Retrato de los estigmas de esta sociedad
Ficha técnica: Patricio Contreras dice a Nicanor Parra/ Intérpretes: Patricio Contreras, Felipe Díaz, Juan Gabriel Miño y Camilo Polotto / Música original, dirección musical y piano: Diego Penelas / Dirección, espacio, luz y musicalización: Alejandro Tantanian / Selección de textos: Patricio Contreras / Sala: Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543 / Funciones: viernes, a las 20 / Duración: 60 minutos / Nuestra opinión: muy buena
Después de cuarenta años de residencia en nuestro país en los que demostró con harto (dicha esta palabra con claro acento chileno) frecuencia su talento tanto para la comedia como para los roles dramáticos, Patricio Contreras expone una vez más su versatilidad y nos muestra un delicioso espectáculo, concebido en colaboración con el inspirado músico Diego Penelas y el dramaturgo y director Alejandro Tantanian, dedicado al extraordinario poeta trasandino Nicanor Parra, quien, como se sabe, cumplió en septiembre del año pasado cien años y sigue en plena actividad.
Proyectado a la celebridad tiempo después de que la lograra su hermana Violeta e hijo mayor de una familia de artistas que incluye a los padres y varios hermanos, Nicanor Parra comienza su itinerario poético con la publicación en 1937 de Cancionero sin nombre, pero es recién en 1954, casi dos décadas más tarde, que da a conocer Poemas y antipoemas, que es su primera obra de gran repercusión y con la que abre un camino de enfrentamiento con el estilo predominante de la poesía de su país, en especial con la de Pablo Neruda, con quien tuvo fuertes diferencias estéticas, pero al que lo unía una mutua admiración.
La obra de Parra se hace particularmente prolífica en la década de los sesenta y es en los años últimos que adquiere, con toda justicia, un reconocimiento más generalizado, en especial, gracias a los ensayos u opiniones de autores como Roberto Bolaño, Haroldo Bloom y Niall Binns, que lo ubican en un lugar esencial de la lírica de América latina. El creador recibió el Premio Cervantes en 2011. La selección de los versos de este espectáculo, que combina en distintos pasajes el recitado con la música y el canto, fue hecha con inteligencia por Contreras, que tomó trabajos de distintas épocas, desde "Es olvido" (de Poemas y antipoemas) o "El hombre imaginario" (de Hojas de parra) hasta "Defensa de Violeta Parra" (de Obra gruesa), transformado en uno de los temas más emotivos y atractivos de la noche.
La gran virtud de este florilegio escénico, apoyado en un criterio de dirección muy creativo, es que convierte a este homenaje en un juego teatral divertido y sustancioso, ajeno por completo a la pompa o la ceremoniosidad, fiel a la línea de un artista cuyo espíritu sigue siendo iconoclasta, rupturista y provocador (con él, ha dicho Parra, la poesía dejó de ser el "paraíso del tonto solemne"). Y, sobre todo, portador de una mordacidad feroz, porque, como también ha sostenido, "la verdadera seriedad es cómica". Mordacidad o humor que no hay que confundir con la ligereza o el simple ingenio. Que cualquiera se tome, si no lo cree, la tarea de leer Los vicios del hombre moderno que, a pesar de estar escrito en 1954, es un verdadero retrato de la sociedad de estos días y de sus estigmas.