Malena Guinzburg, sobre su debut en Basta: "No vengo a ocupar el lugar de Cabito"
El lunes Malena Guinzburg debutó como nueva integrante de Basta, el programa de Metro (FM 95.1) liderado por Matías Martin, y si bien ya había trascendido su nombre,ella no habló públicamente del tema hasta unos minutos antes de salir al aire. Es que la llegada de la humorista al ciclo se dio en medio de la polémica por la salida de uno de los integrantes históricos de la radio, Cabito Massa Alcántara."En diciembre yo ya lo sabía, pero fue complicado el fin de año de Basta, por eso no lo dije, me parecía que todo tenía que tener su tiempo", le cuenta ella a LA NACION esta mañana, del otro lado del teléfono.
-¿Fue por la salida de Cabito? ¿Sentías que le sacabas el lugar?
-Sí, pero... ¡ni en pedo le saco el lugar! No podría, son cosas muy distintas. No es que vengo a ocupar el lugar de Cabito.
-¿Por eso no lo dijiste? Igual se supo...
-Había que respetar los tiempos. Yo quería hacer las cosas prolijas... Y bueno, se filtró.
-¡Esperaron un montón para anunciarlo!
-Lo anunciamos el día que empecé, ni siquiera una semana antes. Estábamos por arrancar, faltaba media hora y ahí lo publicamos. Yo soy de contar en mis redes todo lo que me pasa y estaba yendo a la radio y... ¡lo quería decir! Lo hice y bueno, ¡que explote la bomba! Porque también pasa eso: a los que son muy fieles, les cuestan los cambios. No me tengo que meter a leer comentarios porque puede ser perjudicial para mi salud. Hay miles que me expresaron su buena onda y lo contentos que están con que yo arranque, pero hay muchos que no y les encanta hacértelo saber. Ya me pasó cuando entré a Sarasa, el programa de Ronnie Arias. Al principio fueron muy hostiles los oyentes conmigo, me costó mucho.
-¿Será una cuestión de genero? Basta era un programa de varones.
-Una cuestión de mover piezas, me parece. Puede ser una cuestión de género, pero también pasa que si no ponen a una mujer, son machistas y si la ponen, porque la ponen. No hay nada que les venga bien. Esa cosa de agresión que pasa en las redes es un fenómeno social. Igual, me llegaron tantos mensajes lindos que me quedo con eso. Cuando puse la foto de Basta me hicieron muchos comentarios buena onda, pero sé que va a ser un proceso.
-¿Tenías relación con Cabito?
-Sí, lo quiero mucho a Cabito. Hicimos stand up juntos.
-¿Hablaste con él de este tema?
-Sí, nos mensajeamos y nos queremos un montón. Me deseó la mejor y está todo bien.
-¿Por qué dejaste Morfi? ¿No te daban los tiempos?
-No iba a poder, me iba a volver loca. Cansa mucho hacer tantas horas de aire, me iba a tener que ir corriendo de un lugar a otro... Ayer, confirmé que no iba a poder con las dos cosas: después de cuatro horas de radio, terminé agotada. Además, la semana que viene arranco de nuevo con el teatro... Todo en la vida no se puede.
-Llegás con tiempo a la radio...
-Llego una hora antes, almorzamos, es un momento de hablar de lo que se va a hacer, me gusta.
-¿Qué te pidieron en la radio cuando te convocaron?
-Que sea como soy, creo que lo que les gusta es eso, después iremos laburando y pensaremos cosas para hacer. Por ahora, es entrar a un grupo que lleva 19 temporadas, soy la nueva del colegio. Estamos en proceso de adaptación, van tres programas y lo que sí sucedió es que nos divertimos mucho y yo sentí que fluyó. Estoy con chiche nuevo, muy contenta, disfrutándolo. Me siento muy cómoda, todos me recibieron genial. Ni en mis sueños más grandes de radio me imaginaba estar ocupando este lugar.
Van tres programas y nos divertimos mucho y yo sentí que fluyó. Estoy con chiche nuevo, muy contenta, disfrutándolo
-¿Es verdad que era un programa que escuchabas?
-¡Sí! Yo laburé en Metro como productora y Basta es un programa que escuché mucho. Sé quiénes son, sé lo que pasa. A Matías lo recontra admiro, es de los mejores periodistas que hay; Ripoll me parece un genio, a todos los quiero. En serio, no es por quedar bien. Cuando me convocaron, no lo podía creer. Era como entrar al Barcelona.
-¿Sentís que sos parte de un cambio de esta radio de incorporar mujeres?
-Sí, absolutamente. Era una radio de hombres y no está mal darse cuenta de que hay que poner más mujeres, pero no como algo forzado, esto no es cupo femenino obligatorio. Tiene que ver con una necesidad de escuchar otras voces. Metro ahora ya no es una radio machista. Va a estar María O’Donnell en la primera mañana; los domingos está Gisela Buseniche; en el programa de Andy [Kusnetzoff] hay mujeres; Julieta Pink estuvo siempre... Me parece que quedó la imagen de una radio machista, pero hoy siento que no lo es. Pasaron 18 años, es obvio que en un momento hay que cambiar. Mover piezas es difícil, pero yo creo que es necesario. Entiendo que haya gente a la que le cuesta, gente que quizás piense "a esta no la soporto". Hay mucho prejuicio, oyentes que no me conocen, que nunca me escucharon, pero como tengo un apellido famoso piensan que soy una tonta y que estoy sólo por eso. Y hay otros que me quieren y... qué se yo. En la cancha se ven los pingos.
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