Rita Cosentino: "Todo lo que aparece en escena tiene un significado"
Rita Cosentino regresa a "su casa" para dirigir el estreno sudamericano de la obra de Williams
Haber recibido el encargo de ocuparse de la puesta de Un tranvía llamado Deseo significó una especie de vuelta a casa para esta regisseur que lleva quince años en España. "En este teatro me formé y trabajé durante muchos años. Estaba tan involucrada con el Colón que cuando me fui y tuve que recoger mis cosas me di cuenta de que tenía la mitad de mi casa acá adentro, dice Rita Cosentino, quien tiene una larga experiencia dirigiendo óperas de repertorio, contemporánea, danza, teatro, zarzuela y obras infantiles. "Por eso hacer la puesta de este título lo tomo como un homenaje y un reconocimiento -agrega-. Además, es un reto distinto de todo lo que he hecho, porque la película con Vivien Leigh y Marlon Brando está delante de los ojos de todos y allí hay que derribar mitos. Tuve que trabajar para voltearlo y ver qué hay detrás".
La respuesta la descubrió en Tennessee Williams. "Había que hacer el recorrido al revés, ir de la película a la obra de teatro y a lo que movía a su autor. El mundo de Williams era muy complicado y él resolvió trasladarlo a todas sus obras. En Blanche Dubois hay mucho de su autobiografía: el alcoholismo y el abuso reflejan lo que vivió por parte de su padre; luego está la culpa, un sentimiento del que nunca se pudo desprender debido a la impotencia que sintió por no haber podido ayudar a su hermana esquizofrénica. También están presentes el sexo y sus conflictos, que el propio autor vivió a través de una vida sexual desenfrenada. Todo está concentrado en Blanche, personaje perturbador con un histrionismo que hace que no podamos dejar de mirarla".
Para la directora resultaba necesario mostrar el envase original en el cual se mueven los personajes. "Uno tendría que hacer un nivel de abstracción muy grande para sacarlo de allí y borrarlo. Por esto respeté la parte realista que tiene la obra, así como la época. Esa casa agobiante va a estar; también la famosa escalera. Enrique Bordolini logra que se sienta el ambiente claustrofóbico de ese apartamento en este escenario inmenso que es el Colón. Pero hay algo a lo que vale la pena ponerle atención y es a todos los elementos simbólicos que Williams utiliza en sus obras. Por esto todo lo que aparece en escena tiene un significado".
Cosentino considera un acierto haber programado este título para que finalmente se pueda ver en América del Sur y que terminó siendo de alguna manera un homenaje a su compositor. "Después de leer la obra de teatro y de poder imaginar una música te das cuenta de que la composición de Previn es impecable. Logró la sonoridad adecuada y es una joya. Tiene mucha complejidad, con elementos jazzistas de ese sur de los Estados Unidos. El compositor hace un desarrollo sonoro de un leitmotiv que es con el que abre y cierra la ópera (el que nombra a Blanche y representa el deseo) y lo traduce como si fuera la marcha de un tren o tranvía. Cada vez se va haciendo más violento hasta terminar en una explosión sonora al momento de la violación".
La directora explica que armó el concepto de la puesta a través de la idea de un viaje, ese que experimenta Blanche y que se va deformando, llevándola a la destrucción. "El papel de Blanche es un auténtico tour de force para quien lo interpreta, requiere de una cantante actriz con una plasticidad escénica y vocal enormes, porque la exigencia es muy grande. Hay algunos personajes que no están originalmente en la obra y que yo pongo: su marido y su madre. También escenifico o aparecen de manera simbólica a través de proyecciones cosas que ella va relatando. Hay mucho trabajo detrás de este estreno, y como es primera vez para todos representa un desafío muy interesante. El vestuario está a cargo de Gino Bogani, quien aporta todo su conocimiento del mundo de la moda al vestuario".
Cosentino considera que con el libreto se hizo una muy buena adaptación de la obra original y que no perdió nada en el proceso. "Creo que eso obedece al hecho de que está en el mismo idioma y entonces hay algo detrás de ese lenguaje que no se pierde. Lo que si no quise es darle al personaje de Stanley esa visión como de Adonis, mezcla de simpatía y brutalidad, como el que personificó Marlon Brando. El cantante que lo representa tiene un físico maravilloso, pero quiero que desde el principio se vea como un personaje rústico, que despliega un ritualismo con el que controla todo, hasta la vida de sus amigos. Son los códigos que espero aparezcan desde el principio".
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