2091: una odisea futurista y apocalíptica con color latinoamericano
Naves espaciales y estética de videojuegos en esta serie escrita por el argentino Andrés Gelós que estrena Fox hoy, a las 22
"Si nos va bien, estamos listos para cambiar la historia", dice Andrés Gelós, convencido de que a partir de una trama de ciencia ficción instalada en un futuro nada improbable podría -de forma simétrica- escribirse de otra manera el porvenir de las producciones televisivas en esta parte del mundo.
Gelós es un autor argentino más reconocido en el resto de América latina que en su propio país, gracias a las creaciones que viene escribiendo desde hace más de una década para las producciones originales que Fox produjo y lanzó para toda la región. Esas ficciones (Kdabra, Cumbia Ninja) fueron producidas y realizadas con elencos y equipos técnicos y artísticos reclutados a lo largo de toda Iberoamérica.
El trabajo más reciente de Gelós y su equipo autoral (Natacha Caravia, Luis Langlemey y Martín Preusche y otros ocho colaboradores) fue presentado hace pocos días ante la prensa especializada como "la primera superproducción original de ciencia ficción realizada en América latina". Con una temporada inicial de 13 episodios, 2091 se estrena hoy, a las 22, por Fox, en la Argentina y toda América latina de manera simultánea.
Cuenta Gelós a LA NACION que el ciclo llevó, al principio, largos dos años de desarrollo y escritura. "En ese lapso -detalla el creador de 2091- hicimos el primer tráiler, la propuesta de arte y definimos conceptos y referencias." Luego transcurrieron cinco meses de preproducción, caracterizada por la construcción de todos los sets (entre ellos una nave espacial) y la elección de exteriores en el imponente desierto de Tatacoa, Colombia. En ese país se hizo el rodaje, a lo largo de otros cuatro meses y medio .
"Está todo filmado y la pos-producción en la Argentina nos exige casi un año y medio más de trabajo", completa Jorge Stamadianos, vicepresidente de Contenidos de Fox para América latina. "Trabajamos con animación 3D y tecnología digital para la recreación de naves espaciales, batallas con estética de videojuegos, ambientaciones de ciudades del futuro. Es una apuesta muy fuerte. Aspiramos a lograr un impacto fuerte en varios países al mismo tiempo", explica.
2091 es un relato distópico, ambientado en un escenario futurista latinoamericano y en el tiempo histórico marcado desde el título: estamos cerca del final del siglo XXI.
El Amazonas se convirtió en un interminable espacio árido, en medio del cual (como si fuese una versión regional de Las Vegas) aparecen los rascacielos de una megalópolis llamada Ciudad Manaos. La escasez de recursos lleva a sus habitantes a vivir al límite y soñar con el único destino en el que nada falta: Ciudad Destino. Llegar allí será el premio para el ganador de un juego del que participan ocho especialistas dispuestos a eludir la prohibición de experimentar con la realidad virtual establecida por las autoridades frente a un cuadro de escasez y agotamiento de recursos naturales. El juego, alentado por una poderosa corporación, tiene lugar en una lejana luna, pero nada será como los participantes imaginan.
“La historia surge de una reflexión sobre la deshumanización actual y lo que imaginamos que se viene. Se está robotizando todo, también los vínculos. En el medio están cada vez más las redes sociales, que nos modifican y nos distancian de lo real. Allí entra a tallar el tema de la realidad virtual”, explica Gelós.
Para el autor, 2091 retoma algunas de las ideas planteadas en clásicos del cine de ciencia ficción de las décadas del 70 y del 80 (Blade Runner, Escape de Nueva York) y los grandes autores que abordaron la temática posapocalípticos. “De todas maneras, somos los Salieri de los Scott y los Carpenter, de Stanislas Lem, Huxley, Bradbury, Asimov y el Richard Matheson de Soy leyenda”, agrega.
Este conjunto de referencias influyó en la doble columna vertebral de la trama. Por un lado, explica Gelós, la idea de que el hombre siempre quiso dominar al hombre. “Primero por la fuerza, después por la religión, ahora por cuestiones tecnológicas. Es uno de los motores de la historia”, ilustra. Por el otro, la presencia del “héroe prometeico”, la figura dispuesta a no dejarse dominar y cambiar el curso de las cosas.
Para Gelós, esta serie “es la catarsis” de todos los pánicos que tiene hoy el género humano respecto de su destino. “Como autor quiero transmitir cuáles son nuestros miedos. Lo que no queremos. Pero no desde una mirada diabólica, sino más bien psicoterapéutica.”
Lo más llamativo de la producción, según notaron Gelós y Stamadianos, fue la coincidencia inmediata de salir a buscar un lenguaje propio sobre temas que desde la perspectiva anglohablante (la novela, el cine) siempre estuvieron claramente planteados. “Los peruanos, los venezolanos, los argentinos, los mexicanos, los colombianos hablan el mismo idioma, pero no saludan igual. Había que empezar por ahí”, precisa el autor.
“La construcción creativa fue un proceso durísimo –describe Stamadianos–. Lo vivimos como si estuviésemos en una trinchera. La cantidad de vueltas, opciones, cosas descartadas fue infernal.” Un solo ejemplo lo ilustra: a la versión final del episodio inaugural que se verá hoy se llegó luego de descartar otras 16.
Todas las voces todas
Una verdadera Babel de nombres y nacionalidades caracteriza el proyecto de 2091. Fue creada por el argentino Andrés Gelós y dirigida por el colombiano Felipe Martínez y el mexicano Álvaro Couriel. El argentino Emilio Kauderer (El secreto de sus ojos) compuso la música incidental y el mexicano Aleks Syntek, el tema de apertura. En el elenco principal aparecen los colombianos Manolo Cardona y Angie Cepeda, los argentinos Luz Cipriota y Ludovico Di Santo, los chilenos Benjamín Vicuña y Gonzalo Vivanco, los mexicanos Christopher von Uckermann y Cristina Rodlo, los peruanos Salvador del Solar y Jason Day y el venezolano Jean Paul Leroux.
La figura del showrunner
Por primera vez en la TV latinoamericana, un programa utiliza la figura del showrunner, un protagonista infaltable de las ficciones más importantes de la pantalla chica en Estados Unidos. En el caso de 2091, Andrés Gelós ejerció esta función, que consiste en hacer el seguimiento cotidiano de todos los aspectos ligados a la producción. “Hay decisiones firmes que deben tomarse todo el tiempo y paso a paso para que la serie no se corra del eje previsto. Es como tener un manual de instrucciones caminando”, ilustró Stamadianos.
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