Somerset, REINO UNIDO.- Dos jóvenes permanecen sentadas en una de las tantas habitaciones de su suntuosa mansión londinense del siglo XIX, esperando la visita de los pretendientes que tocarán el timbre tras haberlas visto en el llamado "baile de las debutantes" . Mientras aguardan, con el peinado impecable y un vestido encorsetado que las hace sangrar, de repente comienza a sonar una versión instrumental del tema "Girls Like You" de Maroon 5 y así, en unos minutos, comprendemos que no estamos ante una serie más de época: estamos ante la impronta que Chris Van Dusen –mano derecha de la exitosa showrunner, Shonda Rhimes– le puso a nada menos que la primera producción de Shondaland para Netflix: la ambiciosa Bridgerton.
Basada en la saga de novelas de Julia Quinn, la primera temporada de la serie, que se estrena el viernes 25 en el gigante del streaming, tiene como contexto la dinámica de la alta sociedad durante el período conocido como la Regencia en el Reino Unido, cuando las mujeres eran exhibidas en fastuosos bailes en diversos palacios aristocráticos para captar la atención de hombres con quienes pudieran casarse, dentro de lo posible, en el corto plazo, y para complacer también a sus respectivas familias. Van Dusen utiliza anacronismos no solo en plano musical sino también en el vestuario –cada traje, cada vestido, cada accesorio, tiene un toque de osadía que no se encuentra en los libros de historia–, y en el ida y vuelta de los numerosos personajes, quienes frecuentemente se alejan de los diálogos acartonados. El ejemplo más claro de esto es el de Lady Whistledown, una escritora cuyo rostro no conocemos, y que lleva la voz de Julie Andrews. ¿El objetivo? Exponer los secretos más escandalosos del denominado "mercado del matrimonio" con frases punzantes, cínicas, e hilarantes, todas en un mismo panfleto repartido por los barrios londinenses para sacudir el avispero.
Esa decisión de respetar lo histórico como punto de partida para concebir algo novedoso es equiparable a la necesidad de las mujeres de la serie de dejar de vivir encorsetadas para plantarse con sus propias reglas. A comienzos de noviembre de 2019, en tiempos pre-pandemia, LA NACION estuvo presente en la filmación de Bridgerton en la emblemática casa de campo Leigh Court, en Somerset, Reino Unido, cuyo vasto parque, por unas semanas, se llenó de motorhomes donde los actores ensayaban sus diálogos para los primeros episodios de la serie, donde los vestuaristas protegían sus vestidos y les daban los últimos retoques, y donde el sector de maquillaje y peinado conservaba cientos y cientos de pelucas. Por dentro, en cambio, la casa se había convertido en un palacio en el que tenía lugar un baile cuya coreografía iba más allá de la literalidad: ese baile representaba una transacción.
"Después de hacer Scandal quería meterme de lleno en algo completamente diferente", le explica Van Dusen a LA NACION, mientras de fondo se escucha "¡corten!" y el director de ese episodio se detiene a mirar las dailies [tomas diarias].
"Hablé con Shonda, le dije que estaba leyendo los libros de Julia Quinn, y le propuse el proyecto que iba a convertirse en el primero para Netflix; ella también estaba familiarizada con el material, ambos nos enamoramos de la historia. Se trata de una serie muy romántica, pero al mismo tiempo muy sensual, que navega por una sociedad compleja, con sus reglas intrínsecas, con cierta estructura. Mi idea entonces fue la de hacer una serie de época, pero aggiornada. Creo que estamos creando un nuevo género con Bridgerton", promete el showrunner y guionista, quien, quizá sin advertirlo, está buceando por narrativas similares a las de Scandal, solo que en otro contexto, pero también con muchas vueltas de tuerca en sus ocho episodios de una hora de duración. "La mirada es moderna, hay muchas sorpresas a nivel argumental, y en definitiva es una serie sobre mujeres que me entusiasma contar, por eso es un honor que Shonda me haya cedido la batuta", expresa.
Amor... ¿por conveniencia?
Bridgerton tiene como pareja central a la de Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor), una joven que se preparó toda su vida para el debut en el mercado matrimonial, y Simon Basset, el duque de Hastings (Regé-Jean Page), un verdadero rebelde que, por el contrario, no cree en la institución del matrimonio. Los deseos de Daphne contrastan con los de ese joven con quien, a su pesar, establece un arreglo: para no ser perseguidos por sus familias con presiones, fingen entablar una relación y, como toda novela que toma a Jane Austen como inspiración, sabemos que ese vínculo áspero por conveniencia irá mutando hacia uno más romántico.
"Mi personaje creció en una burbuja", dice Dynevor sobre Daphne. "Realmente no sabe lo que es el amor, por lo cual en un punto la serie muestra su historia coming of age. Ella es muy ingenua, no tiene mucha experiencia y simplemente está buscando la persona adecuada" , añade mientras se acomoda los zapatos. La actriz, tras filmar varias tomas de una secuencia de baile, alude al vestuario. "Me encanta ser parte de este mundo extravagante, con tan solo ponerme la ropa siento que estoy en un proyecto épico, es muy emocionante ver cómo cobra vida gracias al diseño de producción", remarca la joven, que es fanática confesa de Orgullo y prejuicio. "Hay algo de esa novela y su adaptación aquí, pero Chris le puso más comedia. Los guiones son brillantes y me gusta que Daphne sea una mujer feminista que termina tomando el control de lo que quiere y que sabe cuándo negarse a lo que no tiene ganas de hacer" , apunta.
Su partenaire en la mayoría de las escenas, Regé-Jean Page, se acerca en un sector de esa emblemática casa, con el traje que el duque de Hastings usó para el baile y, como muchos actores, se refiere el agotamiento de esas secuencias. "Oh, sí,", dice, entre risas. "Si hay algo que van a ver en la serie, son bailes". El actor revela que siempre quiso trabajar en una producción de Shonda Rhimes. "Soy muy fan de todo lo que ha hecho, y valoro mucho esta oportunidad. Tanto Shonda como Chris hacen series que están dentro de la cultura popular, que al mismo tiempo movilizan e inspiran", subraya. "Bridgerton también me dio la oportunidad de recorrer Inglaterra, país al que tenía olvidado, y reconectarme con diferentes ciudades", agrega, en relación a locaciones como la ciudad de Bath, y los condados de Yorkshire y Hertfordshire.
Las series de Shonda Rhimes son parte de la cultura popular, movilizan, inspiran
"Bridgerton tiene la mismas tragedias y amores que muchos otros relatos, no deja de ser universal, solo que los personajes se expresan de un modo diferente, va todo muy rápido, y hay una gran atención al detalle; como en todo lo que sucede con los personajes mientras bailan" , adelanta. Lo mismo dice Adjoa Andoh, quien interpreta a Lady Danbury, suerte de madrina de Simon. "Los bailes son el escenario donde se realizan los negocios, las mujeres son presentadas a la sociedad, las dinastías se juntan allí, es algo comercial. Ahora tenemos otra mirada, pero en la sociedad que retrata la serie, la mujer buscaba casarse bien", manifiesta la actriz a LA NACION, antes de ser convocada para retomar una escena.
La favorita
Nicola Coughlan, la actriz irlandesa que alcanzó un merecido reconocimiento hace dos años gracias a su interpretación en la brillante serie de Netflix, Derry Girls, aparece en el set con un vestido sencillo, una cartera, y se sienta para conversar con este medio. "Hoy no me toca filmar", aclara, mientras tímidamente comienza a explayarse sobre Penelope Featherington, la outsider de su familia y del mundo en el que se mueve, que se convirtió en la favorita de los fanáticos de la saga de novelas. "Me tocó el personaje más querido de la novela y todavía no puedo creerlo. Shonda miraba Derry Girls y simplemente me ofreció el papel, que además es completamente diferente al de esa serie", cuenta. En efecto, Penelope es más introvertida, mientras que Clare es puro desparpajo. Bridgerton le brinda a Coughlan la posibilidad de mostrar su versatilidad.
"Me encanta este papel, ella vive en su cabeza, es muy tímida, le cuesta expresarse, y además sufre por un amor no correspondido. Tiene muchas aristas diferentes, y realmente no me esperaba ser parte de esta serie, pensé que iba a tener que hacer miles de audiciones y no fue el caso", comparte con la misma felicidad con la que su colega, Claudia Jessie –quien interpreta a la mejor amiga de Penelope, Eloise Bridgerton–, habla sobre la serie que mañana debuta en Netflix.
"Muchas producciones de época se parecen entre sí, pero aquí esa época, diría, es casi accesoria, porque la naturaleza humana es la misma. El amor sigue siendo poderoso, la familia es importante, y así podría seguir. En las redes ahora se habla como sucedía antes en esos bailes. Estamos ante una sátira que va a gran velocidad y que es muy inteligente", remarca la actriz quien, como el showrunner, destaca la atemporalidad de Bridgerton.
De hecho, allí, en ese palacio, mientras la prensa podía acceder a la filmación de esos míticos bailes, la sensación era dual: podías transportarte a otro mundo y, en simultáneo, las conversaciones se sentían muy actuales. No todo ha cambiado tanto cuando de amor y desamor se trata, y Van Nusen busca reflejar eso, y nos comparte un deseo. "Quiero que lloren, quiero que se diviertan... quiero que se enamoren de todos los personajes".
Cuándo y dónde verla. La primera temporada de
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