Hace diez años que conduce el programa dominguero Aire de noticias, en Radio Mitre. Es el costado menos conocido de Sandra Borghi,pero el que más la apasiona. "Amo ese espacio", dice ella tan fascinada como si hablara de un hijo. "Mis amigos me dicen que lo deje porque los sábados no puedo salir, me levanto muy temprano los domingos y no sé lo qué es una escapada de fin de semana. Pero no lo largo ni loca, es lo último que haría en mi vida".
-¿Para tanto?
-De verdad, el programa es un hitazo.
Su compañero de fórmula, los domingos de 9 a 11, es Gonzalo Aziz. Al principio fue Mario Massaccesi, pero a los tres años se fue y quedó esta dupla definitiva. Basado en los diarios del día, el programa fluye con información propia, encuestas y entrevistas... Como dice Borghi, "buena onda". Y agrega: "Creo que el éxito se basa en que hay dos personas que son ellas mismas, con sus virtudes y defectos, con sus diferencias, con todo lo que hace un ser humano común y corriente, pero puesto al aire en una radio masiva".
Borghi, además, conduce un segmento en TN junto a Pepe Gil Vidal y el programa Nosotros a la mañana, en eltrece, con el Pollo Álvarez. Pero su vida no siempre fue así de cómoda porque a ella le gusta moverse. Sus grandes éxitos los consiguió en la calle, como movilera, donde siempre se destacó del resto. Casualmente, su primer trabajo también lo hizo en la calle, vendiendo libros puerta a puerta. Sabía que quería trabajar en televisión y radio, pero no lograba entrar al ISER para estudiar locución. "Me rebotaron cuatro veces y recién a la quinta, entré. Entonces en el medio empecé a hacer la carrera de Periodismo en TEA", recuerda.
-¿Y cómo conseguiste tu primer trabajo en los medios?
-Un día, vendiendo libros, toqué el timbre en un canal de televisión zonal de José León Suárez.
-¿Sabías que era un canal?
-¡No! Ahí me puse a charlar y les pregunté si podía entrar a ver. Les dejé el teléfono de línea de mi mamá y les dije: "Yo soy caradura puedo hacer lo que quieran". Y me llamaron al poco tiempo de un programa de básquet. Yo no tenía idea de básquet, pero fui.
-Claro, uno agarra lo que sea.
-Obvio. Y esa misma productora chiquita después me contrató para hacer un programa que se llamaba Ferias y exposiciones. Recorríamos las exposiciones y yo presentaba: "Estamos en la feria bla bla bla..."
-¡Estabas chocha!
-¡Feliz!
-¿Y cómo diste el salto a los grandes medios?
-Un día vi un aviso en el diario que buscaban periodistas para un nuevo canal de televisión. Me tomé el 21 en General Paz, me bajé en Provincias Unidas, me tomé el 620 y llegué al lugar. Me ofrecí, dejé mi currículum y empecé. Era Canal 26. Trabajé cuatro años. De verme ahí, me llamaron de Radio América y de Radio del Plata. Después pasé a Radio Continental hasta que me convocaron cuando se armó TN.
-¿Qué era lo que más te gustaba hacer?
-Quería ser periodista de la calle, me volvía loca. Para mí, el periodismo se hace en la calle. O sea, la construcción de la noticia es a partir del hecho y a partir del hecho podés empezar a contar lo que pasó.
-¿Qué es lo que tanto te apasiona?
-Lo que me genera estar en la cobertura, reconstruir la noticia, encontrar el testimonio. Yo siempre fui muy movediza. Cuando tenía que hacer trabajos prácticos, me iba con los grabadores que estaban en nuestras casas, esos que tenían rec y play y cuando había que hacer un trabajo yo grababa testimonios en un cassette. Mis aportes a los trabajos prácticos eran a partir de un relato con testimonios. Yo me acuerdo que en la escuela era la única que innovaba con eso. Pero para mí, el aporte venía a partir de la búsqueda de información.
-Te gustaba ver gente, hablar... ¿Nunca fuiste tímida?
-Creo que la timidez no está en mi ADN, nada me da vergüenza y en la calle tenés que ser avasallante, tenés que ser muy jugada. Si sos miedosa, probablemente no puedas hacer algunas coberturas.
-¿Recordás alguna situación extrema?
-Hace muchos años, en General Rodríguez, había una toma de rehenes en una estación de servicio y el delincuente dijo: "Para soltar la los rehenes, que venga un periodista". Estaba yo ahí adelante, agazapada como el resto de los periodistas y el tipo con el arma me miró y me dijo: "Vení vos". Yo te juro que no tenía miedo. Lo único que me hacía ruido era que iba a interrumpir mi trabajo. Entonces le dije: "¡No puedo, estoy al aire!" No tuve miedo, hubiese ido, pero no quería dejar de relatar. El miedo me llegó un poco más fuerte muchos años después, cuando nacieron mis hijos porque ya ahí el riesgo de mi vida ponía en juego la felicidad o la salud de ellos, entonces empecé a medir mucho más lo que hacía.
-¿Fuiste movilera estando embarazada?
-Durante mis tres embarazos fui movilera. Ahí me cuidaba mucho más.
-¿Te cuidaban también?
-Sí, tal vez no me sacaban tanto a la calle, pero yo pedía salir.
-¿Cómo fue que, trabajando en radio, te convocaron de TN?
-Pasó algo increíble. Un día yo iba con el móvil de Continental, cruzando la 9 de Julio y veo que 20 policías corren en la misma dirección atravesando la avenida. Entonces le grito al chofer que frene. Me tiro del auto y empiezo a correr para la dirección que iban los policías. Pido aire mientras tanto. Era el horario de Rolando Hanglin y le empiezo a relatar lo que pasaba. "Mirá Rolando, estoy corriendo con 20 policías adelante mío... No sé a dónde vamos, sólo sé que está totalmente cortada la 9 de julio. Los autos se empiezan a desviar. No sé lo que van a buscar, pero se tiran de los patrulleros para correr en dirección a Rivadavia..." Yo relataba y relataba y en el momento en que llegamos a Avenida de Mayo y 9 de julio veo a dos delincuentes que se le habían subido al auto a una mujer en el semáforo y los automovilistas se habían atravesado y no los dejaban pasar, mientras la policía los rodeaba. Imaginate, ¡un festival para mí! Un festín periodístico. Relaté todo eso al aire con la suerte de que, de la mano de enfrente, en su auto particular, venía el gerente de noticias Carlos De Elía. Cuando llegó al canal, dijo: "Busquen a esta chica, la quiero acá". Así entré a Canal 13 y a TN.
-¿Dejaste la radio?
-No, hacía todo. Estaba con Luis Majul a la mañana, a media mañana entraba a Continental y a la tarde iba a Canal 13. Un tiempo tuve que suspender la facultad. Después decidí soltar uno de los trabajos, retomé la facultad y me recibí de locutora. Estuve muchos años haciendo Continental y TN. Después solo con TN. Dejé la radio cuando en TN ya tenía mas exigencia, más coberturas en el exterior, viajaba... Era incompatible.
-¿Sentis a TN como el trabajo que marcó tu carrera?
-TN es mi carrera, ahí tengo todo. Mis mejores experiencias de vida, todos mis aprendizajes. Fue mi escuela porque era muy chiquita cuando entré. Si bien yo tenía experiencia de haber trabajado en otros lugares, ellos me dieron una tremenda oportunidad de crecer. Yo empecé en Telenoche con Mónica y César. Me temblaba el alma. Se me explotaba el corazón. Yo veía Telenoche sentada en el living con mi mamá y mi papá. La primera vez que salí en el móvil de Telenoche casi me infarto del miedo.
-¿Cómo hiciste para destacarte?
-Primero, no soy de quedarme donde se quedan todos. Cuando voy a una cobertura me alejo de donde está el grupo de todos los periodistas. Busco siempre alrededor para ver qué otro aporte puedo dar. Yo hago de un simple choque en la esquina, la noticia del día porque le busco todo lo que le hace al show, a la emoción, a la búsqueda de información. Yo tenía un jefe en Radio Del Plata, Hugo Ferrer, que instaló en mi vida la frase "show y emoción" y el periodismo es también un poco eso. Por supuesto que es la búsqueda de la información, pero a la información vos tenés que ponerle estos condimentos. Con lo cual siempre estoy atrás de algo distinto. Nunca me quedo con lo que veo en el plano que ven todos, voy en busca de más, por eso me gusta la calle.
-Y esa pasión, esas ansias por tener o la primicia o el lado diferente...
-...me ha llevado a pelearme mucho en la calle, sí.
-¿Lo vivís con orgullo?
-Mi forma de ser es ésta. Nunca fui de atropellar al otro, pero no me toques lo mío. Es así. Yo soy muy respetuosa de los códigos de la calle, los conozco muy bien. Ahora, no pases por encima de los códigos míos porque soy capaz de cualquier cosa. De hecho, me he metido en la pantalla de Telefe al grito de "¡vos no me toques la nota!".
-¿Cómo era la frase?
-"Pedro, vos no contestes", lo reté al entrevistado. El pobre Pedro estaba entre Telefe y Canal 13.
-Lo que explicaste en ese momento es que habías estado todo el día tras esa nota...
-A mí Telenoche me había dado una misión: tenía que encontrar a la víctima de un robo de un kiosco en Almagro. Lo encontré y tomé mate con la familia toda la tarde para tener todo lo que necesitaba. Y el movilero de Telefe llegó a las ocho menos cuarto y me quiso sacar la nota. Casi lo mato. Ese día casi nos vamos a la piñas, nos tuvieron que separar.
-Pero por más que expliques, quedó instalado que sos brava.
-Quedó, quedó, pero no es que soy brava. Yo soy muy respetuosa del trabajo del otro, pero no me gusta que nadie me toque el mío. Además soy una apasionada con lo que hago y cuando vos vivís con tanta pasión y le metés tanto amor a lo que hacés, no permitís que cualquiera te lo manipule. Yo soy periodista las 24 horas, voy caminando y veo que se cayó un árbol que aplastó cuatro autos, ¡salgo al aire, flaca! Es más fuerte que yo. Para mí no hay horario para el periodismo. Me brota. Entrego un hijo en la escuela y salgo corriendo para la nota.
-Ahora no estás más como movilera, ¿no?
-Ahora no porque me pusieron de conductora en TN en un segmento de la tarde, pero cuando pasan cosas importantes, salgo. Las marchas de Ni una menos, por ejemplo. Todo lo que tiene que ver con una cobertura fuerte y, sobre todo, con las mujeres. Pero es cierto que ahora soy conductora.
-¿Es algo que anhelabas?
-Son ciclos que van pasando, pero los productores saben que levantan el teléfono y me dicen que voy a la calle y para mí es una fiesta. No porque no quiera estar donde estoy, la verdad es que fue un reconocimiento enorme ponerme como conductora, tiene otra presencia. Pero sí es cierto que cuando fue lo del diputado Olivares salí a la calle... Cuando hay coberturas fuertes yo pido, ellos me piden y yo salgo, lo hago con mucho gusto.
-¿Tenés competencia con los movileros o pensás que sos la mejor?
-Sé que soy la mejor, soy imbatible en la calle, no se me escapa nada. Hay muy buenos movileros, pero yo soy la mejor. Sé que todo lo puedo cubrir, sé que nada me va a dar miedo, que voy a encontrar el testimonio, que voy a ir hasta el final.
-¿Tenés enemigos en la calle?
-No tengo enemigos en la vida. Igual, hay gente que no me quiere. Me doy cuenta por las redes sociales, pero tiene más que ver con un contexto que me excede. No me engancho en eso.
-¿Cómo te llevás con Mercedes Ninci que tiene tu estilo?
-Tuvimos una época muy mala y después tuvimos una charla. Nos pusimos de acuerdo en algunas cuestiones. Pero sí, teníamos muchos problemas y muy graves.
-¿Y cómo quedó todo con Mariano García, el notero de Telefe con el que te peleaste por Pedro?
-Pasamos un año y medio sin hablarnos. Yo llegaba, saludaba a todos y a él lo esquivaba para que se diera cuenta de que lo odiaba. Después se me pasó y un día hablamos y nos reímos. Creo que Mario Masaccessi fue el intermediario. Nos matamos de risa y seguimos para adelante. Nada queda atado a lo personal porque está claro lo que tiene que ver con el trabajo y la pasión que uno le pone.
-¿Pero él te llegó a entender?
-Sí, lo entendió. No sé si él piensa que yo tengo razón, no me interesa su posición. Yo estoy convencida de que yo tenía razón. Con lo cual creo que lo único que tenía que hacer era pedirme disculpas. No sé si me las pidió y no sé si se las pedí. Nos miramos, nos perdonamos y seguimos para adelante. Después, también tuve una discusión muy fuerte con Yanina Alvarez, de C5N.
-¿Dónde fue?
-En la puerta de los tribunales de Comodoro Py. Ella estaba embarazada y le dije: "Vos quedate que yo voy a buscar al abogado y lo traigo". Y cuando vuelvo, el abogado había salido por otra puerta y ella ya le estaba haciendo la nota.
-No te avisó.
-No me esperó, ni me avisó. Entonces, ¿qué hice? ¡Le saqué el auricular al tipo! Y empezamos a hacer la nota entre las dos. Pablo Duggan, desde el piso, se puso como loco. De esas tengo varias. Decir: "Le llegás a poner el auricular y te mato". Esas cosas no las permito.
-¿Y cuestiones de género te pasaron alguna vez?
-Miles, pero no de colegas, la calle es como un fuerte. A mí me pasó algo tremendo cuando Cristina [Kirchner] estuvo internada en la Favaloro, en plena grieta del grupo Clarín con el Gobierno. Estábamos todos los periodistas en un corralito que nos protegía y estaba la custodia presidencial. Al lado mío, la periodista de la TV Pública y del otro lado, un chico de Telefe. Y entonces yo escucho a dos o tres metros a una mujer que me gritaba "¡Te voy a matar!" A los pocos minutos, vence la valla y se me tira encima con una tijera para clavármela. Los que me defendieron fueron ellos, la chica de la TV Pública y el chico de Telefe. Me encerraron en el móvil y armaron una protección. En la calle, somos un bloque, no hay cuestión de género ni diferencia de canales. Cuando alguien nos agrede de afuera, saltamos todos. Entre nosotros tal vez nos puteamos, pero a los dos minutos estamos tomando mate juntos.
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