La sátira animada de los noventa pisó fuerte en materia de polémicas, pero el tiempo confirmó su relevancia; por estos días, Paramount+ estrenó una película que tiene a los irreverentes adolescentes animados como protagonistas
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A mediados de los noventa, Estados Unidos (y otros países del mundo), se entregaba a la fiebre de Beavis & Butt-Head. Mientras muchos adultos creían que la cultura no podía caer más bajo, los adolescentes de la época vestían con orgullo remeras de esos dos personajes, mostrando sus traseros o haciendo gestos obscenos. Y este show producido en la época de oro de MTV, sobrevivió a numerosos ataques sin perder nunca su popularidad. Por ese motivo, a casi veinte años de su estreno, repasamos su historia y su gran regreso a través del film, Beavis & Butt-Head recorren el universo.
Mike Judge y la animación como salida
Con poco más de veinte años, Mike Judge tenía resuelto dedicarse a enseñar matemática en colegios secundarios. Él era un hombre ingenioso, amante de la música y dueño de un filoso poder de observación. Y aunque pasaba su tiempo estudiando para ser profesor, por su cabeza siempre pasaba el deseo de concretar un capricho. “Siempre tuve ganas de hacer algo en animación”, confesó en una entrevista, y agregó: “No dejaba de pensar que cuando fuera rico o cuando me jubilara, iba a querer probar suerte en la animación”.
Afortunadamente, no esperó a ninguna de esas alternativas para comprar algunos elementos que le permitieran realizar breves piezas animadas. Y con lo que pudo adquirir por doscientos dólares, entre el año 1991 y 1992 hizo algunos cortos, entre los que se destacó Office Space. Esa pieza se convirtió en un inesperado negocio cuando cayó en las manos de los responsables del canal Comedy Central, quienes se la compraron por dos mil dólares. De ese modo, algo que parecía un juego de golpe era la promesa de una carrera artística. Decidido a apostar por ese camino, Judge abandonó sus planes de enseñar matemática y se metió de lleno a dirigir nuevos cortos animados.
En 1992 realizó una breve historia llamada Frog Baseball, en la que aparecían dos jóvenes idiotas de risa contagiosa y nombres imposibles, Beavis y Butt-Head. El corto entró en la grilla de un festival de animación, y allí mismo MTV compró la idea, con la intención de poner en marcha una serie dedicada a estos personajes. Frog Baseball estaba animado de forma amateur, su historia era insignificante, pero a ojos de un canal deseoso de transgredir, esos protagonistas eran oro en polvo.
En muy poco tiempo, Judge había pasado de soñar con una carrera en animación a tener un contrato firmado con MTV para escribir 35 episodios de los flamantes Beavis & Butt Head. El debut de la nueva propuesta, estaba pautado para el 8 de marzo de 1993, y sin perder un minuto, el escritor comenzó la producción de su primera serie animada.
Ecos de la juventud
A la hora de crear a sus personajes, Judge se retrotrajo a sus años escolares. Un vecino de su infancia al que apodaban Iron-Butt (porque aseguraba que podían patearlo en el trasero sin que sintiera nada), fue la base del nombre Butt-Head. Otro amigo, cuyo nombre completo era Bobby Beavis, le prestó su apellido al segundo protagonista de la serie. Y por último, la característica risa de ambos era un homenaje a un compañero de secundaria de Judge, al que describió como un tipo tremendamente aplicado, que siempre se sentaba en el primer pupitre y se echaba a reír de forma exagerada ante los chistes de cada maestro. Pero esas características eran apenas la cáscara de dos personajes mucho más ricos en su esencia.
Cada episodio tenía un esquema muy sencillo que consistía en fragmentos de una historia corta, que se alternaban con la dupla frente a la televisión opinando sobre algún video clip que solía rotar en la pantalla de MTV. Beavis y Butt-Head se convertían, de ese modo, en testigos inmediatos de esa revolución en forma de clips, compartiendo un espacio en común con los televidentes de ese canal. Y Judge, que era la voz detrás de sus dos personajes, se daba un lujo que solo la comedia más avispada se podía dar, y era el de satirizar a sus propios seguidores. Porque a fin de cuentas, Beavis y Butt Head eran una parodia del público MTV, de esos adolescentes que se tentaban con el ruido de un gas o que se pasaban horas y horas mirando videos musicales. Quizá los fans no eran muy conscientes de este mecanismo, pero cuando se reían con Beavis y Butt Head, sin saberlo, en realidad se estaban riendo de sí mismos.
Inicialmente, los segmentos de los personajes frente a los clips estaban guionados de antemano, pero a Judge lo traicionaba su deseo de improvisar. “Muchas veces, con los guionistas intentábamos escribir algunas pautas, pero después de sentarnos a ver mil veces cada uno de esos video clips, yo me metía en la cabina de doblaje y terminaba por decir cualquier otra cosa”, explicó.
Beavis & Butt-Head era una formula perfecta. Su humor incorrectísimo caló muy profundo, y esos chistes presuntamente idiotas se convirtieron en emblema de toda una generación. Pero, como era de esperar, la acidez de estos personajes no tardó en granjearse algunas rivalidades.
Enemigos públicos
Un título de gran popularidad, centrado en dos adolescentes obsesionados con el sexo, de una conducta totalmente inapropiada y entregados al placer de pequeños actos vandálicos, desde luego, iba a levantar polvareda. Y esos elementos, que camuflan el gran ingenio de este programa, alcanzaron para que varios sectores emprendieran una dura batalla contra el show.
Los primeros que levantaron la mano en contra de estos héroes improbables fueron las bandas, cuyos videos recibían comentarios burlones por parte de los dos protagonistas. Y quienes más reclamos hicieron al respecto fueron los integrantes de Winger, que en más de una oportunidad sufrieron las bromas de Beavis y su amigo. Frente a las constantes quejas de esos músicos, Judge redobló la apuesta e inventó a Stewart, un niño repelente que usaba remera de Winger y que era ridiculizado por los protagonistas. En la vereda opuesta, Rob Zombie festejaba que Beavis y Butt-Head fueran fans de White Zombie, ya que gracias a eso las ventas de su último disco se dispararon considerablemente.
Otra de las críticas habituales que recibía la ficción, era la ausencia de personajes femeninos. Judge tomó nota de esa observación, y así nació Daria. Basada en la actriz Janeane Garofalo, era compañera de colegio de los protagonistas, aunque estaba en las antípodas de las estupideces que solían realizar ellos.
Daria era un personaje encantador desde su cinismo y su desinteresada (pero inteligente) personalidad, que reflejaba la pose de muchos adolescentes. El éxito de Daria, derivó en un spin off que duró 65 episodios, emitidos entre 1997 y 2002.
Pero sin lugar a dudas, el gran conflicto que enfrentó la serie ocurrió en 1993, cuando un pequeño de cinco años prendió fuego su casa, matando en ese episodio a su hermana de dos años. La madre del niño declaró que la culpa de todo la tenía Beavis & Butt-Head, de quienes su hijo era fan (aunque el dibujo se emitiera en horario nocturno, en un canal de consumo adolescente, y con un cartel que indicaba que no debía ser visto por menores). Ante ese comentario, varios políticos y habituales guardianes de “las buenas costumbres” fueron ansiosamente a ver qué era eso llamado Beavis & Butt-Head. Y descubrir un episodio llamado “Comedian”, en el que Beavis prende fuego un club de comedia, alcanzó para darle sustento a esa acusación.
En los meses posteriores al incendio, comenzó una cruzada contra Beavis & Butt Head, y MTV dejó de emitir algunos capítulos o a quitar escenas con chistes vinculados al fuego (Judge aseguró una vez que hay versiones originales perdidas de un par de episodios). En algunos colegios de Estados Unidos se llegó a prohibir el uso de remeras alusivas a esa serie, y en el Senado se debatió sobre los contenidos violentos televisión. En ese contexto, un senador apuntó sus críticas contra esta ficción, a la que denominó Buffcoat and Beaver (un fallido que Judge no pudo resistirse a utilizar como chiste, en uno de sus capítulos).
Como era de esperar, esos intentos de censura solo lograron que los jóvenes se interesaran aún más por una ficción que se constituía como un acto de rebeldía. Y para los adolescentes, eso era un canto de sirena.
Judge se despide de sus criaturas
Y de golpe, Beavis & Butt-Head era conocida a nivel mundial. Entre sus fans figuraban grandes estrellas como Marlon Brando y Johnny Depp - se dice que en el set de Don Juan de Marco, ambos actores hablaban y reían con frecuencia como estos dos personajes-, Patrick Stewart y Matt Groening. Los personajes animados se dieron el lujo de aparecer en un video con Cher y en otro con los Red Hot Chilli Peppers, presentaron un rubro en los Oscar, fueron tapa de la Rolling Stone, protagonizaron video juegos, se pasearon por los late night shows de moda, protagonizaron un largometraje animado en el que pusieron sus voces Bruce Willis y Demi Moore, y hasta hubo un intento fallido de hacer una película de imagen real, con David Spade y Chris Farley.
Con siete temporadas a cuestas, en el año 1997, Judge decidió ponerle punto final a su serie. “Habíamos superado los doscientos episodios. Después de la segunda temporada, me acuerdo que pensé ‘¿cómo voy a seguir con esto?’. Ahí ya estaba quemado, pero pude seguir adelante varios años más. Pero ya no podía más. Hacía todo lo más rápido posible, los capítulos se emitían al aire lo más rápido posible, y jamás me había tomado un descanso. Y ya siento que es tiempo de retirarme, antes de que esto envejezca de golpe”, asumió por entonces. De ese modo, el 28 de noviembre de 1997, y en su capítulo número 203, Beavis & Butt-Head se despidió del aire, consagrado como uno de los mayores íconos de la tele noventosa.
Un feliz reencuentro
Aunque no estaba en pantalla, Beavis & Butt-Head nunca perdió su popularidad. En el imaginario de quienes vieron la emisión original, ellos eran íconos transgresores en una televisión que cada vez más abrazaba la corrección política. Y si bien Mike Judge estrenó otras ficciones brillantes (Los Reyes de la colina, Silicon Valley, o una película trágicamente relevante como Idiocracia), la chispa de Beavis & Butt- Head resultaba única en su estilo. Por ese motivo, en 2011 hubo una octava temporada, que demostró que la fama de estos personajes permanecía intacta. Afortunadamente, ese no fue el final de la historia.
Hace pocas semanas, Paramount+ estrenó Beavis & Butt-Head recorren el universo, un nuevo largometraje de esta inclasificable dupla. Escrito por el propio Judge, este film es la confirmación de algo que muchos sospechaban, y es que Beavis y Butt-Head son inoxidables y siempre reflejan el lado más absurdo de la sociedad (sea de la época que sea). Y gracias a una película que vale la pena descubrir (y que dará pie a una nueva temporada, que llegará en agosto), este dúo de presuntos idiotas no dejan de demostrarle al público de todas las edades que, lamentablemente, son cada vez más necesarios para poner en perspectiva el costado más absurdo de esta sociedad.
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