En medio de la tanda, se sienta, acomoda el micrófono en el estudio de Radio Pop y se dispone a sonreír a la cámara de LA NACIÓN. Toma aire antes del flash, se agarra las manos y se las aprieta, como quien espera a que le saquen una muela. "Me incomodan las fotos", dice Julieta Cajg , alias Cayetina, ella, que es fotogénica y que sabe que posar es parte de la profesión. Tiene las uñas pintadas y cada vez que tiende a mordérselas recuerda que son parte de su personaje en Claudia, el film de Sebastián De Caro que está en pleno rodaje.
Hace cerca de 10 años que trabaja en radio. Comenzó casi sin querer, cuando no era Cayetina, cuando era Julieta, la hermana de Nicolás " Cayetano " Cajg. Seguía la carrera de medicina, pero cada vez que debía estudiar alguna enfermedad pensaba que la sufría ella misma. Un día quiso hacer algo que la hiciera feliz. Aprovechó que su hermano trabajaba con Andy Kusnetzoff en la Metro, en un muy joven Perros de la calle, allá por 2009, y le pidió poder promocionar una obra de teatro en la que actuaba. Y le salió bien. Andy la adoptó, la bautizó como Cayetina y durante siete temporadas fue feliz movilera y productora del ciclo del conductor que este año ganó el Martín Fierro de Oro.
El resto vino solo. Pasó por la televisión abierta y de cable como coconductora y como actriz en algunas tiras. Hoy, tras tomarse un año sabático del éter, volvió a la radio de la mano de Despierta Corazón, el programa semanal de la Pop de Diego Korol, que va de 6 a 9 de la mañana. Después de reírse distendida en el pase con Lalo Mir, y ya fuera de la radio, con un café con leche de por medio, Julieta habla con LA NACIÓN. Cuenta que a sus 36 está embarazada y feliz, habla sobre la importancia de su familia, de su feminismo. También, explica que aprovechó su lejanía de la radio para comenzar a dirigir teatro y terminar la obra que más la define, Eye y yo, la historia sobre su ya fallecida abuela Esther, quien sobrevivió a siete campos de concentración. Y esos planes, tan cercanos a su corazón, también le salieron bien. "Fuimos nominados a los premios Ace como Mejor obra de teatro independiente y todos los domingos, durante ocho meses, nos presentamos a sala llena. Cuando hacés lo que te gusta, lo que te hace feliz, es difícil que te salga mal", dice y le da dos golpecitos a la mesa.
–Antes de ser Cayetina, ¿qué hacías y qué soñabas hacer?
–Quería ser cirujana cardiovascular. Quería ir corriendo por los pasillos para salvar vidas. No quería hacer consultorio. Tenía 23, 24 años. Estudié cuatro años en la UBA y empecé a tener una especie de hipocondría. Pero la verdad es que yo ya quería ser actriz. Entonces fui dejando de a poco la carrera. De chica había estudiado comedia musical y actuación con Hugo Midón. Mi familia me apoyó y mientras me la rebuscaba, trabajaba de moza. Un día mi mamá me dice: ´hijita, yo estuve pensando, porque no estudias instrumentadora quirúrgica que es un poco lo que a vos te gusta y podés seguir tratando como actriz y te hacés unos pesos ´. Me enojé con ella y conmigo porque me empecé a preguntar ´Uy, ¿si tiene razón, si no puedo vivir de esto?´. Después de trabajar con Andy, a los tres cuatro meses me llamó Gastón Portal para entrar en RCM con Mariana Fabbiani así que se me fue dando. Después rechacé mucho trabajo de panelista, si bien lo consumo. Soy de creer que los ´no´ hacen más que el ´sí´.
–¿Cayetina o Julieta Cajg?
–Me dicen Juli o Caye. Surgió por Andy y lo mantuve. Y es gracioso porque a Nico le dicen Cayetano porque en su primer móvil con Andy fue a cubrir un San Cayetano. Y es gracioso porque me preguntan ´¿cómo puede ser que tu hermano sea Cayetano y vos Cayetina? ¿No tienen el mismo apellido?´
Si bien yo conocía lo que le había pasado a mi abuela, nunca lo habíamos hablado. Nuestra relación pasaba por nuestras salidas, los viajes que hacíamos juntas a Piriápolis con su grupo de jubilados
–Dejaste Perros de la Calle, te pusiste de lleno con el teatro y obtuviste buenas críticas como directora y también por Eye y yo
–Amo la radio, pero quería dirigir teatro y necesitaba más tiempo. Elegí una obra con diez personajes, Historias de locura ordinaria, y la presentamos en el Margarita Xirgu y después en el Espacio Callejón. Además, hace dos años que hago La fiesta del viejo, este año nos fuimos de gira por Europa, estuvimos en España, por Polonia, nos fue muy bien. La pausa la tomé básicamente porque yo quería ya terminar la obra sobre mi abuela paterna, Eye y yo. Laura Oliva, hace de mi baba Esther, Eye; Francisco Prim es una suerte de conductor y yo soy yo. La obra la escribió Dennis Smith, con devoluciones mías, y surgió porque cuando falleció mi abuela me dio terror olvidarme de ella, olvidarme de sus manos...
Cayetina se emociona, mira hacia arriba. Se le eriza la piel y continúa: "Cuando vivís por primera vez la muerte de alguien a quien querés mucho es desolador el no verla nunca más. Entonces pensé en tatuarme el número que tenía ella en el brazo, el que los nazis le pusieron cuando entró al primer campo de concentración. Así siempre habría alguien que me preguntaría su significado al verlo. En esa búsqueda del número, que duró cinco años de entrevistas con historiadores, con la amiga de mi abuela, con museos de la memoria de todo el mundo, comenzó a surgir la obra. Y si bien yo conocía lo que le había pasado a mi abuela, nunca lo habíamos hablado. Nuestra relación pasaba por nuestras salidas, por los viajes que hacíamos juntas a Piriápolis cuando yo me colaba con ella y su grupo de jubilados".
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–Fue entrevistada por Steven Spielberg para su documental sobre el Holocausto
–Sí, me sirvió mucho esa entrevista para saber bien su recorrido. Ella vivía en Polonia, era adolescente, imagínate que perdió al 90 por ciento de su familia y sólo quedó ella y su hermano, José. Lo entrevistamos a él y a la gran amiga de mi baba, Eugenia Unger, que es la sobreviviente a los campos de concentración que vive en Argentina.
–¿José y Eugenia fueron a ver la obra?
–Eugenia vino al estreno, la hicimos subir al escenario, estaba encantada, nos regaló joyas de ella. A Laura, que también hace de Eugenia en una parte de la obra, le regaló un anillo que se lo pone cuando la interpreta. Eugenia siempre dice: "Única nieta en el mundo que hizo esto" -Cayetina imita el acento polaco-. El hermano de mi abuela no llegó a verla, falleció cuatro meses antes del estreno. La mujer no quiso venir. Pero sí vino el hijo y la nuera y los nietos.
–¿Tu familia fue a verte? ¿Tuviste miedo de cómo la recibirían?
–Toda mi familia fue. Cuando Dennis Smith la terminó de escribir les leí la obra a Cayetano y Camila, que son mis hermanos de parte de mi papá. Me dijeron, ´yo le pondría tal cosa y tal otra´. Pero cuando la fueron a ver lloraron, se abrazaron. Mi papá también está contento, todos sienten que la obra es de ellos. Y sí, tenía mucho miedo que no le guste a mi papá.
–¿Cómo fue revivir la historia de tu abuela todos los domingos durante ocho meses?
–Duro, yo lloro siempre... pero me ayuda a recordarla. La gente llora mucho también. Cuando termina la obra nos cuentan sus historias o sus vínculos con un familiar que ya no está. Porque para mí era clave no sólo hablar de la guerra sino de los vínculos con quienes queremos. Cómo es esto de que no los vemos nunca más. En mi caso es con mi abuela, alguien que siempre estuvo muy presente. Yo soy así también. Ahora me voy a almorzar a lo de mi abuela materna, es mi cotidianidad. Voy al cine con ella y sus amigas. Cuando mi abuelo materno estaba internado yo lo veía de las 6 de la mañana hasta las 8.30 y me iba a la radio, volvía después de la radio, y me quedaba de 2 a 7 y después me iba a RCM. Soy así.
–Tenés una familia ensamblada, ¿cómo la definirías?
–Somos una familia muy unida, medio Flanders [los personajes de Los Simpsons]. Para mí la vida no tiene sentido sin hermanos. Somos cinco. Ahora me voy de vacaciones con Cayetano y la novia. Salgo a pasear con mi sobrino de un año y medio siempre, se llama Homero y es hijo de mi hermana. Es el primer nieto, el primer sobrino, así que estamos todos insoportables queriendo verlo siempre. Tengo dos hermanos menores, Agostina de 23 y Axel de 22. Son hijos de los segundos matrimonios de mis papás que se separaron en los 90. Es relindo verlos felices y en pareja.
–Ahora vos estás esperando tu primer hijo
-Sí, estoy de más de tres meses. Es un varoncito y con mi novio, con el que estamos juntos hace ya nueve años, estamos muy felices. Fue muy loco porque me enteré un mes antes de que me operen por endometriosis. El médico me había dicho que era imposible que quede embarazada.
–¿Cómo te enteraste?
–Me enteré el día de mi cumpleaños. Me hice un evatest con Tamara Pettinato en un mini baño de un restaurante en donde estaba festejando.
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–Apoyás el movimiento #NiUnaMenos y la legalización del aborto. Vos, que contás la historia de tu abuela, cuando escuchás la palabra feminazi, las comparaciones ridículas que se hacen con el Holocausto y las teorías conspirativas de quienes hablan de una ideología de género que quiere transformar a los hijos en gays, ¿qué te originan esos calificativos?
–Hay mucha gente que opina sólo con maldad y sin criterio en las redes sociales. Yo me puedo sentar con personas que no estén a favor del aborto legal y discutir el tema con criterio y nivel. Y te contesto por otro lado: el hijo de una amiga le pidió hacer su cumpleaños rosa, porque le encanta el rosa. Yo no sé si mi mamá le hubiera hecho el cumple rosa a mi hermano. El prototipo de familia cambió, que un niño pueda ir a un colegio con un compañerito con dos papás o dos mamás a mí me da emoción que eso sea el futuro. El amor entre dos personas del mismo sexo es algo que siempre pasó. Cuanto más libres seamos y más felices con nosotros mismos, mejor. Quiero que mi hijo sepa que se pueda enamorar, sea de una mujer o un hombre, que sepa que se puede casar y que se puede divorciar, y ahora el divorcio es algo natural. Hace 20 años el que quería separarse era un loco o una loca que quería matar a la familia. Es genial vivir en una sociedad donde no tenés que esconderte y que no te discriminan por nada. Yo aprendo todos los días.
–¿Creés que los políticos aprenden y entienden eso?
–No. En general no ven lo que pasa en la calle. Me parece un momento de vacío político absoluto, no me siento representada por nadie. Puedo coincidir con algunas políticas sociales, pero no con todo. Los políticos analizan: ´¿qué me conviene, el pañuelo celeste o el verde?´. Que el presidente haya pensado que Boca River se podía jugar con hinchas visitantes, es no entender lo que pasa en la calle. De todas maneras veo un cambio social de apoco. Hay chistes que ya no se pueden hacer y en los últimos años se visibilizaron más los femicidios, algo que siempre sucedió. Que sean noticia y se hable de eso es fuerte.
Es genial vivir en una sociedad donde no tenés que esconderte
–Algunas religiones se fueron aggiornando con la ley de divorcio...
–Creo que hay muchas religiones que son vergonzosas porque hay quienes miran para afuera pero se hacen los b... con lo que les pasa adentro.
–¿Qué le vas a decir a tu hijo sobre tu abuela Eye?
–Que mi baba era infinita. Pensaba mucho en el futuro de sus nietos, se preocupaba y se ocupaba. Que buscaba todas las formas posibles para vivir cada día con la mayor alegría posible. En muchos momentos de mi vida ella fue es y será mi referente. El día a día toma otra dimensión cada vez que pienso en ella.
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