Las chicas del cable: 5 motivos para ver esta serie de Netflix
Esta ficción es una buena opción para los que gustan de historias de época
De un tiempo a esta parte Netflix parece haber entendido que las “historias de época” (Gran Hotel, Velvet, The Crown, Versalles) son una veta más que atractiva para explotar y de gran éxito en particular con la audiencia femenina. Precisamente de los productores de Gran Hotel y Velvet, llegó Las chicas del cable, que tiene la particularidad además de ser la primera coproducción de Netflix con España. Hacemos un repaso por los motivos por los cuáles puede interesarte ver esta ficción...
1. De la reconstrucción de época al culebrón
La serie está diseñada para atraer a dos clases de público, los que disfrutan de la reconstrucción de época y los amantes de las historias de amor. El trabajo de arte es impecable desde la fotografía a la escenografía y el vestuario: ambientada en la Madrid de finales de la década del 20, donde ya se podía ver cómo la moda femenina comenzaba a mutar hacia vestidos más sueltos y etéreos, las chicas se mostraban en público fumando con estilizadas boquillas y sombreros cloché. Además nos llevan al momento en que la telefonía comenzaba a nacer, mostrándonos cómo eran por dentro aquellas primeras empresas y cómo funcionaba el intrincado sistema de centrales, que hoy en plena era smartphones nos resulta prehistórico.
Por otro lado, su estructura clásica de telenovela con toques de comedia y suspenso, que relata las aventuras de cuatro mujeres que llegan para trabajar en la pujante nueva compañía telefónica, también tiene lo suyo para atrapar... ¡Y generar adicción! La serie de tan sólo 8 capítulos se deja mirar y es ideal para maratonear en uno o dos días.
2. Un twist moderno para el tradicional soundtrack
El recurso de utilizar música contemporánea para series o films ambientados en otra época no es algo nuevo, sin embargo, aquí funciona a la perfección, ya que por algún motivo el glamour y cierta decadencia de las fiestas de los años 20 y 30 se lleva muy bien con el indie rock y el electropop. Ya lo probó Baz Luhrmann con su estilizada versión de The Great Gatsby (en donde sonaba Jay-Z y hip hop de fondo), que a su vez no es ningún extraño en esto de mezclar melodías modernas con relatos de otros tiempos (¿se acuerdan de Moulin Rouge?). Aunque al comienzo el pegadizo soundtrack de Las chicas del cable te va a parecer un poco disonante, después de un rato no sólo te vas a acostumbrar si no que no podrás imaginarte escuchar otra cosa.
“Closer” el tema de Lemaitre con trompetas y sintetizadores que se escucha en la promoción te va quedar dando vueltas en la cabeza por días, al igual que el sensual corte de B Miles Salt que suena en la original intro de la serie (con un arte con guiños al diseño de Saul Bass y las gráficas de películas los '50).
3. Sex appeal y buenas actuaciones
Es innegable que gran parte del éxito de la serie depende no sólo del guión o la dirección artística sino de las actuaciones. Si bien el elenco de la serie puede ser desconocido para el espectador -Blanca Suárez, Nadia de Santiago, Ana Fernández y Maggie Civantos-, son en su mayoría actrices españolas que vienen trabajando desde hace rato. Suárez ya había trabajado con dos de los directores más importantes de España como Pedro Almodóvar en Los amantes pasajeros, y con Alex de la Iglesia en su último film, El Bar. Además de haber participado en la miniserie Lo que escondían sus ojos. Yon González venía de trabajar también en otra miniserie popular en su país, El internado, y luego fue parte de Gran Hotel.
La serie además cuenta con veteranos como Javier Laorden y Concha Velasco, y la tríada central, Suarez-González-Rivas se sacan chispas en la pantalla, todo bajo la dirección atenta de Carlos Sedes y David Pinillos (Gran Hotel, Velvet).
4. Girl power
Resulta interesante ver cómo las ficciones del último tiempo se han volcado a incluir protagónicos femeninos con presencia y sentido, abriendo o apoyando debates off screen sobre cuestiones de género. Siguiendo la línea de series como Good Girls Revolt o hace unos años Pan Am (series en las que en distintas décadas, los '70 y '60 respectivamente, se abordaba el tema de la mujer y las vicisitudes que enfrentan en el ámbito laboral), Las chicas del cable nos habla de un período particular en la historia donde la mujer comenzaba a emanciparse política, profesional y sexualmente. Así, se desarrollan distintos personajes con líneas argumentarles que incluyen el machismo en el trabajo, el abuso de poder, los prejuicios familiares y hasta la violencia doméstica. Una referencia más que bienvenida en un momento donde el tópico de la desigualdad salarial y la violencia de género están en el candelero.
5. Series en Español
La idea de ver una serie en español en Netflix puede parecer un poco contra intuitiva al comienzo (dado que el 90% de su programación está en inglés), tomando por sorpresa al espectador menos informado o que desconoce el origen de la serie -y que forcejeará con los subtítulos pensando que está doblada-, pero luego el oído empieza a agradecer no tener que estar forzando la vista para leer y entender. Además hay que decir que el madrileño tienen su encanto y escuchar a los personajes hablar con ese acento es por demás seductor.
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