Un siglo de radio: todas las voces unidas para celebrar sus 100 años de vida
En el mismo lugar, un siglo después. Allí, en el porteño Teatro Coliseo, aunque con otro edificio. Los medios de comunicación públicos y más de 300 emisoras privadas se vincularon para recordar aquella velada fundacional en la que "los Locos de la Azotea" llevaron adelante la primera transmisión radial del mundo.
El festejo por los cien años de la radio se convirtió en una gala donde desfilaron numerosas voces que enaltecen al medio. Las históricas y las que llegaron hace poco, todas unidas con un mismo fin: celebrar la radio. A las 15 en punto, se comenzó a desandar ese camino que estuvo definido por la emoción. Fue emitido, vía streaming, por Radio Nacional para todo el país y con flashes a través de la Televisión Pública, cuya señal, a las 16.15, mostró un documental de impecable realización.
Como no podía ser de otra manera, la transmisión comenzó con las voces. Antonio Carrizo, Niní Marshall, Eduardo Aliverti, Magdalena Ruíz Guiñazú, fueron algunos de los primeros referentes que se escucharon como prólogo a la bienvenida a cargo de Mikki Lusardi y Eddie Babenco, los conductores del evento instalados en el escenario del Coliseo y custodiados, como no podía ser de otra manera, por los operadores técnicos y la ineludible mesa que recreaba y cumplía el rol del control de una radio. De fondo, una gran pantalla que permitiría ver, en teleconferencia, a todos los referentes que se fueron sucediendo con su testimonio.
Semejante festejo no podía tener una voz vinculante que no fuese la de Héctor Larrea, el gran prócer del medio. Desde su casa, vía TLINE, Larrea condujo con una precisión que desmentía la lejanía. "La pandemia nos obligó a adaptarnos. La celebración no pudo hacerse como lo habíamos soñado: hubiéramos querido hacer una verdadera fiesta en la calle", explicó el creador de Rapidísimo en el inicio. Es que, desde hace varios meses, se venía trabajando en lo que iba a convertirse en una verdadera fiesta popular, cuando nadie imaginaba la aparición de un enemigo mundial llamado coronavirus.
La gran fiesta se convirtió en una celebración coral y plural donde referentes con diferentes ideologías y posturas políticas se vincularon a partir del amor por el medio. No faltó la emoción, las anécdotas, y el denominador común de esa pasión que une a comunicadores y oyentes. En la tarde de ayer sucedió la magia, una vez más, como desde hace cien años.
Palabra presidencial
Cuando habían transcurrido veinte minutos de transmisión, Mikki Lusardi anunció la comunicación telefónica con el presidente Alberto Fernández. "Señor Presidente de la Nación, buenas tardes", saludó Larrea. "Héctor querido, ¿cómo le va?", respondió el primer mandatario. Rápido de reflejos, y apelando al código radial, Larrea le consultó si podía llamarlo "Alberto de Olivos", como suelen definirse los oyentes de radio con nombre y barrio. Todo un rasgo de identidad.
"La radio es una compañía importante para mí", comenzó diciendo Fernández, y agregó: "Soy de los que escuchan más AM que FM, porque me gusta más escuchar voces que música y le presto más atención a las opiniones, que son una compañía cuando estoy haciendo otras cosas o estoy manejando", reconoció el presidente.
Todas las voces todas
En algunos tramos, la señal de Nacional se unió, en dúplex, con la de otras emisoras para que sus conductores, al frente de sus programas en ese horario, pudiesen participar de la fiesta. Así aconteció con Fernando Bravo, al aire con Bravo Continental, y con María Isabel Sánchez, a cargo de su espacio en Radio Mitre. Bravo no pudo contener el llanto al comenzar a hablar: "Estaba yo pensando en los que podrían estar con nosotros en este lugar y no están, pero los tenemos cerca", dijo entrecortado el eximio locutor de San Pedro. Muchas de esas ausencias presentes aparecieron con su voz o con la imagen recortada en la pantalla; Juan Alberto Badía fue una de esas figuras recordadas e ineludibles.
A lo largo de la transmisión, los referentes del medio fueron dando testimonio en vivo a través de la videoconferencia entre varios. Nelson Castro y Eduardo Aliverti compartieron la charla con María O´Donnell y Ernesto Tenenbaum. Fue uno de los grandes momentos de la transmisión, siempre con Larrea marcando el paso y los climas de cada situación. "Quiero reivindicar, y sé que lo hago en nombre de todos los que están y de tantos oyentes, que nos hayamos juntado todos. En estas dos horas, por lo menos, la tontería de la grieta y todo ese tipo de cosas se han perdido", enfatizó Aliverti. Castro, por su parte, reconoció la importancia de "este momento de diversidad y pluralidad" y finalizó reconociendo que "esto lo logra la radio, hemos estado todos aquí".
Castro, Aliverti, O´Donnell, Tenembaum, Oscar González Oro, Andy Kuznetzoff, Alejandro Dolina, Víctor Hugo Morales, Liliana Daunes, Quique Pesoa, Carlos Ulanovsky, Beto Casella, Oscar Gómez Castañón, Matías Martin, Lalo Mir, Julieta Pink, Sebastián Wainraich, Pedro Saborido, Gabriel Schultz, Leo Rodríguez, Eduardo De la Puente, Nora Briozzo, Mariano Pelufo, Julieta Prandi, Enrique Macaya Márquez, Mariano Closs, Alejandro Apo, y Viviana Vila fueron otras de las voces que brindaron su testimonio.
"La radio hoy se puede hacer desde cualquier parte. Con los elementos que tenemos a mano se puede tener una radio sin la necesidad de tener una gran torre. La radio no va a desaparecer porque tiene una gran capacidad de transformación. Lo importante es el oyente", dijo Quique Pesoa, una de las figuras que impuso estilo propio al medio. "Fontana y Larrea me formaron. Badía entendió cómo pasar de la AM a la FM y hacerlo popular y poder manejarlo", reconoció Pergolini. Julieta Pink, una de las voces jóvenes más interesantes del medio, sostuvo que "somos todos oyentes" y Eduardo de la Puente reconoció que tiene "el mejor trabajo". Enrique Macaya Márquez acompañó su testimonio reconociendo que arrancó "a los 15 años en Radio El Mundo", dejando en claro que radio y deportes construyen un matrimonio perfecto. "La radio sigue viva porque la voz humana no se cambia por nada", expresó la locutora Nora Briozzo.
A pesar de las imposibilidades que genera este momento pandémico, la fiesta de la radio estuvo atravesada por la emoción, la pluralidad de voces y el reconocimiento a los próceres que aún transitan el medio y a los que dejaron su huella indeleble. Transcurrieron cien años desde que Enrique Susini, César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica realizaron la primera transmisión inalámbrica desde la terraza del Teatro Coliseo. Aquella presentación de "Parsifal", de Richard Wagner, fue el inicio para el desarrollo de un medio que, como ningún otro, empatiza con la fidelidad de sus receptores. La radio, sus comunicadores y los oyentes: el vínculo perfecto que se adapta a las nuevas tecnologías, sin claudicar a esa comunión única e íntima.
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