Rubén Aguirre: el actor que hizo reír desde lo alto como el profesor Jirafales
Ayer murió el actor cómico que más ramos de flores debe haber exhibido en una pantalla de televisión. Rubén Aguirre, el actor mexicano que desde sus imponentes casi dos metros de altura cortejó frente a millones de chicos y grandes de habla hispana a Doña Florinda en El Chavo, murió a los 82 años en su casa de Puerto Vallarta. "Se cansó de estar enfermo", confesó uno de sus siete hijos, tras conocerse ayer la noticia.
La muerte de Aguirre, ocurrida en la madrugada de ayer, fue revelada a través de Twitter por su amigo Edgar Vivar, el señor Barriga de tantas correrías en la vecindad del Chavo del Ocho. Desde ese momento, todo el aporte de Aguirre a uno de los programas más populares de la historia de la TV hispanohablante se convirtieron en recuerdo, sobre todo su típico e infaltable "ta, ta, ta, ta", adoptado como parte del habla cotidiana popular en buena parte de América latina.
Actor vocacional con comienzos en el circo y en la radio y orgulloso seguidor de las corridas de toros, Aguirre alcanzó fama y popularidad de la mano de Roberto Gómez Bolaños. De todos los personajes que hizo con él, su preferido fue Lucas Tañeda, de Los Chifladitos.
En los últimos años enfrentó una durísima realidad económica, ya que las secuelas de un accidente automovilístico sufrido junto a su esposa en 2007 consumieron sus ahorros. Llegó a declararse en quiebra en 2010, y en mayo pasado reclamó en una carta pública al sindicato de actores de México que pagara una de sus internaciones, después de haber hecho aportes durante medio siglo a esa entidad. En los últimos tiempos, los problemas de salud se agravaron, hasta que no logró superar una neumonía. Murió ayer, dos días después de cumplir 82 años.