Sergio de Cecco: fue un artista disruptivo, tuvo un amor como ninguno y su final conmocionó a todos
Sus obras de teatro fueron premiadas y el público se rindió ante ellas; su romance con Haydée Padilla se convirtió, sin pensarlo, en una pesadilla imposible de olvidar
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Siempre dejaba claro que vivía pendiente de cada una de las emociones que atravesaban su vida. Y en el último tramo de su existencia la que más predominaba era cierta tristeza unida a los recuerdos, una sensación de melancolía permanente. Así, Sergio De Cecco, actor, periodista, dramaturgo y guionista de cine, radio y televisión, en un estado de profunda depresión permanente, decidió suicidarse con un disparo en la cabeza un 26 de noviembre de 1986, a los 55 años.
Ese sentimiento entre afligido y nostálgico se había agravado en los últimos años. Estaba casado con la actriz Haydée Padilla, uno de sus grandes amores. La pareja no había podido tener hijos más allá de varios intentos de tratamientos de fertilización, y en 1975 decidió anotar como propia una niña recién nacida bajo el nombre de María Laura, sin saber con exactitud su procedencia.
Justo ese año Federico Luppi había sido convocado para protagonizar, con Haydée, El gran deschave, obra dramática redactada nada menos que por Sergio De Cecco junto a Armando Chulak, que por esas cosas que tiene el destino describe las desavenencias de una pareja.
Luppi venía de un par de golpes duros en cuestiones sentimentales separándose de Anita Larronde y tratando de recomponer lo relacionado con el amor con Ilona Lorant, con quien había filmado en 1974 La flor de la mafia. Ella había sido una modelo profesional que falleció muy joven.
Por su parte, el matrimonio de Padilla y De Cecco venía más que desgastado. Y la llegada de Federico Luppi acrecentó los problemas que venían enfrentando y al otro año se terminaron separando. Por amor la actriz lo dejó por Luppi. Así las cosas, su ex quedó a cargo de la hija que ambos decidieron adoptar. Para colmo, se enteró del romance fulgurante por medio de las revistas del corazón de la época.
Cuando en 1976 se produjo el Golpe de Estado, la flamante pareja fue prohibida por los militares y se vio obligada a exiliarse en España, donde reestrenaron El Gran deschave sin ningún pudor: era la comentada pieza escrita y propiedad de De Cecco. Pudieron regresar en 1978 y mientras tanto, De Cecco vivió con dramatismo lo que interpretó como una situación de abandono, que le terminó desencadenando una profunda depresión de la que nunca se recuperaría. En 1986 decidió que así no podía continuar y se despidió para siempre pegándose un tiro.
Vida y obra de un disruptivo
Sergio De Cecco era un adolescente cuando comenzó a escribir guiones para radio. También despuntaba su vocación artística con el teatro de títeres, con el que recorrió Latinoamérica.
Años más tarde se reconvirtió en dramaturgo con Durante el ensayo y El invitado, dos grandes y reconocidas obras, hasta que en 1962 lanzó El reñidero, con la que logró el Premio Municipal de obras inéditas y luego fue llevada al cine con dirección de René Mugica, resultando seleccionada para participar en el Festival Internacional de Cine de Cannes, Francia.
Sus éxitos se sucedieron uno tras otro con Capocómico, Llegó el plomero (luego llevada al cine como Seré cualquier cosa pero te quiero), La demolición, Blues de calle Balcarce, ¡Moreira!... En cine y tevé participó como autor y guionista de títulos como Compromiso, Rebelde y solitario, Los siete pecados capitales, Los especiales de ATC, El jugador, Monoblock, Los Campanelli, Los creadores, Las chicas, El hombre invisible ataca, nada menos que con Martín Karadagian y... Almorfando con la Chona, una parodia del programa de los almuerzos de Mirtha Legrand.
A propósito de Almorfando..., conducido por su entonces esposa, Haydée Padilla, la idea del personaje de la Chona, popular junto a su marido camionero “el Hétor”, surgió de los hermanos Sofovich y Héctor Ricardo García, que la imaginaron como periodista (aunque hay quienes afirman que el personaje fue una creación del matrimonio). De la producción formaban parte Héctor Maselli, Oscar Viale, Ernestina Riera, el modisto Oscar Toledo, quien destacaba que para vestirla tenía en cuenta que imitaba a sus artistas preferidas como Zully Moreno, Dorothy Lamour e Yvonne De Carlo. Y por supuesto el propio Sergio De Cecco, que definía así aquella interpretación: “No hay que olvidar que la Chona es una admiradora de Mirtha Legrand y su mayor aspiración es llegar a ser como ella”. Corría 1973 y hasta allí, más allá de alguna desavenencia, la pareja seguía unida y buscando ser padres.
En 1975, marido y mujer anotaron como propia en el Registro Civil a una niña ochomesina a la que llamaron María Laura. Así se lo contó Haydée Padilla en 2014 en una entrevista que le realizó Baby Etchecopar en su programa El Ángel de la medianoche, por C5N:” Estaba desesperada y le había pedido a los hospitales que me avisaran si alguien abandonaba a un bebé porque quería adoptarlo. Entonces llamaron de uno de Capital Federal y fue mi marido (Sergio De Cecco) quien hizo todo. Yo la anoté en mi libretita de corazón, para protegerla”. Y abundó en más detalles: Cuando me la dieron no supimos su origen. Ella no se hizo el ADN para saber si era hija de desaparecidos, pero está dispuesta a hacérselo. Eso es un secreto. ¿Ah, estamos al aire?”, le consultó al periodista pero su revelación durante la emisión en vivo ya se había hecho pública. Era demasiado tarde.
Ante semejante confesión la Secretaría de Derechos Humanos impulsó una investigación. Luego Haydée Padilla declaró a la prensa que los resultados de los estudios genéticos a los que se sometió a través de un ADN habían dado resultado negativo, lo que terminó confirmando que María Laura no era hija de desaparecidos. Y se quejó de los periodistas en general: “Algunos me llamaron ladrona y delincuente”. Aseguró que la gente de la calle no la trató tan mal: “En especial las mujeres. Siempre he sido defensora de la vida y me causa mucho dolor todo lo que sucedió en esos años con las personas que fueron lastimadas por defender un pensamiento”.
Más allá de sus confesiones en la entrevista realizada casi cuarenta años después, lo concreto fue que en 1976, a un año de haberla inscripto como propia, Haydée dejó a Sergio De Cecco y él quedó a cargo de la pequeña. Padilla y Luppi emigraron a España escapando de la dictadura, luego se terminaron separando, y ella aseguró que fue a causa de haber sido víctima de violencia de género. “Me pegaba con un zueco y me dejaba con moretones”, le confió a sus colegas de teatro.
Con el tiempo madre e hija se volvieron a encontrar, ella le dio dos nietos y crearon una relación fraternal. Haydée se fue a vivir con ellos a Mar del Plata donde murió, pero antes le cedió los derechos de autor de la obra de su ex esposo, Sergio De Cecco, padre de María Laura y abuelo de los chicos.
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