Rufus Wainwright

Quiero uno, quiero dos...

El norteamericano entrega un disco iconoclasta y se afirma entre los cantautores más interesantes de su generación.

Want Two , de Rufus Wainwright, es por lejos el disco menos comercial de este músico. Lleno de voces operísticas, arreglos sinfónicos, religiosidad iconoclasta y latín, es improbable que Want Two le robe fans a Jessica Simpson. Al contrario, las extravagantes canciones de Wainwright sobre el amor y la fe lo colocan junto a la extraña compañía de Björk y Brian Wilson, a cuyos audaces Medúlla y Smile este álbum se parece.

Grabado en su mayor parte durante las mismas sesiones que en 2003 dieron como fruto Want One , Want Two presenta, tanto en lo musical como en las letras, desafíos mayores que su predecesor. Después de llamar a un cordero de Dios para que se lleve los pecados del mundo en el agudo tema que abre el disco (“Agnus Dei”) Wainwright regresa a su faceta de compositor y cantante en “The One You Love”. Les habla a los fundamentalistas en “Gay Messiah”, que dulcemente anuncia la llegada de un salvador que usa medias tubo, “renacido del porno de los 70”, y le canta una oda a “The Art Teacher” [la profesora de arte] desde la perspectiva de una mujer que se casa bien pero nunca supera su primer amor. Un dvd extra con el show grabado este año en el famoso Fillmore de San Francisco muestra el lado más directo de Wainwright; pero Want Two demuestra que los aburridos comentarios y las orquestaciones de piano no evitan que siga siendo una estrella de rock.

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