Simpática, espontánea, descontracturada. Del otro lado del monitor y desde Los Ángeles, la actriz mexicana Ana de la Reguera comienza a dialogar con LA NACION con una sonrisa que no pierde en ningún momento de la entrevista. Gran parte de su entusiasmo actual se relaciona con el inminente estreno de Ana, su serie parcialmente autobiográfica que De la Reguera -a quien hemos visto en films de Hollywood como Nacho Libre, Cop Out y Cowboys & Aliens, entre otros- escribió, produjo y protagonizó, y que llegará esta noche a la pantalla de Comedy Central, a las 23, y este martes a Amazon Prime Video.
Parte realidad, parte ficción, la comedia es una asertiva crítica a lo que se espera de la mujer: desde la perfección en el plano profesional, hasta el éxito personal, con parámetros socioculturales difíciles de erradicar, a los que la artista interpela.
Ana de la Reguera, de 43 años, decidió que su personaje esté inspirado en una etapa muy particular de su vida: la adolescencia tardía que la actriz confesó haber experimentado a sus 36, y que lleva hoy orgullosa en su ADN. Por lo tanto, la Ana ficcional es una mujer que no tiene filtro, que vive con libertad, que experimenta en todos los planos, que desconoce prejuicios y que considera que la mujer no tiene que ser encasillada.
En una cálida entrevista con este medio, la actriz habló sobre su flamante proyecto (producido por Viacom International Studios) que tiene muchas estrellas invitadas y números musicales fieles a ese estilo lúdico con el que coquetea su personal comedia.
—La serie comienza con la frase: "Mi mamá me dijo que cuando una mujer llega a los 40 se vuelve invisible". ¿Por qué elegiste esta cita tan poderosa como puntapié para la historia de Ana?
—La serie está muy inspirada en mi vida, es bastante autobiográfica, y esa frase en particular me la dijo una amiga de mi mamá, que es de su misma generación, una mujer muy guapa, y un día me lo venía diciendo, y yo tenía unos 35 años, y me dijo eso: que a los 40 ella sentía que se había vuelto invisible. Yo me dije: "No, me quedan cinco años, ¿por qué tiene que ser así?". Ella había sido una mujer muy guapa y hablaba de cómo a los 40 la gente no se voltea a verte de la misma manera, el trato es diferente, todo cambia. Eso me pareció muy fuerte, y a la vez divertido que el personaje de Ana tuviera ese miedo, y que durante la serie se encuentre con su propia verdad sobre los 40.
—En la serie aludís mucho a la "perfección" femenina que no existe en realidad; ¿sentís que a la mujer se le exige más?
—Sin duda se le exige muchísimo más.Nosotras, creo que podemos enamorarnos de un hombre muy inteligente, pero a los hombres les entra todo por los ojos. Es muy fuerte que la mujer sí tenga ese poder de enamorarse perdidamente de alguien que a lo mejor no es tan atractivo o que tiene más edad. En cambio, los hombres ven más deseables a mujeres más jóvenes. Es parte del día a día de la sociedad.
—¿Hace cuánto que venís trabajando en este proyecto y cómo fue ponérselo al hombro desde el guion a la actuación?
—En un verano, hace siete años, escribí el piloto a partir de una situación muy parecida al primer episodio donde yo pensé que me iba a quedar con el papel de mi vida. Eso no sucedió, se lo dieron a una actriz india porque pensaron que parecía más latina que yo, y además no tenía acento, entonces fue un shock muy grande. Hasta el día de hoy seguimos con esos estereotipos. Además, estaba pasando por un momento de mi vida muy particular, había tenido un distanciamiento con mi mamá, con quien había sido muy cercana. Yo le hacía caso en todo, era la hija perfecta. Entonces empecé a cuestionarme a mí misma y nos distanciamos. Estaba en una adolescencia tardía en la que me rebelaba para descubrir quién era, qué me gustaba hacer.Ahí fue cuando decidí escribir Ana, porque sentía que era importante para mí como artista hablar sobre eso y sentía que nadie me lo estaba ofreciendo, y que no lo veía en ningún personaje. Fue difícil el proceso de "vender" la serie, de que confiaran en mí como mujer, como alguien que nunca escribió o produjo. Fueron muchos años de preparación.
—¿Te dio miedo enfrentarte a la hoja en blanco?
—Escribir es un proceso hermoso, pero como actriz no estás acostumbrada, no tienes esa disciplina. Si a los mismos escritores les cuesta trabajo, imagínate a alguien que nunca lo ha hecho (risas). Entonces, me metí en clases, en cursos, para obligarme a escribir. El piloto lo escribí pagándole a alguien para que me enseñara y para que me dijera: "mañana me tienes que traer una escena". Si no, no me sentaba a escribir.
—¿Trabajaste mejor bajo presión?
—Sí, siempre trabajé mejor de esa manera. De niña era muy mala para la escuela y me levantaba una hora antes para ir al colegio. Tengo que trabajar bajo presión para hacer bien las cosas, porque si no tengo un deadline, soy la reina a la hora de procrastinar.
Encontrarse a uno mismo, eso es lo que me gustaría que la gente hiciera, porque yo lo hice y han sido los mejores años de mi vida
—Me imagino que ahora que se estrena la serie debés estar atravesando muchas emociones. Estás dando a luz algo muy personal.
—Para mí es como dar a luz, no soy madre, pero ha sido un proceso algo largo, doloroso, agotador, con mucha emoción también, pero lo más difícil va a ser lo que lea en la semana, los comentarios de la gente. Ya veré qué tanto me meto a leer. Va a ser extraño porque en otras ocasiones cuando es una película que salió mal, bueno, la culpa a veces cae sobre el director, porque no la escribiste ni produjiste. Ahora sí se da eso, entonces será todo mi culpa si les gusta o no les gusta (risas).
—La serie tiene momentos musicales, ¿cómo fue la selección, sos melómana?
—Lo musical nace con la serie, porque yo bailaba de niña, y siempre mi mamá sabía si estaba triste, contenta o enamorada a través de la música, de cuando cantaba y bailaba. Me encantan los musicales, entonces como productora cumplí ese sueño, me di gustos, y muchos musicales los escribí pensando en la canción que quería. De la Argentina lo tengo a Fito Páez en la serie, y mi hermana [la compositora y DJ Ali "Gua Gua"] me ayudó mucho, porque formó parte de la banda (argentina) Kumbia Queers, fue cantante hace unos años, y además está en la serie. Ella me ayudó con la selección musical, hay un par de temas suyos, y compuso el tema de Ana.
—Una de las escenas del primer capítulo la muestra a Ana con el famoso cartel de Hollywood detrás; ¿tenías como meta llegar a esa meca del cine cuando eras chica o no era un objetivo?
—Yo quería ser bailarina, por eso el amor por los musicales, pero a los 11 años advertí que carecía de preparación, y fue cuando decidí ser actriz, y después fue todo paulatino: estudiar actuación en México, conseguir un trabajo, protagonizar algo, fue poco a poco, nunca tuve en mi cabeza el pensamiento "Hollywood y yo".
—Leí que admirás a la cantante Billie Eilish por su manera de mostrarse tal cual es y no de acuerdo a lo que se espera de ella; ¿qué otras mujeres te inspiran?
—¡Hay tantas! Ahora me llaman la atención las más jóvenes, gente como Billie o Rosalía, que tienen otro chip en la cabeza, porque al tener 43 años, como es mi caso, uno crece en una generación completamente diferente, donde no se te inculca el hecho de ser independiente, de que tú misma puedes producir tus cosas, de que no tienes que pedir permiso ni perdón. Las nuevas generaciones lo tienen naturalmente, entonces me gusta mucho cómo piensan las nuevas cantantes y actrices, que son extraordinarias; pero al mismo tiempo admiro a Jane Fonda, me fijo en los contrastes, en las pioneras. Billie y Rosalía, entre otras, también se han beneficiado de los pasos que dieron esas mujeres que vinieron antes que ellas.
Encontrarse a uno mismo, eso es lo que me gustaría que la gente hiciera, porque yo lo hice y han sido los mejores años de mi vida
—¿Estás con algún proyecto nuevo como productora?
—Sí, de hecho, tengo varias cosas en mente. Voy a hacer una remake de una película, pero todavía no puedo decir cuál, es una comedia con la que crecí de una súper directora, es un proyecto que tiene dos años, en el que trabajé en paralelo a Ana. Antes de la serie también tenía otro proyecto con el director, Carlos Carrera. Se trata de la vida de Lupe Vélez, la primera actriz latina que llegó a Hollywood, en 1920, para hacer silent movies [cine mudo], Tuvo una vida muy interesante, hizo 40 películas, pero tuvo un final muy trágico, se suicidó a los 36 años, embarazada, y dejó una carta. Era una persona incomprendida, adelantada a su época.
—¿Qué te gustaría que la gente rescate de Ana?
—Yo lo que espero que se lleven de Ana es esa necesidad de vivir de una manera diferente, y sin miedo al qué dirán, al qué van a pensar, a lo que te diga tu mamá, tu papá, la gente de tu trabajo. Yo creo que muchas veces estamos pensando tanto en qué van a pensar los demás de nosotros que no nos damos cuenta de que eso no es importante, porque así es cómo mucha gente no se atreve salir del clóset, o a renunciar al trabajo, o a querer experimentar. Encontrarse a uno mismo, eso es lo que me gustaría que la gente hiciera, porque yo lo hice y han sido los mejores años de mi vida.
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