Roger Moore, el dandy que negaba ser actor
Apuesto y humilde, el británico fue quien más veces interpretó a James Bond, aunque no se tomaba demasiado en serio el rol que lo consagró en todo el mundo: "Nunca fui un actor del método: algunos dirán que ni siquiera fui un actor", confesó alguna vez
Con 89 años, y luego de luchar contra el cáncer, murió Roger Moore , el mítico actor inglés que interpretó a James Bond en siete películas, un récord que no logró ni Sean Connery –creador del personaje en la pantalla imaginado por Fleming–: el intérprete escocés hizo seis films “oficiales” de 007 (Nunca digas nunca jamás no es de la productora EoN). Su familia lamentó su pérdida con un comunicado en Twitter: “el afecto que lo rodeó hasta sus últimos días fue tan grande que no puede ser cuantificado en palabras”.
Roger Moore llamó la atención de Albert Broccoli y Harry Saltzman, los productores de la saga de 007, que buscaban un reemplazo para el australiano George Lazenby, gracias a la serie de TV El santo.Allí interpretaba a Simon Templar, una suerte de Robin Hood del siglo XX, en la ficción que se emitió entre 1962 y 1969. El éxito de audiencia en el Reino Unido hizo que el show se exportara a más de 60 países y llamó la atención de Ian Fleming, el autor de las novelas del espía británico, que –según el mito- fue el primero en interesarse por Moore: aunque el actor reconoce que “la verdad es que Fleming ni me conocía”.
Siempre humilde, el mismo londinense admite que su rango actoral abarcaba dos extremos: “levantar la ceja izquierda o levantar la ceja derecha. Nunca fui un actor del método: algunos dirán que ni siquiera fui un actor”. El norteamericano Lee Marvin (con quien protagonizó A gritarle al diablo) fue uno de los primeros en defender a su colega: “Este tipo está hecho de granito. Nadie nunca más lo va a subestimar”.
Volvió a tener éxito en la TV luego de El santo: antes de comenzar como James Bond protagonizó Dos tipos audaces junto a Tony Curtis, quien se convirtió en uno de sus amigos más cercanos. Aunque la historia de dos playboys que unían fuerzas pese a sus diferencias culturales para resolver crímenes tuvo buen rating en el Reino Unido, en los Estados Unidos no tuvo tanta suerte. Eso liberó a Roger Moore de sus compromisos televisivos para poder aceptar la oferta de interpretar a 007.
Moore pudo darle identidad propia a un personaje que estaba atado en el imaginario colectivo al estilo de Sean Connery. Su carta de presentación fue Vivir y dejar morir (1973), junto a Jane Seymour, que fue una suerte de Bond blaxploitation que recibió la nominación al Oscar por Mejor canción original (la primera canción de rock de la serie de films, a cargo de Paul McCartney & Wings). La película fue un suceso (ahí estaba el gadget preferido de Moore: un reloj magnético) y un año después la siguió El hombre con el revólver de oro (con Christopher Lee como el villano Scaramanga). Con mucho más humor que sus predecesoras, y un tono camp que nunca le tuvo miedo al ridículo, el Bond de Moore se animó a usar pistolas de rayos láser en el espacio exterior y vestirse de gaucho en Moonraker (con una secuencia filmada en en las Cataratas del Iguazú) y hasta se maquilló como payaso para Octopussy.
A diferencia de todos los otros actores que interpretaron el mismo rol, él nunca ocultó que no podía hacer las escenas de riesgo y prefería que las hicieran los dobles. “Yo no soy un tipo de sangre fría, mi personalidad no es como la de los otros Bond. Las situaciones que vive 007 son ridículas y por eso yo lo interpreto como algo reír. Me gusta Bond pero es una tontería tomarlo con seriedad”. Con modestia y elegancia opinó que a Quantum Of Solace, la segunda película de Daniel Craig como Bond, era “demasiado violenta” para su gusto”. Eso sí: afirmó que Craig es el mejor actor en haber compuesto al agente secreto y que Operación Skyfall era “el mejor Bond de todos los tiempos”.
La espía que me amó (1977) fue el film que confirmó que Roger Moore había llegado para quedarse. El tema de Carly Simon (“Nobody Does It Better”), el auto acuático Lotus Esprit y el malvado Jaws, con los dientes de metal, se convirtieron en clásicos dentro de las películas de James Bond. “Lamentablemente, yo me estaba poniendo viejo y las actrices cada vez eran más jóvenes”: Moore se retiró a los 57 años con En la mira de los asesinos, siendo el actor más viejo en haber interpretar al agente secreto.
Su carrera post 007 no tuvo el mismo brillo: Moore se dedicó a interpretar roles secundarios o cameos en película como Spice World, El crucero de las locas, o prestar su voz para films animados en la vena de Como perros y gatos 2 (su personaje Tab Lazenby, era un guiño a su antecesor como Bond).
El inglés que admitía que lo contrataban por ser un tipo apuesto y simpático se dedicó más a la filantropía en la última etapa de su vida. Sucedió a su amiga Audrey Hepburn como embajador de Unicef durante más de 20 años y fue reconocido por el Reino Unido como caballero de la Orden del Imperio Británico. Se casó cuatro veces y tuvo cuatro hijos: tres de ellos trabajan en la industria del cine.
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