Seis claves sobre Zama, en la voz de Lucrecia Martel
Antes del estreno de su esperado film, la directora habló con el premio Nobel Coetzee sobre la obra de culto de Di Benedetto
La cineasta Lucrecia Martel y el premio Nobel de Literatura John M. Coetzee se encontraron el fin de semana en la Feria del Libro. ¿Qué tenían ellos en común para conversar? Zama, la magistral novela de Antonio Di Benedetto publicada en 1956, cuya versión cinematográfica es una de las películas nacionales más esperadas de este año.
A la par de la traducción al inglés del libro del mendocino, hace unos meses, The New York Review of Books (nybooks.com) difundió un largo y elogioso ensayo del sudafricano sobre Zama y Di Benedetto, titulado "Un gran escritor que deberíamos conocer". Allí, Coetzee examina la historia del escritor, el contexto histórico de la publicación de la novela e incluye al escritor argentino en la tradición de la literatura del absurdo, en la línea de Eugène Ionesco y Luigi Pirandello. "Zama toma la cuestión de la tradición argentina y el carácter argentino: lo que son, lo que deberían ser. Elige como tema la disociación entre la costa y el interior, entre los valores europeos y los americanos. Ingenuamente, y algo patéticamente, su héroe añora después una Europa inalcanzable", escribió Coetzee.
Novela de culto, Zama recibió elogios de Jorge Luis Borges, Juan José Saer y Ricardo Piglia. Hoy es un clásico de la literatura argentina. Cuando hace pocos años Lucrecia Martel anunció que filmaría esta historia, varios le recordaron que el proyecto tenía antecedentes frustrados -el más conocido, el de Nicolás Sarquís-, con episodios que casi se emparentaban con escenas del Fitzcarraldo de Werner Herzog.
Sin embargo, la directora salteña siguió adelante con el rodaje. "La película está terminada hace un mes", confirmó la directora anteayer en la sala Jorge Luis Borges de la FIL Buenos Aires. "Pero en verdad la película estará terminada cuando se estrene y pueda ser vista por los espectadores", agregó con ternura sobre esa dimensión indispensable que cualquier obra de arte requiere.
Falta poco, entonces, para el encuentro del público con Zama: el estreno está anunciado para comienzos del mes próximo. Mientras tanto, para acortar el tiempo y la distancia, Martel resume en primera persona seis aspectos clave sobre el proceso de filmación, algunos que desmitifican la obra.
1. No es la novela de la espera
"El tema de Zama no es la espera, sino la ineficacia de la muerte. Cuando leí el libro tuve un estado de euforia inexplicable, que al principio me costaba entender. Lo entendí a medida que hice la película. Es difícil decir ahora qué es para mí la película; se termina de entender en resonancia con los espectadores."
2. El tema de la lengua
"En la etapa de búsqueda de financiamiento para la película se nos sugirió que la dobláramos al inglés. Fue en Berlín, en una convención de productores que nos recibían en unos cubículos parecidos a los de un prostíbulo. Muchos señalaron que el idioma español era una deficiencia, porque el mercado del cine funciona en inglés. Una película subtitulada es fastidiosa para el gran público, y una película doblada al inglés se vuelve más cara. El doblaje al inglés no se hace con el mismo cuidado que las traducciones de los libros -luego, Martel volvió sobre el tema de la lengua-. Debemos poner la lengua entre los derechos humanos para ver si eso previene a la industria de tener mayor cuidado con el respeto a otros idiomas."
3. Comunicarse, no trascender
"En nuestros países, donde difícilmente alcanzamos los grandes mercados culturales (y quiero aclarar que no es ésa mi aspiración), necesitamos al mismo tiempo que las películas circulen por otros países para obtener financiación. No creo que trascender sea el deseo profundo de los escritores y de los directores de cine, sino comunicarse con la comunidad que los rodea."
4. El mandato de "ser alguien"
"En Zama, es la identidad como cárcel lo que me interesó. El personaje está obligado a ser alguien. Es una condición a la que todo ser humano se ve obligado en una sociedad. Esa clave me la dieron algunas líneas sobre el matrimonio que están en la novela. Ese aspecto me cautivó y en torno de eso construí la película: el proceso del personaje de tener que ser alguien."
5. Viejos problemas de hoy
"La corrupción y la violencia sexual están presentes en la novela. De un modo simplista se llamaría «abuso de poder». En la Argentina muere asesinada una mujer cada 18 horas; las mujeres estamos muy afectadas. La vida sexual de los argentinos está arruinada por imágenes de tortura, de horror. Tenemos corrupciones de distinta clase: una es la del patoterismo peronista y otra, la del fascismo neoliberal, que es la que actualmente vivimos. La corrupción es un síntoma aterrador que todavía no podemos erradicar."
6. El habla del personaje
"Algo que tienen en común Zama y el cine es la posibilidad de inventar un lenguaje para el personaje. En el cine, además del temita del idioma, está el tema del habla de los personajes. En nuestra tradición cinematográfica, el modo de representar el pasado, el lenguaje que hablan los personajes es una invención, yo creo, del siglo XIX, cuando ya se había santificado a nuestros héroes. Se hizo en parte en pos de la construcción de nuestro país, que enmascara tantas masacres. El lenguaje que inventa Di Benedetto no tiene referencia documental y eso mismo fue tan poderoso que me convenció de filmar la película."