Raro, como encendido
El extraño mundo del director de "Marte ataca" vuelve mañana a la cartelera porteña con "La leyenda del jinete sin cabeza"
NUEVA YORK.- La afirmación, por lo asombrosa, invita a imaginar cómo piensa un creador como Tim Burton, que, identificado con su nuevo personaje cinematográfico, cuenta a La Nación : "Muchas veces yo siento que no tengo cabeza". Lo dice en el sentido más literal, no sin preocupación, uno de los realizadores más personales y curiosos del cine norteamericano, luego de "Ed Wood", "El hombre manos de tijeras", "Batman vuelve", "El extraño mundo de Jack" y "Marte ataca", entre otras.
Durante la entrevista, su discurso se ve varias veces interrumpido por nuevas ideas que lo asaltan, a las que no da tregua y vuelve a reformular, y que muchas veces lo conducen a comentarios que -para desdicha de su eventual oyente- deja a mitad de camino, sin resolución. Lo que sí en principio puede conocerse de su particular y extraño mundo, sombrío y fantasioso, es la película que por estos momentos ocupa por lo menos su mente (debe aceptarse la contradicción tratándose de Burton): "La leyenda del jinete sin cabeza", que se estrenará mañana en la Argentina.
La figura central, la del jinete, le pertenece a Christhoper Walken, aunque por motivos obvios se lo encuentre, casi, irreconocible. Los coprotagonistas son sus grandes amigos, Johnny Depp (en su tercer trabajo para Burton) y Cristina Ricci.
El film, una fábula que mezcla el horror, la fantasía y el romance, está inspirado en un cuento clásico de Washington Irving "La leyenda de Sleepy Hollow", libro que suelen devorar los norteamericanos en su infancia. En la versión burtonesca es la historia de un pequeño y sombrío pueblito neoyorquino en el siglo XVIII al que arriba el alguacil Ichabod Crane (Johnny Depp) para investigar a este asesino serial que trota por los campos sin cabeza y arrasa con todas (las cabezas) que se le cruzan en su camino.
Burton acepta que, tal vez, sea éste uno de sus films "más violentos". Con guión de Andrew Kevin Walker ("Pecados capitales" y "8 mm"), por momentos romántica y fantástica, por otros, roza el género de terror cuando en la película rueda más de una cabeza. Aunque lo intenta, Burton no puede explicar el porqué de la violencia en su particular "cuento de hadas", que también contiene sus buenas dosis de humor.
Burton, en estado de shock
Cual si fuera un jinete vengativo, Burton advierte que su violencia va más allá de la desilusión que sintió antes de hacer esta película, cuando, después de haberle dedicado un año de trabajo al film "Superman Lives", que iba a protagonizar Nicolas Cage, el estudio Warner Bros., se retiró del proyecto. Abre un paréntesis y explica: "Quedé shockeado por la situación. Fue extremadamente dolorosa. Ya tenía ubicadas las locaciones y había mantenido miles de entrevistas para la película. Pero no creo que esa gente se dé cuenta de cuánto de nuestro corazón y de nuestra alma están puestos en una película. Entonces, dejé que pasara el shock porque no quería hacer cualquier cosa, decir "Okey, haré ´Academia de Policía 8´ porque necesito trabajar". Entonces, cuando me ofrecieron dirigir "La leyenda del jinete sin cabeza" me encantó. Ya conocía la versión de Disney para TV, de 1979, que llevaba la voz de Bing Crosby como narrador. Y pienso que también acepté hacerla porque estuve todo un año de mi vida relacionado con un personaje sin cabeza". Sin embargo, dice que lidiar con los estudios siempre representa un obstáculo. "Gran parte del problema de los estudios -explica- es que ellos quieren saber exactamente qué tipo de película estás haciendo. Y uno no puede realmente contestarles que "se trata de un montón de gente vestida como George Washington y un tipo sin cabeza". Hacer una película es un proceso orgánico y uno trata de encontrar el balance correcto en todo el proceso. Entonces, una vez que salís a filmar, lo mejor para mí es hacerla lo más rápido posible y mantener el ritmo de trabajo. Pero es difícil, es como querer controlar el clima."
Los Alien de Burton
En su particular estilo, el ex dibujante de Disney vuelve a rendir homenaje al cine que mantuvo su infancia a salvo del mundo exterior: aquellas películas de horror de los años 50 y 60, como "Black Sunday", de Mario Bava, o "The Fearless Vampire Killers", de Roman Polanski, o las películas de la productora británica Hammer. "Podría decir que con "La leyenda..." volví a mis inspiraciones más primitivas. Cuando era chico, los films de horror fueron mis psiquiatras, me servían de catarsis, y yo me sentía a salvo con ellos. Como realmente no leía, mis cuentos de hadas fueron esas imágenes fuertes. Eran buenísimas, traían sangre, sexo, drama y eran bellísimas. Solía verlas los sábados a la tarde, lástima que ya no las den más por TV", expresa.
Sin embargo, parecería que al cuerpo de ese hombre de traje y camisa negra que está sentado en un gran sillón verde de un hotel neoyorquino lo animara el espíritu de aquel "chico raro y solitario" de Burbank, el que les cortaba las cabezas a sus soldaditos y atemorizaba a sus vecinitos diciéndoles que habían sido Alien los asesinos de sus juguetes. "Sí, me sentía alienado de chico -dice-. Pero ahora no me considero un tipo extraño. Siempre digo: "Si no me cree, pregúntele a mi mujer"."
Miedo a todos
Burton es un fóbico autoconfeso. El miedo, material de su principal interés, lo vive de otro modo en su vida personal. "Es curioso lo que me sucede porque trato bastante a menudo con éste, pero no siento miedo. Probablemente tenga más miedo de la gente real que de otra cosa, es decir, de mis parientes, amigos y vecinos." El recuerdo de aquel hombre con manos de tijera, que quiere tocar pero no puede y se aísla del mundo -tal vez su film más autobiográfico-, lo lleva a rescatar otra de sus constantes, su compasión por los personajes imperfectos, incompletos, distintos, y el rechazo que muchas veces generan en los otros. "Siempre me conmovió que la gente tratara mal a los monstruos. Desde King Kong, los tratan mal sólo porque son diferentes." Entonces se vuelca sobre su nuevo protegido, el héroe romántico Ichabod Crane, que no es precisamente típico en su romanticismo, y dice que "piensa demasiado". "El está demasiado en su cabeza, siempre pensando cosas. Tiene una personalidad dividida. Entonces, uno presenta a ese tipo que no puede quitarse de la cabeza a ese jinete sin cabeza. A veces, cuando la gente piensa demasiado tiene como una visión túnel. Por eso, yo trato de responder más intuitiva que intelectualmente, porque sé que mi mente va a crear distintos tipos de cosas graciosas sobre las que puedo identificarme para salir de ese túnel."
Y en tren de desnudarse o definirse psicológicamente (tal vez para intentar ser más comprendido), Burton agrega que, probablemente, sea un "maníaco depresivo". "Cuando estoy realmente feliz, después tengo una depresión natural. Es como todo, no es sólo una cosa, es una composición de varias. Si algo se presenta como una cosa, por ahí es así y por ahí no", dice, ya metido en su laberinto.
Burton, de 42 años, mira el mundo a través de unos gruesos cristales azulados que agigantan sus ojos, y también los interrogantes de quienes lo observan. Se mueve inquieto sobre ese sillón, juega con las manos de manera nerviosa y retoma la cuestión de la violencia: "Se da una dinámica extraña. Las culturas se hacen más conscientes de ésta y la reprimen. En verdad, debo decir que me enojó mucho cuando en los EE.UU. prohibieron "La leyenda..." para menores de 17 años. Yo no tendría ningún problema en mostrarla, porque los chicos son como los adultos".
Entonces dice que "pensó mucho", al rodar el film, sobre si mostrar o no la cabeza de un chico rodando. "Pero no, no, hay sólo cabezas de adultos. Las cosas que encuentro perversamente violentas no me gustan. Insisto en que traté de tomar la historia como un cuento de hadas y no como la reconstrucción de una historia real. Por eso realzamos ciertos elementos para acentuar la fantasía. Las películas de Hammer lo hacían sin saberlo, yo lo hago porque me gusta."
El director del film de animación "El mundo según Jack" y antiguo colaborador del dibujo de Disney "El zorro y el sabueso" cuenta que antes de filmar suele dibujar casi todas las escenas. "El dibujo siempre me ayuda a pensar. En esos momentos no estoy tan aquí, se filtra lo más inconsciente y aparece lo más real de mí." Burton retoma la preocupación de su jinete y dice: "A veces uno no sabe a nivel inconsciente a qué está respondiendo. Pero muchas veces siento que no tengo cabeza, en el sentido que uno piensa de poseer una cabeza, ¿no?"
Presencias
La película no se filmó en el verdadero pueblo de Sleepy Hollow, al norte de Nueva York, sino en Londres, adonde Burton se trasladó con sus más antiguos colaboradores: el director de fotografía, Emmanuel Lubezki, y Rick Heinrichs, diseñador de producción. Y se dio otro gran gusto: un cameo del célebre actor de viejos films de terror Christopher Lee y la actuación de su mujer, Lisa Marie.
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