Este martes llega a Star+ la ficción basada en la vida de Somen “Steve” Banerjee, un empresario de origen indio que se convirtió en pionero dentro una industria que ignoraba al público femenino; el actor Kumail Nanjiani dio detalles a LA NACION acerca de los desafíos de componer a un personaje con muchas aristas dramáticas
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Kumail Nanjiani escapa de las etiquetas. El actor pakistaní que ganó fama gracias a su trabajo en Silicon Valley y en la notable película Un amor inseparable, se convierte en el protagonista de Bienvenidos al Chippendale, una serie centrada en la figura de Somen “Steve” Banerjee, un empresario de origen indio que se convirtió en pionero dentro la industria de los strippers masculinos.
En una entrevista con LA NACION, Nanjiani explicó los secretos detrás de esta ficción y por qué interpretar a Steve le permitió salir de su zona de confort.
El éxito del Chippendale
El uniforme es un ícono en sí mismo. Hombres con el torso desnudo, llevando apenas un moño, a medida que se sacan la ropa y realizan todo tipo de bailes. Desde su fundación en 1979, el Chippendale fue el primer club de strippers masculino de Estados Unidos y punta de lanza de un negocio que históricamente ignoraba al público femenino. Y la gran mente detrás de eso fue la de Somen “Steven” Banerjee, un visionario que supo construir un verdadero imperio, pero cuya vida tuvo un final inesperado.
La historia del Chippendale esconde turbios secretos, y mientras los medios se hacían eco de ese negocio y del entusiasmo de quienes iban a ver el provocativo show, en la cocina de ese club se tejió un crimen que terminó por sepultar al responsable de dicho éxito. La riqueza de este relato de ascenso y caída fue, justamente, lo que motivó a Nanjiani a interesarse por este proyecto. “Me atrajo la historia, y todo lo que sucedió en el detrás de escena durante las primeras décadas del fenómeno Chippendale. Yo no podía creer que todo eso hubiera sido real, sucedieron cosas muy salvajes de las que no sabíamos mucho. El Chippendale es una parte muy importante de la historia popular, y fue muy interesante tener la oportunidad de interpretar a un personaje como este”, explica. A quien se refiere el actor es a Banerjee, un hombre de múltiples rostros que le significó al actor su primer protagónico al frente de un drama.
Las dos caras de Steve
Somen Banerjee -o “Steven”, como le decían- nació en Bombay, en 1946, y pocos años después se instaló en los Estados Unidos con la intención de vincularse al mundo del entretenimiento. Luego de algunos pasos en falso, como la inauguración de un club de backgammon, Banerjee fundó el club Destiny II, con shows de desnudos femeninos como principal ingrediente. Pero en 1979, al empresario se le ocurrió darle una vuelta de tuerca a ese emprendimiento y decidió presentar espectáculos de striptease masculinos, dándole nacimiento al Chippendale. El descomunal éxito que significó esa idea catapultó a Steve y a unos de sus empleados, el coreógrafo Nick de Noia.
A medida que el Chippendale se convertía en un fenómeno, Banerjee no dejaba de mirar con recelo la trascendencia que había ganado De Noia, a quien el público comenzó a asociar como el único artífice detrás del show de strippers masculinos. De carácter reservado, Steve no era conocido por el gran público, mientras que en la vereda opuesta, el coreógrafo se la pasaba dando entrevistas y coronándose como un verdadero mediático. El paso del tiempo hizo un efecto bola de nieve, y el resentimiento de Steve llegó al punto de contratar a un sicario para que matara al coreógrafo.
Para Nanjiani, Steve es un personaje tan interesante como despreciable: “Lo fascinante sobre él es que no creo que se viera a sí mismo como un mal tipo. Desde luego que hizo cosas malas, pero siempre encontraba la manera de echarle la culpa a otras personas. Y para mí ese era el desafío al interpretarlo: buscar la forma de reflejar cómo desviaba su maldad hacia otras personas. En los momentos en los que cometía un error o hacía algo estúpido, él siempre encontraba el modo de responsabilizar a un tercero. Era alguien que nunca aceptaba la responsabilidad de sus acciones”.
Componer a Banerjee le permitió a Nanjiani comprender el perverso modo en el que se movía el empresario. “A medida que lo interpretaba, sentía que Steve le encontraba una lógica a todo lo que hacía, y en algún punto hasta me dio lástima. Pero una vez que vi los episodios terminados, sentí repulsión por este personaje y me enojé mucho con él. A fin de cuentas, es indudable que Steve fue alguien realmente malvado, pero solo pude notarlo a la distancia”, reflexiona.
Escapar de los rótulos
Nanjiani destaca que encarnar a Steve lo llevó a reflexionar acerca de las emociones masculinas y cómo históricamente los hombres parecían elegir no estar en contacto con aquello que les pasaba en su intimidad. A lo largo de varias décadas, las ficciones mostraban a los hombres como personas incapaces de atravesar angustias o tristezas, o eso que Tony Soprano denominó alguna vez “el tipo de hombre fuerte, silencioso”, en referencia a los héroes clásicos compuestos por Gary Cooper. “Pensé mucho en esa manera cerrada en la que era definida la masculinidad tradicional aquí en los Estados Unidos. Parecía que la única emoción válida para mostrar era la furia, nada de miedo, tristeza ni felicidad, eso no era masculino”, apunta.
“Si ves muchas representaciones de felicidad masculina, los tipos festejan como si estuvieran enojados, como si solo la furia fuera una emoción válida. Y esta idea fue clave al momento de representar a mi personaje, quien tiene tanta tristeza en su interior que, en vez de lidiar con ella, prefirió convertirla en una profunda ira apuntada hacia otras personas. Creo que muchos hombres se encierran en sí mismos y terminan encerrando a quienes los rodean, y a Steve le pasaba eso; si él hubiera estado en contacto con su soledad y con su tristeza, su historia no hubiera estado teñida de tragedia”, arriesga el actor.
Con más de diez años de carrera en Hollywood, Nanjiani intenta establecerse no solo como un comediante: si bien sus primeros roles importantes estuvieron vinculados al humor, actualmente el actor busca huir del rótulo. Por ese motivo es que Bienvenidos al Chippendale le da la posibilidad de mostrar otra faceta. “En este negocio es muy sencillo que te pongan siempre en el mismo casillero, y te digan ‘vos siempre vas a hacer esto, porque es lo que podés hacer’. Por eso creo que esta es una gran oportunidad para ponerme a prueba a mí mismo como actor, y también comprobar cómo me ve la gente. Yo sabía que iba a ser difícil, pero me sentía preparado para encarar a un personaje de este calibre”, le dice a LA NACION.
“La razón por la que me volví un comediante, fue por artistas como Robin Williams, quien siempre me pareció increíblemente divertido y al que crecí viendo en pantalla. Pero él hizo muchos papeles dramáticos, y no le temía a la oscuridad. Robin Williams interpretó personajes realmente muy oscuros. Y si pensás en gente que hizo comedia de alto nivel, y después logró papeles dramáticos relevantes, creo que él fue insuperable. Entonces me doy cuenta que si mi mayor héroe hizo ese tipo de carrera, al menos yo debía intentar hacer lo mismo”, finaliza.
Bienvenidos al Chippenadale ya se encuentra disponible en Star+.
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