), Rebrov es un personaje trágico, un profeta al que nadie quiere escuchar cuando intenta advertir a la agencia de los peligros de manipular el tiempo y sobre la posibilidad de que los intentos de salvar al mundo tal vez lo hayan terminado de condenar sin posibilidad de redención alguna. La interpretación de Burke como el agente que después de experimentar demasiados reseteos en busca de salvar a la humanidad de sí misma, ubica al personaje lejos de la caricatura que los relatos de espías le suelen asignar a sus villanos. Quebrado y desesperado por respuestas que nadie está dispuesto a darle, Rebrov quizás sea el más heroico de los malos del cuento.
Un elenco acertado
La trama de la serie supone la repetición de muchas situaciones en las que los personajes deben actuar de maneras distintas para corregir la trayectoria autodestructiva del mundo. Una misión aparentemente noble llevada a cabo por un grupo de agentes convencidos de que sus pérdidas personales y conflictos emocionales son un precio justo a pagar por salvar a la humanidad entera. Aunque ese conflicto tiene como eje a George y Rebrov, lo cierto es que el guion se ocupa de incluir y darle espacio a las perspectivas del resto de los personajes involucrados en el plan secreto. Entre las líneas argumentales más destacadas está la de Archie (Anjli Mohindra), como la agente experta que defiende a la organización para la que trabaja intentando no involucrarse emocionalmente ni “jugar a ser Dios”, el opuesto racional del pasional George cuya inteligencia queda en segundo plano cuando se trata de salvar a sus seres queridos
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