Juan Di Natale: "No me arrepiento de CQC, pero me da vergüenza algo que hice"
Hace años su pelo blanco, su irreverencia y rapidez para dar respuestas, y un humor ácido supieron ser su sello indiscutido, que todavía conserva fresco. El público adoptó sus definiciones periodísticas notando a alguien talentoso y diferente. Así junto a sus colegas Mario Pergolini y Eduardo de la Puente marcaron a una generación. El éxito les llegó de inmediato con el recordado ciclo CQC (Caiga Quien Caiga). A más de 20 años del debut de ese programa, Juan Di Natale conversó con LA NACION. La charla tuvo lugar en el bar de la radio FM Mega 98.3 que ha sido testigo de las respuestas de un presentador maduro, reflexivo y directo, que admitió preguntas sobre su vida privada, sus experiencias como padre de Sandro Amador, el niño de siete años fruto de su relación con Patricia, la socióloga y escritora que lo conquistó hace 20 años. Juan también explicó cómo están sus relaciones con sus ex compañeros, Mario Pergolini y Eduardo de la Puente; su presente laboral en la radio con Reloj de plastilina y su otra propuesta Lo artesanal en Radio Cantilo. Mientras por estos días se ven las grabaciones del programa La era de la imagen que emite la TV Pública. Un Di Natale, que no ahorró palabras de agradecimientos, por ejemplo, al locutor Bebe Sanzo y dejó bien en claro todas sus diferencias con Pergolini.
-Estás en la radio, de 6 a 9, con Reloj de plastilina y de 16 a 19, con Lo artesanal, ¿cómo cambiaron tus días con estos horarios y cómo te organizás?
-Por un lado, te cuento que el cambio de vida es dramático [risas]. Me levanto a las cuatro de la mañana todos los días y es un esfuerzo grande. Encima, no me acuesto tan temprano, porque recién me voy a dormir a las 22.30/23 horas y no logro hacerlo antes. Trato de hacer una siesta estratégica, que me ayuda a pasar mejor la jornada laboral. Entiendo que esta primera mañana era la única franja radial que jamás había experimentado tras tantos años en el mundo de la radio. Hace dos años terminé abruptamente de la Rock&Pop después de 25 años. Mi reinserción radial llegaría con primero con Lo artesanal. Ahora después se suma Reloj de plastilina. Claro, que antes estuve tres meses por primera vez sin hacer radio. Por suerte, el ciclo anda bien y en está nueva tarea radial matinal me interesa ser amable, cálido hasta dulce, porque sé lo complicado, que es levantarse a esta hora, y se debe acompañar de la manera más tierna posible al oyente. Por otra parte, deseo contar que el equipo laboral en la Mega lo integran en deportes Ignacio Fusco, en espectáculos está Valeria Delgado y nuestra locutora es Alejandra Higa.
-Escucharte decir la frase "se debe acompañar de la manera más tierna al oyente..." siendo un ex CQC, a priori suena bastante singular, hasta raro. ¿Qué pasó para llegar a esta instancia?
-La verdad, por un lado, está el paso de los años: tengo 49 años soy y no soy el mismo que hizo CQC. Además, tengo una mirada autocrítica de ese Juan y también comprensiva, y tierna de mi propia juventud. Ahora estoy pensando desde que estoy en Mega y debo pensar la coyuntura, y a quiénes les estoy hablando, desde las seis de la mañana y busco acompañar a la gente y poner lindas canciones. Mi ironía y sarcasmo están. La idea es sumar a todos y acompañar de la forma más cálida posible al oyente.
-¿Cómo transitaste aquel trimestre sin hacer radio?
-La verdad los comienzos del 2017 fueron difíciles, porque tuve que hacer un duelo realmente grande y mi salida fue dolorosa de la Rock&Pop. Yo sabía que iba a tener aire en Radio Cantilo pero la espera de esta nueva etapa ha tenido cierta ansiedad.
-¿Sigue siendo dolorosa todavía hoy en día la partida de la Rock&Pop?
-Ya el duelo está bastante terminado. De todos modos el cariño y la nostalgia están siempre presentes.
-¿Te arrepentiste de algo que hayas hecho de joven en CQC?
-No me arrepiento, pero me hago cargo, y soy autocrítico. Lo dije muchas veces en los últimos años y lo veo desde acá, y para afuera deberíamos ser insoportables al mismo tiempo hicimos cosas divertidas en la televisión. Sigo siendo en la calle el Juan de CQC y no reniego de esto. Tal vez, me da vergüenza y pena, cuando por ejemplo, en una bicicleteada le toqué la cola al recordado político socialista Norberto Laporta quien supo ser candidato a jefe de Gobierno en los noventa. La verdad él se enojó, y yo lo voté en esa elección del 95. Laporta, sintió que quedó en ridículo y lo perjudico en la elección a jefe de Gobierno, algo incomprobable, pero el hecho en sí me pesa un poco y siento algo de culpa.
-¿Cómo te cambió la vida el ser padre?
-La paternidad te pone en otro lugar en la vida. Claramente, me pasó con mi hijo Sandro Amador, que tiene siete años. Me parece que ser padre te renueva la sensibilidad. Me volví otra persona y me emociono más fácilmente y conmociono de otra forma. Te volvés algo más temeroso, porque hay alguien a quien proteger, y las responsabilidades pesan de otra manera. La mochila está un poco más cargada. Claro, que estás más feliz en todo sentido de la vida.
[De CQC] No me arrepiento, pero me hago cargo, y soy autocrítico. ""
-¿El nombre de tu hijo se lo pusieron en homenaje a Sandro?
-El nombre se lo puso la madre, Patricia, me parece que tras nueve meses de embarazo las mujeres merecen poder elegir el nombre (risas). La fanática de Sandro es mi suegra, algo de esto que decís hay...
-¿Cómo es tu vida personal con tus cambios de horario?
-Le jodo un poco la vida a mi familia y trato de hacer todo lo más sigilosamente posible. Debo agradecerles la paciencia. Ahora tengo una rutina exigente radial.
-¿Hace cuánto estás en pareja?
-Casi 20 años con Patricia.
-¿A qué se dedica ella?
-Es socióloga e inminente psicoanalista y escritora.
-¿Tu hijo es parecido a vos?
-Me gustar creer que es una versión mejorada de nosotros. (Risas)
[En CQC] se fue generando una distancia, y Mario y Eduardo eran claramente amigos. El ajeno en ese trío era yo.""
-¿Cómo está la relación con tus ex compañeros Mario Pergolini y Eduardo de la Puente? ¿Eran simplemente colegas o fueron amigos?
-En la primera etapa de CQC no solo hacíamos televisión sino compartíamos muchas horas en la radio Rock&Pop. Si bien no estábamos en el mismo programa, nos cruzábamos bastante. Además, en aquella época nos sentábamos a armar el ciclo de TV algo que con el paso del tiempo desapareció. En un principio, había una cercanía tal, que terminaba por confundirse en algún momento con algún tipo de amistad. Después, se fue generando una distancia, y Mario y Eduardo eran claramente amigos. El ajeno en ese trío era yo. Después con el paso del tiempo se abrió una distancia.
-¿Todo cambia cuando Pergolini empieza a transitar su rol empresarial?
-Es algo que le pasó. Ahí se empieza a generar una distancia y esa mística inicial donde todos estábamos juntos hombro con hombro cambia. Después aparecen las diferencias entre el dueño y los demás. Ahí las cosas cambiaron y no lo cuestiono. Así termina sucediendo que Mario muchos años después toma decisiones en el destino de la Rock &Pop que para mí fueron complicadas.
-¿Cuáles?
-No quiero volver sobre esto porque sería revivir polémicas que no tienen sentido y están terminadas.
-Hace poco se encontraron con Mario Pergolini...
-Sí, fue en el pasillo de una productora, y ya dejé esa página atrás. El tuvo responsabilidad en los últimos años en el destino de la Rock&Pop como también la tuvo cuando era el conductor más importante de la radio hace un tiempo atrás y con mucho mérito llegó la emisora muy lejos en cuanto al éxito. Inclusive, dije que era un conductor insoslayable de los ochenta en adelante, y nombrás a todos y la mayoría estuvieron ligados a la Rock&Pop: Mario Pergolini, Lalo Mir, Elizabeth Vernaci, Bobby Flores, Ruso Verea, entre otros.
-Hace un tiempo, otra de tus declaraciones, ha sido que el grupo empresarial dueño de a la Rock&Pop y Vorterix vio la veta de tener dos ventanillas para cobrar pauta publicitaria durante el kircherismo. ¿Es así?
-Igual estoy especulando pero creo que pasó y hubo diferencias en el directorio, porque para Mario su proyecto era Vorterix, y no quería esa competencia con la Rock&Pop que lo perjudicaba, y quería que la única radio fuese la suya: Vorterix y trató que la decisión fuese esa. Mientras el grupo Veintitrés decidió otra cosa para conservar las dos ventanillas. Más allá de los puntos de contacto entre ambas emisoras fueron años muy desafortunados.
-En otra oportunidad también has sido crítico de las gestiones de los ex directores de la Rock&Pop; Gustavo Olmedo y Pablo Valente. Justamente ahora con Olmedo estás en la misma emisora en Cantilo... ¿Qué podés decir al respecto de ambos?
-Por un lado, aclaro que la persona que me alentó en llegar a Cantilo ha sido Bebe Sanzo, a él le debo un montón siendo alguien muy generoso conmigo. Incluso en los comienzos de la Rock&Pop, a Sanzo, lo llevo en mi corazón y tengo una deuda eterna. En cuanto, a Gustavo Olmedo, cometió muchísimos errores y espero haya aprendido de eso y fue el director que puso Pergolini. A Gustavo, le dije "Caíste en una trampa". Jamás me lo reconoció y ojalá algún día me lo reconozca. Claro, que perdono pero no me olvido. Mientras que Pablo Valente es un incompetente que no puede dirigir una radio. Ha sido un error gravísimo que Valente dirija una emisora. Mirá, antes de caer como en un paracaídas como director de la Rock&Pop tan solo un mes antes estaba pidiendo un lugar para hacer un ciclo los fines de semanas en la Rock&Pop… De pronto, apareció como el director de la radio, muy extraño, muy extraño. En algún momento todos rendimos cuentas de nuestros comportamientos y a todos nos llega nuestra factura.
-¿Cómo es la relación con Eduardo de la Puente?
-Con Eduardo tuve un reencuentro muy lindo en la gestión de Pergolini y Olmedo. Cuando a ambos nos obligaron a trabajar juntos en el ciclo No vuelvas. El plan era que Eduardo y yo nos matáramos pero ahí reconstruimos una muy buena relación laboral. Le tengo mucho cariño a Eduardo. La verdad, desde que salí de la Rock&Pop no volví a hablar con él, pero eso tiene que ver con el dolor de partir de la radio, nada tiene que ver con él. E intercambiamos mensajes por algunos medios de comunicación. Tengo que sentarme a charlar con Eduardo algún día. Tal vez, podía haber existido un rencor o un malentendido o algo, antes de ese programa.
-¿A qué te referís?
-Por todo lo que había pasado en otros años. Cuando Mario y Eduardo se van de CQC y yo sigo. Eduardo no se fue tan por su propia voluntad y no tenía del todo claro mi rol. En mi caso, yo en ningún momento conspiré para que él no estuviera en el ciclo, ni mucho menos. Esto fue después aclarado con Eduardo. Luego falta retomar un vínculo que yo dejé congelado después que me fui de la Rock&Pop.
-¿Qué podés contar de tu programa en la TV Pública?
-Es un ciclo que me permitió trabajar con Miguel Rodríguez Arias con quien nos cruzamos muchas veces desde los noventa. Entonces, él me convocó para este ciclo de archivo con la base puesta en la comunicación en el siglo XXI. Es una linda propuesta que mezcla la ficción con lo documental que es algo bastante novedoso. En mi caso hago de presentador y me relaciono con estos temas. Estrictamente no trabajé para la Televisión Pública sino para Miguel Rodríguez Arias. La verdad ha sido una linda experiencia laboral. Puede existir una segunda temporada del ciclo.
Me duele un poco pero la industria no me ve como un conductor de entretenimiento.""
-¿Qué clase de programa te gustaría hacer en la TV?
-Un programa musical como En la cúpula que hace Lalo Mir, que es algo maravilloso pero ya existe (risas). Además desearía conducir un ciclo de entretenimientos dado que en la TV tuve alguna participación en Los ochos escalones que era de Guido Kazcka. Sin embargo, en la industria de la televisión deben darte la oportunidad y confiar en uno, pero la TV está cada vez más difícil.
-¿Por qué?
-Se va achicando todo con la competencia contra otras plataformas. Tal vez, queda solo lo más masivo y popular con menos riesgo posible. Me duele un poco pero la industria no me ve como un conductor de entretenimiento.
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