El periodista relanza su emisora con nuevas voces y una programación que busca rescatar los sonidos de los ´90 y los 2000
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“Comunicar bien es traspasar el parlante de la radio”, sostiene el periodista Luis Majul a modo de reflexión sobre el agradecido medio que cumplió su primer siglo de vida el 27 de agosto de 2020. Si bien la radio ha acompañado el desarrollo de su carrera –de hecho, hoy es una las voces de Radio Rivadavia–, por estas horas vive la inédita euforia del relanzamiento de Radio Berlín, su propia señal. “107.9 FM Berlín, los 90 y los 2000”, dice el comunicador a modo de mantra que repite y se repite una y otra vez. “Para todos los que la hacemos, la sentimos más que una FM, es una experiencia musical y de vida de cinco generaciones”, reflexiona.
Ingresar en Margen del Mundo, la compañía multimedia de Majul donde funciona FM Berlín, es encontrarse con el ineludible clima festivo que predispone iniciar una nueva etapa de la frecuencia, con nuevos comunicadores que se suman para aportar saberes a la aventura. Noelia Ricci, Franco Mercuriali, Diego Poggi, Federico “Dexter” Wiemeyer, Diego Scott, Loló Muñoz, Jowi Campobassi, Guada Ugalde, Ale Lacroix y Vicky Ramos son algunos de los responsables de una grilla que se sostiene en la música y en la información indispensable que busca balancear lo fastidioso que suele proponer la realidad. “Tiene mucho de música, pero no es una radio musical ciega, sorda y muda. No te abruma, pero te mantiene conectado con el mundo”, explica Majul.
Recuperar un tiempo
Acaso aquella frase de la diva de Hollywood resuma el espíritu de un medio que acompaña al oyente con un notable sentido de la intimidad. “El que está del otro lado, siempre está solo”, sostiene Diego Scott, tomando aquella frase que le transmitiera el recordado Fernando Peña, prócer irreverente del medio con quien trabajó muchos años. Algo de eso hay. Lejos de los formalismos estéticos de la televisión y los desafíos, a veces dictatoriales, de la imagen; la voz y la escucha conforman un maridaje de profundo vínculo.
“La radio siempre fue compañía. Lo interesante es poder dar buena información y que siempre la música esté sonando, para que nada de lo que se diga sea crudo”, explica Mercuriali, quien tiene a su cargo el llamado prime time o “primera mañana”, como se conoce al madrugón en el medio. “Me encanta acompañar a la gente en el inicio de la jornada, cuando se levanta, lleva a los chicos al colegio o va camino a la oficina. Y también a todos aquellos que trabajan desde sus casas”.
En la otra punta, por la tarde, Diego Poggi experimenta, curiosamente, algunos fenómenos similares a los matutinos en torno a los hábitos de sus oyentes: “El horario del regreso es muy importante, siempre pasa algo y hay que contarlo. Además, hacer radio a esa hora me permitió descubrir que, para más gente de la que suponía, ese es el horario del inicio de su jornada laboral, no todo el mundo está volviendo a su casa, como habitualmente se cree”.
Federico Wiemeyer, apodado Dexter con justicia, tendrá a su cargo el agradecido horario de la media mañana del sábado. “Me imagino al oyente limpiando la casa, baldeando la vereda, haciendo compras y escuchándonos. También pienso en mucha gente haciendo deportes, corriendo o andando en bicicleta, y con Berlín en los auriculares”, imagina el periodista que hizo de los avances tecnológicos su caballito de batalla. Informadísimo sobre los planteos de la vanguardia, no evitará sumergirse en ese mundo y compartirlo con sus oyentes.
Foco musical
“107.9 FM Berlín, los 90 y los 2000”. La definición que Majul repite, una y otra vez, resuelve de manera acabada el concepto de esta joven emisora y deja expuesto el desafío de recuperar aquel tiempo que de importante gravitación social y cultural en varias generaciones. Acaso porque no transcurrieron demasiadas décadas, aún los 90 y los 2000 no fueron interpelados ni analizados en busca de su verdadera dimensión e injerencia. Berlín buceará en esas cuestiones apelando a la música como marca de identidad. “Los 90 tienen mala prensa desde el punto de vista de la política, pero no están suficientemente explorados en cuanto a reivindicaciones de experiencias de vida. En cambio, los 80 están sobreofertados, melancolizados, mitificados. Sin embargo, los grandes éxitos de los 90 y de los 2000 te llevan, inmediatamente, a un momento recordado de tu vida, esos años están lleno de eso y de bandas y solistas de un valor incalculable”, afirma Majul, quien, machete en el celular, comienza a graficar lo enunciado. Sus hijos lo ayudan en ese trabajo antropológico del destierro, el desempolve de todo un tiempo. “Nirvana, Alanis Morissette, Bryan Adams, U2, Red Hot Chili Peppers, New Kids On the Block, Oasis, Amy Winehouse. Y también Andrés Calamaro, el Fito Páez maravilloso de esa época, Gustavo Cerati, que sigue siendo tan actual; Charly García, Babasónicos”, enumera Majul, quien en la proeza de conducir los destinos de FM Berlín está acompañado por Julián “Pento” Etchevarría y Christian Raimundi.
El listado de Majul es atractivo. Junto a los nombres que eligió enunciar, también suenan en Berlín Madonna, The Rolling Stones, Blur, Bruce Springsteen, Depeche Mode, Lady Gaga, Jamiroquai, Vicentico, Divididos, Turf y unos cuantos más que hacen a ese tiempo bisagra y aún no tan explorado: “Si ponés el foco en los 90, pensás en un inicio con la caída del Muro de Berlín en 1989, en Tarantino. Es la década del CD, donde se comenzó a hacer masivo Internet, fue el inicio de la hipertecnología, explotó la globalización y somos sobrevivientes a eso. Fue la época del 1 a 1 y el auge de lo importado. Disfrutamos en Argentina de los conciertos de The Rolling Stones y Paul McCartney. Llegaron las cadenas de comidas rápidas, el VHS. No marcó a una sola generación, sino a varias. Abarca a quienes van desde la primera mitad de los 90 hasta principios de los 2000. Gente que hoy puede tener treinta y pico hasta muy pasados los 50. Se trata de volver sobre esas experiencias de vida de todo un tiempo muy importante. Hay que pensar en todo lo que sucedió a nivel cultural, social, de transformaciones en el mundo”, esgrime Luis Majul, quien hoy también está al frente los ciclos La cornisa y + Voces en la señal de LN+.
Indudablemente, la memoria emotiva se pone en marcha en el aire de FM Berlín, aunque también algunas licencias estéticas permitirán el encuentro con algunos sonidos de la música actual. En ese sentido, Diego Poggi es quien más licencias se permite: “Pero todo consensuado con la radio”, se escuda el periodista recientemente alejado de la señal de noticias TN.
Aquí están, estos son
De lunes a viernes, a las seis de la mañana, Noelia Ricci propone Desayuno en Berlín, una primera aproximación al pulso de la actualidad con especial foco en los datos meteorológicos y el estado del tránsito, información tan necesaria como el café con leche a esa hora del día. Desde ya, siempre la música atravesándolo todo. Una hora después, se suma Franco Mercuriali para pilotear Buenos días Berlín, donde el reconocido periodista desplegará la siempre nutrida agenda que propone el país.
Desde las diez, Diego Scott y Loló Muñoz hacen El show de la mañana, una propuesta en la que se suma el lenguaje del humor. A Scott, de enorme trayectoria radial, lo acompaña Muñoz, la locutora actriz que despliega con voz privilegiada una variopinta galería de personajes. Cuatro horas después, a las dos de la tarde, llega Jowi Campobassi, cara conocida por su paso por Telefe Noticias, quien propone La tarde de Berlín, espacio atravesado por la información sobre tendencias musicales. Tres horas después, Diego Poggi, que ya lleva más de un año en la radio, hace su clásico Take Away, donde con estilo propio marca la agenda del llamado regreso informativo, pero con atmósfera informal y música con ciertas licencias temporales. A las ocho de la noche, Guada Ugalde conduce La noche de Berlín con una marcada impronta musical en el momento del día más reflexivo.
Los sábados, a las 10 de la mañana, Federico Wiemeyer conduce el programa que lleva su bien ganado apodo: El laboratorio de Dexter. Acompañado por Vicky Ramos, el periodista, fiel a sus saberes, impregnará de tecnología, juegos y vanguardia el aire de FM Berlín. Desde la una de la tarde, Vicky Ramos se queda para ofrecer Perdidos en Berlín, hasta que llega Ale Lacroix para hacer Sábado PM desde las tres y hasta las seis de la tarde.
Esa eterna compañera
“La FM en Argentina tiene varios millones de oyentes”, sostiene Majul, convencido de la injerencia del medio en la comunidad. Desde hace cien años y como ningún otro medio, la radio ha ido capitalizando el avance tecnológico, aprovechando los beneficios en busca de una autonomía que hoy, prácticamente, no tiene límites. Al transmisor digital tradicional se le suman varias posibilidades de aplicaciones que hacen que el oyente pueda disponer de los sonidos de la radio en cualquier situación y mapeo territorial. Compañera, no invade ni anula otras actividades simultáneas. Apuestas novedosas, la posibilidad de una charla extensa, el recupero del bagaje cultural musical y hasta la ficción, la radio posee un abanico de opciones que hoy la pauperizada televisión abierta no ofrece.
“Siempre se dijo que la radio iba a quedar olvidada y, sin embargo, está más fuerte que nunca”, afirma Franco Mercuriali. FM Berlín se instala como una propuesta que busca acompañar esas virtudes insoslayables del aire radial. En esta nueva apuesta, la música será el motor de empuje, la gran protagonista de una programación en la que no faltará la información ni el contacto con el mundo. Lejos de ser una propuesta abstracta, la señal encuentra en la creación artística y en el recupero de una época, la plataforma perfecta para establecer ese vínculo íntimo, insoslayable, de profunda comunión con el oyente, como siempre sucede con la radio. “Escuchamos a la audiencia”, finaliza Luis Majul, antes de recordar que su nuevo descendiente dilecto, ese que le permite apartarse de la crueldad de la política, es “107.9 FM Berlín, los 90 y los 2000”. Allí se va Majul, con su mantra dicho a viva voz para que no queden dudas de la identidad de su más reciente aventura.
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