De Fred Astaire a Jennifer Beals, diez películas para bailar en el living
El cine y el baile son el uno para el otro. Ambas artes están definidas por el movimiento y su combinación es un matrimonio perfecto. La cámara tiene la posibilidad de detenerse y expandir los detalles de cada paso, cada contorsión, cada vibración de una coreografía. A su vez, el baile funciona como una forma de expresión de los personajes, que cuentan parte de su historia a través de sus movimientos al son de la música.
De las melodías de Broadway que bailaba Fred Astaire hasta el hip hop y el pop de los musicales de las últimas décadas, la música que acompaña a la danza en las películas fue cambiando con el paso del tiempo. También lo hicieron los tipos de baile y las historias que sucedían alrededor de ellos. Lo que no cambió es el interés del público en ver a bailarines talentosos en la pantalla.
Aquí recomendamos diez películas para ver en casa que tienen música y trama diversas, así como distintos niveles de producción y puesta en escena, pero que comparten una característica: sus números de baile son tan atractivos que invitan a intentar algunos pasos en el living.
Dirty Dancing (1987)
Dentro de una película romántica con bailes sensuales se esconde una historia con espíritu feminista, que incluye una subtrama sobre un aborto, y una crítica a la discriminación por clases sociales. Pero el aspecto político del film dirigido por Emile Ardolino y escrito por Eleanor Bergstein, quien se basó en sus propias experiencias juveniles con el dirty dancing, queda en un segundo plano detrás de las coreografías que interpretan Baby (Jennifer Grey) y su instructor Johnny. El baile final, con la canción "(I Had) The Time of My Life) ya es una escena clásica del cine. Disponible en Amazon Prime Video, Google Play, Flow, AppleTV+
Ya no estoy aquí (2019)
Lejos de Hollywood, el director Fernando Frías de la Parra retrata la afición por la cumbia colombiana en Monterrey, México. El fenómeno cultural de lo que se conoce como cumbia rebajada es el marco de la historia de Ulises y su grupo de amigos, que bailan con movimientos muy propios esa música que sienten que los representa, aunque venga de lejos. Con cariño por los personajes y una sutileza refrescante, el film trata temas como la identidad, la violencia, la inmigración y, sobre todo, la liberación que implica el arte, ya sea en forma de baile o de un peinado original. Disponible en Netflix
Fiebre de sábado por la noche (1977)
La fama de la imagen de John Travolta enfundado en un traje blanco, con un dedo apuntando al techo y parado sobre una pista de luces de colores –sumada a la poca seriedad con la que se toma a la música disco– hicieron que el film dirigido por John Badham quedara en la memoria como una historia pasatista sobre un muchacho al que le gusta bailar. En realidad, se trata de un drama sobre la juventud y su desconcierto ante el futuro. Pero cada vez que Tony Manero entra en la pista y se escucha la música de los Bee Gees, la alegría disco hace su efecto. Disponible en Netflix, Flow
Save the Last Dance (2001)
Hip hop para las masas y para la academia es lo que propone el film dirigido por Thomas Carter. Julia Stiles interpreta a una adolescente cuyo sueño de estudiar ballet en el prestigioso Julliard School queda trunco por la repentina muerte de su madre en un accidente automovilístico. Al mudarse con su padre a Chicago se tiene que adaptar a su nueva escuela, en la que predominan los estudiantes afroamericanos. La adolescente lo logra gracias a su amistad con Chenille (Kerry Washington), mientras que el hermano de su nueva amiga la ayuda a recuperar su amor por el baile, y algo más, enseñándole a bailar hip hop. Disponible en Apple TV+
Footloose (1984)
Un pueblo en el que está prohibido el baile y un forastero que llega, cual héroe del western, a restaurar la alegría perdida. Kevin Bacon ya tenía un par de papeles en películas populares como Colegio de animales y Viernes 13 pero fue este film dirigido por Herbert Ross el que lo lanzó a la fama internacional. Además de la escena de la fiesta final, en la que hace un pasito que todo joven de los 80 recuerda, el actor también se luce en un baile en el que descarga toda su furia de joven incomprendido. Disponible en Google Play, Apple TV+
Hairspray (1988)
John Waters, director de películas ultra independientes y revolucionarias como Pink Flamingos y Polyester, se acercó al cine mainstream con este film ambientado en la Baltimore de los años 60, en el que una adolescente desafía las reglas estéticas impuestas por la sociedad, participando de un concurso de baile en TV. El racismo y la gordofobia son atacados con baile y amor, pero al estilo Waters. El elenco diverso y fabuloso incluye a Ricki Lake, en el papel protagónico, a Divine como su madre, a Jerry Stiller como su padre y a figuras de la música como Debbie Harry y Sonny Bono. Disponible en Amazon Prime Video, Apple TV+
Fama (1980)
Los alumnos de la Escuela Secundaria de Arte Dramático de Nueva York tienen distintos sueños artísticos. Algunos quieren ser músicos, otros actores y algunos bailarines. Las historias de un grupo de ellos están representadas en el film dirigido por Alan Parker, retratando de forma hollywoodense distintos ejemplos del sacrificado entrenamiento de un joven artista. Los que se dedican a la danza, clásica o contemporánea, lo tienen especialmente difícil. Y, sin embargo, tienen tiempo para compartir con sus compañeros coreografías "espontáneas" en el comedor o en la calle. Disponible en AppleTV+
Boda real (1951)
Fred Astaire es sinónimo de la perfección del baile en cine. En este film, dirigido por el gran realizador de musicales Stanley Donen, el actor y Jane Powell interpretan a un dúo de hermanos bailarines que viajan en barco a Londres para ofrecer su espectáculo, justo cuando la reina Elizabeth y el príncipe Phillip están por casarse. Por supuesto, durante el viaje cada uno encontrará el amor. Los números musicales son perfectos pero hay uno que es especialmente inolvidable: aquel en el que Astaire interpreta el enamoramiento de su personaje bailando literalmente por las paredes y el techo. Disponible en Qubit
Billy Elliot (2000)
Muchas de las películas de baile tratan sobre enfrentarse a algún tipo de discriminación y romper con prejuicios. Hay algo liberador en la danza y esperanzador en la idea de luchar para cumplir con un sueño. Eso es lo que sucede en el film dirigido por Stephen Daldry. Billy Elliot, interpretado por el debutante Jamie Bell, es un chico de un pueblito en Inglaterra, en plena década del 80, que cambia los guantes de boxeo por las zapatillas de danza, enfureciendo a su padre en un principio. Pero el innegable talento de Billy cambia su forma de pensar. Disponible en Netflix
Flashdance (1983)
En la década del 80 hubo un furor por las películas sobre baile, incluyendo a un par de esta lista. Flashdance fue otra de las producciones que se subieron a esta moda. Jennifer Beals interpreta a una joven que trabaja de día como soldadora y de noche como bailarina en un club nocturno, mientras sueña con ser parte de una compañía de danza. La película está lejos de ser una obra maestra, con la estética de su director, Adrian Lyne (9 semanas y media), acorde a lo que se consideraba sensual en el cine de los 80, repleto de humo y contraluz. Pero todo vale por la escena de la audición con la famosa canción de Irene Cara. Disponible en Netflix, Flow, Apple TV+
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