Cuentan Lucía Maciel y Paula Grinszpan que Paraguay, la muy buena obra teatral que dirigen juntas, nació a partir de una serie de pruebas en las clases de actuación que también dan en sociedad. "Desde un lugar sumamente lúdico, trayendo verdad desde la forma", precisan. "Dejamos que la línea argumental floreciera del propio material. Nuestra mirada como directoras está íntimamente ligada con la manera que tenemos de trabajar en las clases, donde las escenas aparecen como un territorio para explorar la actuación y no como situaciones cerradas. En el caso de Paraguay, empezamos probando desde los acentos". El resultado de esa liberal estrategia de trabajo, hay que decirlo, es óptimo: condimentada por un humor por momentos desopilante –en buena medida apoyado en el trabajo excepcional de Mariano Saborido (el mismo que se ha lucido con su interpretación de un joven Paco Jamandreu en la tira televisiva Argentina, tierra de amor y venganza)–, Paraguay aborda temas densos (el drama de muchos inmigrantes en un mundo donde las desigualdades persisten, el machismo, el insoportable peso de la burocracia) con mucha picardía y sin resignar profundidad.
"Llegamos a ese resultado porque nos permitimos todo en la etapa de los ensayos", explican Maciel y Grinszpan, también actrices con buen recorrido en el off. "En el humor y en la actuación es recomendable animarse a hacer esa gran pavada que a uno le gusta: hablar en tucumano, cantar una canción como en una comedia musical, decir textos en chileno… Todo es válido en ese proceso. La prueba aparece como un trazo, y uno no sabe realmente con qué se va a encontrar, con qué se va a quedar de todo ese material. Hay que estar permeable, probar, entregarse al juego. De ese modo, podés encontrarte con lo inesperado. Lo importante es soltar todas las ideas. Y lo interesante es ver que, al final, son las cosas más verdaderas y las más simples las que terminan quedando en la obra, que siempre se organiza a partir de dos o tres elementos".
Formadas como actrices y docentes con Nora Moseinco (ya referencia obligada para más de una generación), Maciel y Grinszpan encontraron un lugar ideal para desarrollar su trabajo en el Cultural Morán, un espacio magnífico, tanto por la calidad de las instalaciones como por su criterio de programación. El Morán funciona desde hace un tiempo en el barrio de Agronomía. Se dictan clases y talleres de géneros y literatura para chicos y adultos, cursos de economía (este año dio uno Axel Kicillof) y de dibujo y pintura. También suele haber buenos conciertos de música independiente (del indie platense de 107 Faunos al jazz porteño de Mariano Otero). La gastronomía del lugar es simple, barata y apetecible; el ambiente, muy cordial; y el valor de las entradas, más que razonable (las dos funciones de Paraguay que se llevan a cabo los viernes, de hecho, son a la gorra). También hay mesas (y clases) de ping pong que se habilitan los martes.
"Estar en el Morán es una experiencia muy enriquecedora", remarcan las directoras. "Porque pertenecer a un espacio y poder experimentar ahí mismo es algo que nos da mucha libertad para crear. Paraguay nació desde un lugar de prueba absoluta. Al principio, iba a ser algo de unos pocos minutos, pero terminamos haciendo una obra de casi una hora que encaja muy bien con la identidad del Morán. Estamos en perfecta sintonía".
Paraguay. Dramaturgia y dirección: Paula Grinszpan y Lucía Maciel. Elenco: Sasha Falcke, Manuela Martínez, Román Martino, Mariano Saborido. Viernes a las 20 y a las 21.30 en el Centro Cultural Morán, Pedro Morán 2147. Entrada a la gorra.
Más leídas de Espectáculos
"Tengo una nueva reunión". Massaccesi define su futuro, tras la salida de Lapegüe de TN, y Nelson Castro le pone un punto final a los rumores
"Pacto de sangre". Airbag: la banda que sobrevivió a estafas, sigue “al costado” de las modas y llena estadios
Dolor. Así reaccionaron los famosos ante la muerte de Roberto Giordano