Separadas: Fausto sigue sin aparecer y Luján siente la necesidad de revelar su secreto
Pasaron tan solo 15 días desde que las siete protagonistas de Separadas se conocieron gracias a la estafa que realizó Fausto (Marco Antonio Caponi) y las tuvo como víctimas. Ese encuentro sirvió para que algunas de ellas pudieran encontrar una solución a sus problemas más urgentes: Carolina (Gimena Accardi) y su hermana Inés (Julieta Nair Calvo), por ejemplo, consiguieron un lugar en el que vivir: en los locales lindantes a la obra. En ese espacio, que también formaba parte del frustrado emprendimiento inmobiliario, ellas, junto a Clara (Mónica Antonópulos), Paula (Julieta Zylberberg) y Martina (Celeste Cid) deciden hacerse cargo de la florería, el gimnasio y el bar que funcionan allí.
Allí, Clara les cuenta que su esposo, Fausto, la llamó y, aunque no llegó a darle explicaciones, ella lo toma como una buena señal. En realidad, a pesar de sus intentos por seguir adelante, su vida va de mal en peor. Además de hacerse cargo de este nuevo emprendimiento, debe seguir con su vida de madre, dándole evasivas a sus dos hijos adolescentes sobre el paradero de su padre. Además, en el colegio de los chicos es el Día de la Familia y por eso le pide Martina que la acompañe, para enfrentar la ausencia de su marido.
Si bien su hermana, Martina, accede a ir con ella, surge un inconveniente: a la hora de salir le decomisan el auto. La solución la trae su nuevo vecino, Migue (Sebastián Estevanez), que termina llevándolos a todos en su "rústica" camioneta.
La reunión al aire libre con los chicos y los padres del colegio no empieza bien: una de las madres comienza a indagar sobre el paradero de Fausto y logra poner incómodas a las dos hermanas. Clara, de todos modos, inventa que su marido tuvo un problema de valijas entre un vuelo y otro.
Sin embargo, un rato después el más chico de sus hijos se agarra a trompadas con un compañero y la madre del otro adolescente le dice a los gritos que todos saben lo que está ocurriendo en su casa.
Paula llega tarde al encuentro y se sorprende al ver a su hija Roma (Azul Araya) junto al padre de la adolescente (Fabio Di Tomaso). Como cada vez que se cruzan desde que el hombre volvió al país, terminan discutiendo, pero son interrumpidos por Clara. Así, las dos descubren que sus hijos son compañeros, a pesar de que nunca se habían visto. Más tarde, Roma le confiesa a su madre que quiere irse con su padre a vivir a Boston.
Luján (Marcela Kloosterboer), la abogada de Matina y amante secreta de Fausto, también recibe un llamado del arquitecto desaparecido, y aunque le pide explicaciones, él solo le cuenta que está esperando un tema de papeles y le asegura que todo va a solucionarse. Antes de darle más precisiones, también le corta.
Pedro (Ludovico Di Santo) sigue procesado por ser el abogado que autorizó el retiro de fondos de la obra, y Martina se siente responsable porque fue ella la que confió en su amante, metiendo a su socio en esta situación. Su culpa la lleva a tomar una determinación: contarle a Martina, su mejor amiga, que desde hace un tiempo es amante de su cuñado, pero cuando está a punto de hacer su confesión, llega Clara.
Felipe (Maxi Iglesias) aparece en el local para llevarle unos vinos a Martina, a modo de disculpas por el choque que los tuvo como protagonistas. Quien lo atiende es la "amigovia" de la DJ, Lena (Laura Laprida) quien, entre incómoda y molesta, se lo saca de encima. Diego (Mariano Martínez), que se encontraba en ese momento en el bar, suma al joven español a su lista de personas a investigar.
Él y su ayudante Nicolás (Vico D'Alessandro) continúan tratando de entender qué hay detrás de la serie de estafas en el sector inmobiliario que tienen a Fausto como protagonista. Para lograr buscar más datos, Diego intenta sacarle información a Romina (Agustina Cherri), la policía que se encuentra de consigna en la cuadra, pero ella parece no soportarlo. Entonces, el que intenta acercarse es Nicolás, con la excusa de llevarle unas empanadas del bar en el que trabaja, pero obtiene la misma respuesta.
Cuando Romina se acerca a Diego para pedirle disculpas por la manera en que lo trató, los ve el marido de la agente. Mientras el hombre le hace una escena de celos, aparece Luján y amenaza con ponerle "una perimetral". Las demás se suman y juntas logran sacárselo de encima.
Ella lo justifica: "Está mal porque no tiene trabajo". La abogada le aconseja que se vaya de su casa y le proponen que se quede allí, en el local.
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