Sentir la música
La cantante española Lamari volverá a presentarse mañana en el país con un show que celebra la primera década de vida de la banda que la llevó a lo más alto de la música popular
"Diez años en la música no es mucho", afirma Lamari, la líder y cantante de Chambao, al tiempo que reconoce que en la vida personal sí le pasó mucho, de lo bueno y de lo malo, desde convertirse en la única cara visible del grupo hasta padecer un cáncer. Por eso festeja la comunión con su público cada vez que sube a un escenario y elige el optimismo: "Celebro la vida cada vez que abro los ojos".
Con fechas programadas para mañana en el porteño teatro Vorterix y pasado mañana en la provincia de Córdoba, Chambao presentará en la Argentina 10 Años Around The World, un trabajo discográfico celebratorio de una trayectoria que llevó a Lamari a posicionarse en lo más alto de la música popular española y en abanderada de la world music con un estilo que dejó muy atrás el flamenco fusión gracias a la suma de la música electrónica.
-Vas a volver a actuar en un país que visitaste repetidas veces y en el que tuviste el privilegio de cantar nada menos que en el glaciar Perito Moreno. ¿Cómo será esta nueva incursión en la Argentina, esta vez netamente urbana?
-Primero tengo que decir que soy una agradecida por haber cantado en un lugar como el Perito Moreno y sentir en cada poro de mi piel que estaba en un lugar especial al que había que cuidar. Fue una súper linda experiencia y el recuerdo es la sensación de haber hecho un concierto, sin público, cosa que nunca habíamos hecho, con el solo objetivo de respetar el medio ambiente y concienciar y concienciarnos de ello. En cuanto a la nueva visita a la Argentina, es la primera vez que pisaremos el Vorterix, y lo que voy a intentar es colocarme en el lugar del público. Primero vamos a hacer unos 20 minutos de temas semiacústicos para que la gente se vaya ubicando en el lugar, y después, justamente por ponerme en su lugar, va a haber una reivindicación de la libertad de cada uno como público para hacer lo que tenga ganas: cantar, bailar? que cada uno sienta la música como quiera. El objetivo es sentir la música.
-La muletilla de los artistas que vienen a la Argentina es que les gustan el tango y el asado. ¿Tenés alguna predilección fuera de estos imprescindibles?
-¡¡¡Pero es normal!!! El tango para acompañar, pero el asado es parte obligada de la visita. Me encantaría repetir el asado con amigos y ambiente de familia que suele darse en la Argentina. Porque no es una simple comida: es una reunión extendida de gente que se conoce o se empieza a conocer; es un intercambio de energía. El asado lo entiendo como un espacio tranquilo que te posibilita hablar con la gente en un rollo de amistad, conocer a la persona que tienes delante. Es un encuentro social con todo lo que engloba. Además, con el cáncer hormonal que tuve en 2005 el oncólogo me restringió la carne y sus derivados, por lo que, a pesar de que me gustan las verduras, tengo más ganas que nunca de repetir el asado. Y, claro, tratándose de Buenos Aires, ansío respirar la calle. Claro que si tuviera que ir a todos los lugares que quisiera tendría que tomarme unos dos meses de vacaciones para recorrer el país, porque trabajando el tiempo que queda para pasear es poco.
-A más de una década del lanzamiento de Flamenco Chill, ¿considerás que Chambao instaló un nuevo estilo en la música española en particular y en la world music en general?
-Me da un poco de reparo? Parece que una se echa flores. Una está para aprender de la música, pero sí me parece que hicimos en aquel momento algo que no se estaba haciendo, aunque hoy parezca algo súper normal, que fue la fusión entre el flamenco fusión y la música electrónica. Por nuestro origen malagueño ya traíamos incorporados tanto el flamenco clásico como el flamenco fusión, desde Triana hasta Mártires del Compás y Radio Tarifa. Formábamos el grupo con Daniel Casañ y El Edi, Eduardo Casañ, pero fue con la incorporación al grupo de Henrik Takkenberg, de ascendencia holandesa y colombiana, que descubrimos en la música electrónica un nuevo medio de obtener distintos sonidos. Igual, hay que aclarar que el punto de partida es jugar, entretenerse y divertirse con la música. Todo viene de un juego de inquietudes parecidas y diferentes a la vez y de un origen en el que, tal como lo indica el nombre, todo surgió bajo un "Chambao", el lugar ameno a la orilla del mar tanto para componer y cantar como para hacer un pescado frito y? ¡¡¡por qué no un asado!!! Después, en qué estantería colocar las canciones o el qué dirá la gente ya no puede ser manejado por quienes hacemos la música.