Reynaldo Sietecase reveló el inesperado pedido que le hizo Gerardo Rozín en su última charla
En el velatorio del periodista, su colega y amigo contó cómo fue el encuentro que tuvieron y reflexionó con unas sentidas palabras sobre su muerte
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En el segundo velatorio de Gerardo Rozín, que tuvo lugar en Rosario, Reynaldo Sietecase se acercó a darle el último adiós al periodista y contó detalles de los últimos momentos que compartió junto al periodista. Además, reveló un pedido que le hizo su gran amigo hace solo algunos días.
Sietecase se mostró dolido por la partida del conductor de La Peña de Morfi: “Lo vengo despidiendo hace meses porque estuve acompañando un poco este proceso, muy doloroso, muy triste, muy injusto”, confió en diálogo con la prensa que hacía guardia en la puerta de la casa velatoria de la ciudad santafesina. En esa misma línea, el periodista remarcó las virtudes de Rozín y lo calificó como “una persona joven” y “llena de talento”.
Por otra parte, destacó que incluso con su enfermedad y las adversidades se esforzó en seguir llevando adelante su programa. “Creo que deja un vacío para sus amigos y sus colegas irreparable. Yo siento que esta partida me partió y creo que para la TV argentina también”, reflexionó.
Sumado a esto, destacó que el homenajeado “comunicaba sin grandilocuencias” y “sin meterse en la vida de nadie”. “Los músicos lo agradecen porque ha sido un tipo que amaba la música, amaba a los creadores, amaba la vida”, agregó.
El pedido de Gerardo Rozín
Sietecase relató lo que ocurrió en la última ocasión en que visitó al periodista. “Yo ya intuía que podía ser así (que podía ser la última vez que lo veía). Le había llevado un libro de Fontanarrosa para leerle unos cuentos porque no podía leer”, comenzó contando.
Allí, reveló el pedido que le hizo el periodista y recordó con cariño todo lo que vivió con él a lo largo de los años que compartieron: “Me dice: ‘Dejate de joder, contame cosas lindas, divertidas, contame anécdotas’. Y me puse a pensar y tengo un aluvión de anécdotas con él, son muchos años”.
En este sentido, agregó: “Nos reímos mucho, nos empezamos a reír, yo siempre tenía la angustia y él nada”. El conductor radial también describió a Rozín como “un amigo no de los que te conformaba, sino de los que te confortaba”.
A continuación, el periodista mencionó el apoyo que recibió de Gerardo cuando se mudó de Rosario a Buenos Aires: “Me ayudó mucho porque él llegó antes, se acomodó mucho mejor a la ciudad, su talento le permitió enseguida brillar ahí. Cada cosa que yo tenía que resolver en mi vida profesional se la contaba”. Ambos habían compartido la redacción de Rosario/12 y desde allí forjaron una relación que se mantuvo firme hasta el último día del fallecido.
Sobre el final de la entrevista, habló del legado que deja su amigo, tanto a nivel afectivo y de la lección que trae sobre la vida, como en el plano profesional y la ética con la que se desempeñaba. Con respecto al primer tema, reflexionó sobre la fragilidad de la existencia y la salud: “La vida es muy frágil, entonces hay que estar muy conectado con el presente, con los afectos, con los amores, porque todo cambia rápido”.
Por último, también relacionó el trabajo de Rozín con virtudes de la práctica periodística. “Se puede hacer periodismo, se puede comunicar haciéndolo bien, que quiere decir sin mala praxis”, concluyó.
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