Alex Garland habla de Devs: "Las compañías tecnológicas tienen problemas similares a las monarquías"
La obra de Alex Garland se encuentra poblada de futuros de pesadilla. Ya sea en mundos atestados de zombis como en Exterminio, o de una presencia misteriosa que pone en jaque a la humanidad como en Aniquilación, el autor propone distopías que sin embargo, tienen inquietantes puntos de contacto con nuestra realidad. En la miniserie Devs, la trama gira alrededor de una todopoderosa compañía manejada por Forest (Nick Offerman), un gurú de la tecnología que esconde varios secretos. Y en una charla con LA NACION, Garland reveló qué podemos esperar de su nueva pieza a la que calificó de "ciencia ficción filosófica".
–¿Pensás que nuestra sociedad se asemeja de alguna manera a la representada en Devs?
–Sí, esa sociedad tiene mucho en común con la nuestra, de hecho así espero que lo vea la gente, porque en parte ese es el eje del programa. Las culturas vinculadas a la tecnología juegan un rol muy importante en nuestras vidas, y esa sociedad está gobernada por un pequeño conjunto de personas que son el corazón de conglomerados muy poderosos. Creo que la gente que forma parte de esos grupos reducidos, siente que toma decisiones razonables, pero a veces no logran ver todo el panorama. Son como monarquías: muchos países eran gobernados por una corte con reglas internas, pero por fuera de ese círculo lo que existía era un poder malversado. Puertas adentro, los miembros de la corte quizá pensaban que sus decisiones tenían lógica, y eso es esencialmente lo que sucede en las compañías tecnológicas. Con el tiempo se reconocieron los problemas de las monarquías, y el punto de conflicto es que allí se acumulaba demasiado poder. Debido a eso fue necesario crear gobiernos, parlamentos y separar poderes. Entonces mi crítica hacia la cultura de las compañías tecnológicas es que tiene problemas similares a los de la monarquía, y eso me despierta temores, desde luego que sí, porque soy de izquierda y la monarquía me asusta.
–¿Cómo creas estos futuros cuyos avances le plantean a la humanidad nuevos desafíos, y cómo ves a los referentes de la tecnología?
–No me resulta difícil ese proceso porque este tipo de avances se nos presentan de manera constante. A diario, todos los sitios de tecnología informan sobre innovaciones en distintas áreas. Y muchos de esos avances traen aparejadas otras implicancias obvias, que no hace falta ser un experto para verlas. Con respecto a la otra pregunta, hay una línea de diálogo que para mí es muy importante, y es cuando en una escena un personaje habla de su jefe y dice: "No es un genio, es un empresario". Muchas veces se considera a los jefes de grandes compañías como verdaderos genios tecnológicos, cuando en la mayoría de los casos, en realidad son empresarios muy exitosos.
–¿Cuándo estás al frente de un proyecto, cómo es tu forma de trabajar con tu equipo?
–Mi manera de filmar se basa mucho en hacer hincapié en la importancia de la colaboración, rompiendo las estructuras piramidales en la mayor medida posible. Eso lo pongo en práctica con el elenco y con el equipo. Básicamente lo que hago es hablar lo más que pueda con todos, y motivarlos a que sugieran sus ideas. No suelo hacer storyboards porque si ya sé dónde quiero que se pare una actriz, eso me privaría de sorprenderme cuando ella me diga: "¿Y si mejor me paro al lado de esta ventana?". Entonces lo que hacemos es ensayar mucho. En Devs tuvimos una preparación de cinco o seis semanas, y la razón de eso es que cuando llega el momento de filmar, cada intérprete es un experto en su escena, y esa experiencia adquirida le va a permitir decidir cuál es la mejor manera de hacerla. Esa actitud es la que gobierna a todo el equipo. Lo que no me gusta es trabajar con personas bruscas, que gritan en el set o que son irrespetuosas. Ser amable y educado siempre nos lleva a un lugar mejor. Y sé que todo esto suena muy políticamente correcto y hasta medio hippie, pero es lo que mejor funciona y la manera de generar un espacio cálido de trabajo. Años atrás me tocaron rodajes muy hostiles, con muchos gritos y maltratos, y eventualmente decidí que no quería trabajar en ambientes que fueran así de tóxicos.
–Más allá de los aspectos futuristas de la historia, ¿cuál es el corazón de Devs?
–Ante todo, intento que mis historias tengan que ver con qué le sucede a las personas. Tengo estas ideas que giran alrededor de la tecnología y de estas poderosas compañías, pero esos lugares están habitados por criaturas emocionales atravesadas por afectos. Detrás de todo este conglomerado de tecnología abrumadora, hay un condimento muy sencillo sobre un muchacho que ama una muchacha, y una muchacha que ama a un muchacho, o sobre el cariño entre un joven que da sus primeros pasos en una empresa, y el vínculo con alguien que trabaja ahí desde hace mucho tiempo. A fin de cuentas, ese es el verdadero eje de la historia, porque todos esos conceptos tecnológicos y filosóficos no son más que el paisaje de fondo.
–¿Qué es lo que más te apasiona de contar historias en mundos distópicos ?
–Siento una debilidad por esa clase de historias. Cuando tenía unos trece años vi mi primera película de zombis, y sentí un gran impacto. Pensé que aunque yo no tenía licencia para manejar, ahí sí podía agarrar una Ferrari, porque esos entornos brindan una libertad salvaje. Cuando las personas ven una película como Mad Max, probablemente piensen: "¡Qué mundo terrible!", pero también puede que digan: "¡Ese puede ser un mundo muy divertido!". Entonces hay algo excitante en esos relatos, que son atractivos como experimentos pero desde luego no como realidades. Nosotros vivimos en un mundo de peligros concretos, en el que si alguien como Donald Trump no estuviera controlado, podría ser extremadamente peligroso, si es que no lo fue. Y con el fin de entender la manera en que las cosas podrían desarrollarse, jugamos a través de distintas historias. Mad Max es un relato sobre qué podría pasar luego de una guerra nuclear, y parte de su meta tiene que ver con convencer a la gente de por qué no tiene que pasar eso. Es misma lógica aplicada a Devs, tiene que ver con mostrar cuál sería la versión de una guerra nuclear en el marco de las compañías tecnológicas. Por eso, mi objetivo es decir: "¡No tengamos un desastre atómico!", es divertido de explorar esa idea, pero no en nuestra realidad.
–Nick Offerman es un actor asociado a la comedia, pero aquí interpreta a un personaje muy oscuro, ¿qué fue lo que más te interesó de trabajar con él?
–Cuando elegí a Nick, no sabía que era famoso por su trabajo en la comedia. Yo vivo en Inglaterra, y no estoy muy familiarizado con muchas cosas, no estoy en redes sociales, y no estaba al tanto de la popularidad de Nick en Twitter e Instagram. Cuando lo conocí pensé que era un hombre muy inteligente, pero con una tristeza inherente. Hay un gran dejo de melancolía en su rostro y en muchos de sus chistes, como si su humor hablara de algo más, y sentí que eso calzaba perfecto con el personaje. Por otra parte, cuando estás creando un protagonista que representa a un líder de una compañía tecnológica, si buscaba a alguien joven y le ponía un buzo todo el mundo iba a pensar "ese es Mark Zukerberg", o si le ponía una polera iban a decir "ese es Steve Jobs". Entonces Nick me ayudó a encontrar un camino para alejarme de todos los líderes tecnológicos con los que estamos familiarizados.
Dónde ver Devs: a partir del viernes 28, todos los viernes a las 23.00 se estrena un nuevo episodio FOX PREMIUM. Desde ese día también estarán los ocho capítulos en la app de FOX.
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