La rusa mimada por los Strokes capta la belleza de un mundo roto
En una bochornosa tarde de Manhattan, Regina Spek-tor, de 26 años, se acerca a un café próximo a su departamento del Soho con el look de una Myrna Loy punk: bajita y curvilínea, el pelo ondulado y cobrizo y los rasgos grandes y expresivos. Al sentarse, exclama: "¡Me estoy volviendo una persona mentolada!".
La declaración tiene una extraña lógica, vagamente relacionada con el reciente cambio de Spektor a los productos de baño a base de menta. Es esta clase de intimidad retorcida lo que hace a Spektor tan encantadora y lo que le da vida a su segundo disco bajo un sello importante. Begin to Hope es un dispositivo de piano extraordinariamente compuesto y cantado, lleno de letras agudas e hilarantes. Inmigrante rusa que dejó la Unión Soviética a los 9 años junto a su mamá profesora de piano, su padre fotógrafo y un hermano menor, Spektor se reubicó con su familia en el Bronx en 1989, pero no podían comprar un piano (una gran desilusión para Regina, quien tocaba desde los 6 años). "Es una cosa muy de judío ruso: la cuestión no es si vas a tocar sino qué instrumento vas a tocar", dice. Tras un encuentro casual con la profesora de piano clásico Sonia Vargas en el andén de un subte, comenzó a tomar clases gratis. A los 16, Spektor comenzó a esbozar algunas composiciones propias. "Fue muy difícil", dice. "Iba a pasar de tocar Mozart y Bach a esos crudos intentos de tocar y cantar cosas mías. Era horrible."
De todos modos, en los campamentos, sus amigos le decían que sus canciones eran especiales. Después de estudiar, Spektor volvió a casa y se mantuvo con extraños empleos (como criar mariposas o ser la asistente de un investigador privado) mientras intentaba penetrar en el circuito de clubes de la ciudad. Presentándose a audiciones, grabando y vendiendo sus propios CDs, la cantante comenzó a tener sus propios seguidores. "Si había alguien en un bar, yo me ponía a tocar", cuenta. "Después esa persona se acercaba y me compraba un CD. Yo los veía en el show siguiente con tres amigos en la mesa."El rumor llegó a oídos del productor Gordon Raphael, quien compró uno de sus álbumes caseros y se lo hizo escuchar a todo el que quisiera oír, incluyendo a los Strokes, para quienes había producido Is This It en 2001. Igual de impresionados, los Strokes se llevaron a Spektor de gira con ellos. "Fue una de las cosas más dulces que alguien hizo por mi música", dice ella, que siguió colaborando con los Strokes en el lado B de ellos "Modern Girls and Old Fashion Men", además de cortar un álbum, Soviet Kitsch, junto a Raphael. En Begin to Hope, Spektor expande el estilo de cantante indie de Soviet Kitsch pero, con más tiempo y más recursos, las canciones suenan mejor y más cálidas. En "Après Moi", Spektor canta la línea vocal principal y el eco que armoniza (y se desliza hacia el ruso). "That Time" es Spektor en la actitud más juguetona, rapeando una especie de lista de compras hecha de recuerdos ("¿Te acordás de esa vez que encontré un diente humano en Delancey?") sobre una guitarra distorsionada y un ritmo pegadizo. En otro tema va escuchando "November Rain", de Guns n’ Roses, en la radio ("El solo es un poco largo/ Pero es una muy linda canción"). David Kahne, quien coprodujo con ella el álbum y trabajó con todo el mundo, de Wilco a Paul McCartney, declara: "Es tan genial como Paul".A pesar de las comparaciones con el Beatle, Spektor se resiste a asumir el mote de prodigio. No bebe mucho, no fuma ni gasta de más. Pero como todo buen narrador, tiene una habilidad increíble para ver la belleza oculta de lo ordinario: "El otro día estaba junto al río Hudson y vi a dos monjas con sus hábitos patinando de la mano por la calle. Y me dije: «Ay, Dios mío, ya entiendo». El mundo es irreal y hermoso. Y está todo bien".
ESCUCHALA | Begin to Hope, el nuevo álbum de Spektor, fue editado aquí por Warner. Hay audios gratuitos en http://myspace.com/reginaspektor