Relatos de amor y locura: monólogos tragicómicos en el delirante modo Patricio Abadi
Entre la sensibilidad, el humor y el derrape como un juglar que emociona, entretiene y provoca
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★★★★ Dramaturgia y dirección: Patricio Abadi. Elenco: Natalia Santiago, Salomé Boustani, Patricio Abadi, Hernán Melazzi, Ailin Moro y Mr Grrr. Selección musical: P. Abadi. Escenografía: Demián Ledesma Becerra. Luces: Ricardo Sica. Vestuario: Ariel Gigena. Coordinación: Agustina Dalmasso. Sala: No Avestruz, Humboldt 1857. Funciones: sábados, a las 20.15. Duración: 60 minutos.
Si suena Virus, el amor está en el aire. No “el” amor sino todos, muchos, cualquiera, el de los salones, los sótanos y los supermercados. Y si el autor, director y actor Patricio Abadi elige “Superficies de placer” para abrir las puertas de su kermés de corazones en llamas es porque vibra entre el desgarro y la ridiculez, un umbral donde hay poesía en el sufrimiento pero también un patetismo hilarante hasta lo obsceno, en fin, hasta lo profundamente humano. Por eso combina sin pudor al irrepetible Federico Moura con la “Experiencia religiosa” de Enrique Iglesias y “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, basado en el poema de Cesare Pavese, por la banda Los animalitos.
En un cuadrado marcado en el piso, los seis intérpretes ingresan de a uno a contarle al mundo la historia sexoafectiva que los perturba. Es el “Container club”, un híbrido terapéutico entre el psicodrama y los estertores pentecostales liderado por un psicoanalista atrevido (guiño homenaje a Tato Pavlovsky y a Mauricio Abadi), donde los personajes detonan las neurosis actuales: ghosting (borrarse de una relación sin aviso), romanticismo gótico (o la loca pasión por un cadáver), swingers de la tercera edad, bucólicos suicidios, amigos diversos con derechos o el mediático poliamor, monstruosidades, delirios o airosos hallazgos germinados del estallido de un modelo heredado que ya nadie sabe cómo usar.
Un grupo de actores y actrices talentosos y potentes es capaz de sostener esta cuerda tensa en cada monólogo, género en el que Abadi encuentra el punto de intersección entre la sensibilidad, el humor y el derrape como un juglar que emociona, entretiene y provoca, un punto zigzagueante donde la escena posdramática se abraza con palpitaciones vintage. En esa frontera tragicómica, en ese pozo con fondo del que es posible salir, se ubica esta delantera que sale a golear a pesar de todo.
Vale aclarar que hasta el sábado 23 se presentó la poderosa Laura López Moyano como invitada, una costumbre que el dueño de casa practica con generosidad cuando las agendas lo permiten.
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