Baywatch: de la apuesta de David Hasselhoff a la relación con la revista Playboy
Puede que no haya sido la más premiada ni la más elogiada por la crítica, pero en términos de popularidad, es innegable que Baywatch es un ícono de los noventa. La serie sobre un grupo de guardavidas en las playas de California captó la atención de millones de fans alrededor del mundo, quienes la convirtieron en un clásico de esa década. Pero detrás del éxito, hubo una apuesta muy fuerte por parte de David Hasselhoff, el protagonista de esa ficción, quien arriesgó su propio sueldo por confiar en un producto al que todos los canales le daban la espalda y que terminó por revalidarlo como figura televisiva.
Hijos de la playa
La idea original era muy sencilla. Michael Berk, Douglas Schwartz y Gregory Bonan pensaron una serie que contara el día a día de un grupo de hombres y mujeres guardavidas, y los desafíos a los que debían enfrentarse en un lugar pensado para el descanso y la diversión. El proyecto lo tomó la NBC, cuyos responsables no mostraron demasiado entusiasmo porque, a fin de cuentas, ¿qué podían hacer los guardavidas más que rescatar gente en peligro de ahogarse? Pensaban que la playa como marco de una ficción era atractiva, pero sentían que era necesario darle una vuelta de tuerca a la premisa, centrándola en casos policiales en la línea de El precio del deber.
El otro aspecto que no terminaba de entusiasmar a los responsables de la NBC era la idea de un show protagonizado por hombres y mujeres que parecían salidos de una pasarela. Berk y su equipo creían que era muy importante buscar intérpretes de físicos privilegiados, que corrieran en cámara lenta con las playas de fondo. Sin embargo, desde el canal consideraban que esa era una idea absurda. "Las posibilidades estaban en contra nuestro" confesó Berk en una entrevista, y agregó: "Los ejecutivos nos insistían con que no veían la materia prima para una serie en lo que les proponíamos". Frente a ese panorama, a Berk se le ocurrió hacer un videoclip que mostraba al ritmo de "The Boys of Summer", imágenes de archivo de los guardavidas de Venice Beach. "Y aunque esa no era una gran idea, alcanzó para que finalmente NBC nos diera luz verde", recordó Berk.
Sin perder un minuto (¿quizá con miedo que en NBC cambiaran de idea?) la producción comenzó a buscar al actor ideal para encarnar a Mitch Buchannon, el intrépido protagonista. Tom Selleck fue la opción inicial, pero la estrella de Magnum no quería ser encasillada como un sex symbol, y rechazó la oferta. De ese modo, apareció en escena David Hasselhoff. En un primer momento, el galán televisivo pensó que protagonizar ese título iba a llevarlo a hacer "El auto fantástico en malla". Sin embargo aceptó el rol, sin pensar jamás que ese compromiso se prolongaría por más de una década.
En 1989 comenzó Baywatch, y lo que muchos esperaban que no funcionara, no funcionó. El público de Estados Unidos no demostró el menor interés por la historia, y durante ese año el show se ubicó en el puesto número 74 entre las 111 series del año. NBC ni lo dudó y le bajó el pulgar, sin darle al título la posibilidad de una segunda temporada. Luego de apenas una año al aire, la apuesta había llegado a su final.
Los diez dólares que cambiaron todo
A pesar de la indiferencia de los televidentes de Estados Unidos, la sorpresa llegó cuando Hasselhoff descubrió que en otros países la serie había funcionado muy bien, especialmente en Alemania, país en el que David es una gran estrella. Eso envalentonó a los productores, que decidieron ver de qué modo Baywatch podía seguir al aire. La estrategia fue apostar por el mercado internacional, apoyándose en los números de televidentes europeos.
La primera maniobra consistió en comprar los derechos de emisión internacional, que estaban en posesión de Grant Tinker, jefe de la productora detrás de la primera temporada. El ejecutivo se les rió en la cara, y les vendió los derechos por diez dólares. Pensaba que si el milagro ocurría y esa serie le importaba a alguien, él iba a obtener cinco mil dólares por episodio. Jamás imaginó que de venderlos a un valor real, hubiera amasado una fortuna millonaria.
Con los derechos en su poder, los nuevos productores anunciaron que cadenas internacionales podían financiar Baywatch de manera colectiva, y de esa forma, varias señales europeas invirtieron en la serie, confiando en que los nuevos episodios podían ser un éxito. Como anticiparon, Alemania fue la gran interesada y la que más invirtió en el proyecto. Pero a pesar de esa inyección de dinero, la suma reunida era muy modesta para el canon de un show televisivo de Estados Unidos, y ante ese panorama, Hasselhoff hizo una gran apuesta. Con el objetivo de concretar la segunda temporada, el protagonista redujo drásticamente su salario, y solicitó convertirse en productor asociado y obtener un sueldo a través de las posibles ganancias de Baywatch. Sin saberlo, logró uno de los negocios más importantes de su vida.
La segunda temporada comenzó su rodaje, pero debieron pulir a fondo el uso que le daban a cada dólar invertido, y por ese motivo llevaron adelante prácticas poco ortodoxas. Por ejemplo, las escenografías se convertían en instalaciones reales que utilizaba el equipo. De ese modo, el gimnasio en el que entrenaban los personajes en escena, era el mismo que usaban las estrellas durante su tiempo libre, o la oficina de Bucchannon era la que utilizaba el equipo para las reuniones de producción. Probablemente una de las únicas cosas en las que no podían ahorrar era en el bronceador: debido a las muchas horas de grabación en la playa, y para proteger a las estrellas de un prolongada exposición al sol, se compraban por mes cerca de cuarenta pomos de protector solar.
Contra todos los pronósticos, la segunda temporada de Baywatch fue un verdadero éxito, no tanto en Estados Unidos (eso llegó después), sino en Europa. Las aventuras de Mitch Buchannon y su equipo fueron un hit mundial, al punto que el libro Guinness de los récords la calificó como "la serie más vista del planeta". Jamás obtuvo un Emmy y la crítica especializada consideraba que ese era uno de los títulos más mediocres de la pantalla chica. Pero el éxito entre los televidentes no dejaba de crecer, y la ficción se convirtió en uno de esos fenómenos inexplicables que ningún ejecutivo fue capaz de anticipar.
Babewatch
Resulta imposible referirse a Baywatch sin mencionar el exacerbado culto al físico que se realizaba en ese show. Muy lejos de abogar por mostrar cuerpos reales, la serie era una verdadera galería de físicos que combinaban intervenciones estéticas de todo tipo, y dietas más que cuestionables. De hecho, las estrellas masculinas y femeninas firmaban en sus contratos que no podían subir de peso, uno de los puntos más cuestionables y que sin lugar a dudas, hoy sería impensable. Las características mallas rojas eran un ícono de peso propio, aunque por lo apretadas eran motivo de queja recurrente en muchas de las actrices. Porque claro, las estrellas femeninas eran otro de los grandes condimentos de esta ficción.
A lo largo de sus muchas temporadas, la serie tuvo una relación muy cercan con la revista Playboy, y muchas de las caras más famosas de esa publicación integraron el elenco de Baywatch (que debido a eso, pronto fue rebautizado por sus fans como Babewatch). Erika Eleniak, Donna D´Errico, Carmen Electra, Marliece Andrada, Traci Bingham, Angelica Bridges, Alicia Rickter y Brande Roderick fueron algunas de las conejitas que desfilaron por las playas de dicha ficción. Pero ninguna de ellas, como es sabido, tuvo la gigantesca presencia de Pamela Anderson.
Al día de hoy, resulta imposible pensar en el éxito de Baywatch sin invocar el descomunal éxito de Anderson, que interpretó a C.J. Parker durante más de cien capítulos. La historia de ella pudo ser otra, porque cuando los productores pensaron en convocarla, Hasselhoff se opuso porque consideraba que el público iba a estar más atento al físico de la Playmate que a la trama de cada episodio. Pero confiando en que eso era lo mejor para la serie, finalmente la aceptó, y la historia de Baywatch cambió para siempre.
La presencia de un elenco en el que se destacaban tantas actrices, dio como resultado que la audiencia se integrara en un 65 por ciento de televidentes femeninas entre los 18 y los 34 años, según relevos de la época. En una entrevista concedida en 2001, y luego de estudiar el perfil de los televidentes de Baywatch, Schwartz opinó que eso se debía a que la ficción "contaba con una mayor proporción de mujeres en roles protagónicos, que se mostraban independientes y dispuestas a todo tipo de actos heroicos. Y que sus roles eran de total paridad con respecto al de los personajes masculinos".
Un show que buscó extenderse
Los noventa hicieron de Baywatch un éxito arrollador, y por ese motivo se estrenaron directo a video dos largometrajes originales, Forbidden Paradise y White Thunder at Glacier Bay. También hubo un spin off titulado Baywatch Nights, una ficción de dos temporadas que encontraba a Buchannon en aventuras nocturnas que apostaban por el condimento policial, y que eran ligeramente más subidas de tono.
En el año 1999, y nuevamente con un severo problema financiero entre manos, la serie pudo salir concretar dos temporadas más reinventándose bajo el nombre Baywatch: Hawai. La verdad detrás de esa renovación fue que las autoridades de Hawai tentaron a los productores de trasladar el rodaje allí y prometieron invertir en la ficción, con la única condición que contrataran artistas y técnicos locales. De ese extraño convenio, un joven llamado Jason Momoa, oriundo de Hawai, se convirtió en una de las nuevas caras de la historia.
Sin embargo, el rating bajaba precipitadamente, y la opción de Hawai no terminó de convencer a los fans. Luego de trece años al aire, la serie llegó a su final. Poco quedaba ya del espíritu original que tanto había fascinado al público de los noventa, y que ahora parecía no encontrar lugar ante una nueva camada de televidentes. Con 241 episodios a cuestas, Baywatch se despidió de la pantalla el 14 de mayo de 2001.
Donde hubo fuego...
Baywatch quedó instalado en el imaginario del público. Estrellas como Hasselhoff o Anderson no dejaban de dar entrevistas recordando miles anécdotas vinculadas a la serie. Sin ir más lejos, la modelo y actriz visitó la Argentina y causó un verdadero furor en un parador playero, con gente trepándose a los techos para acercarse a la estrella. Y con respecto al protagonista, tampoco hay que olvidar la campaña argentina que reunió a Bucchannon con Emilio Disi y su personaje de Los bañeros más locos.
Ante el incesante pedido de los fans que pedían algún tipo de regreso, en 2003 llegó el film Hawaiian Weddding, escrito por los creadores de la ficción, y con el regreso de David Hasselhoff, Pamela Anderson e incluso Carmen Electra. En los últimos años, el actor encargado comentó la posibilidades de una vuelta de la serie, pero nada de eso se materializó. Sin embargo, el regreso que sí se concretó fue en 2017: ese año llegó a los cines un reboot protagonizado por Zac Efron, Dwayne "The Rock" Johnson, más un cameo que hizo aplaudir de pie a los veteranos fans de la saga. El film fue un gran éxito en taquilla, y pronto se puso en marcha una secuela que aun no tiene fecha de estreno.
Ya sea en forma de película, serie o largometraje para televisión, Baywatch no deja de demostrar que a pesar del paso del tiempo, la historia sobre esos guardavidas aún es una de las favoritas del público.
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