Daniel Ripoll, un copiloto de lujo
Además de su propio programa diario, el ex coequiper de Fernando Peña secunda a Matías Martin
A los 30 años, Diego Mariano Ripoll ocupa en la radio un lugar ganado por mérito propio. Si bien inició su actividad radial en plena adolescencia, alcanzó la popularidad y el reconocimiento junto a Fernando Peña en "El parquímetro", durante 2000 y 2001, y "Cucuruchos en la frente", en 2003, en la Rock & Pop.
Condujo luego diferentes espacios, como "Smowing" y "Mondo bit" y, desde hace ya varios meses, acompaña a Matías Martín en "Basta para mí", de 16 a 18, por La Metro (FM 95.1) y, en su continuidad, de 18 a 20, lidera su propio espacio denominado "Basta para todos". Así, Ripoll se convirtió en un copiloto de lujo y en un hombre que posee la fuerza, la energía y la ductilidad como para ponerse al servicio del programa.
Trabajó con dos profesionales absolutamente diferentes y creadores de propuestas artísticas muy disímiles. También secundó a Matías Martin en "Arde Troya", en América, y ahora con él coloca la voz en off en "Aunque usted no lo viera", por Telefé. Su timbre de voz, su poder de adaptación y su creatividad resultan contundentes.
Un segmento diferente
Esta propuesta singular (el combo entre Martin y Ripoll) se erige en un espacio con características especiales en el dial: los productores tienen voz y voto, y ponen de manifiesto sus respectivos talentos. Si bien el programa brinda buena información sobre la actualidad y el deporte, y los conductores logran atractivas entrevistas con personalidades famosas de las distintas disciplinas, a través de juegos y entretenimientos, consiguen extraer de los oyentes testimonios y comentarios ocurrentes, picarescos y siempre sorprendentes.
En esta franja, Ripoll se luce en la caracterización de "Cosme Pafundi", un campesino que lucha con sus tractores; de "El pequinés verde", una suerte de sátira sobre la creación de Jesús Quinteros, y del "Pastor Obrigado", que vende su merchandising a 3 pesos o 3 reales más IVA.
"Información después de la leche", a las 18 (el momento en que se produce el pase entre Martin y Ripoll), repasa la realidad y es allí donde surge la impronta de Ripoll con sus comentarios e interpretaciones siempre ingeniosos y sarcásticos. Otras secciones muy celebradas son "Radios truchas", con la puesta en el aire de Radio Careta, Radio Kids y Cosmogolitan, y "La punta de la lengua", con recuerdos, anécdotas y curiosidades sobre un film, un actor o una música. Pero, sin duda, una de las máximas creaciones resulta "Espacio disponible", segmento dedicado a parodiar los programas de publicidad, con la participación de un personaje, Ramiro Bagullo, que permite poner en el aire elaboradas producciones que remedan las de distintos países.
Amor por la radio
"A mí no me molesta que digan que soy un gran acompañante, ladero u otros términos parecidos -dice cuando llega al encuentro-. Todo lo contrario. Aun cuando bastoneo mi propio espacio, no trato de ser el protagonista. Me preocupa el formato, el contenido, la música, el humor. Me gusta ponerme en el lugar del oyente, al que le interesa ser escuchado y que no le digan siempre lo mismo.
-¿Cuándo surge su vocación radial?
-A los quince años, cuando comencé a trabajar en radios barriales de Morón, Lomas del Mirador y Ramos Mejía. Recuerdo que en FM Renacer participé en un programa titulado "Paréntesis" y luego, en FM Century, en "Pabellón psiquiátrico", donde realizábamos sketches y recreábamos diferentes personajes. Seguí en otras emisoras de la zona y decidí estudiar locución. Me anoté en el Cosal y aquí quiero destacar mi agradecimiento a mis abuelos Paolo y Paola, que me ayudaron económicamente a concretarlo, ya que mis padres preferían que siguiera otra carrera. En el 96, con el título en la mano y mi gran admiración por Lalo Mir, mi maestro y gurú, me entrevisté, para pedir trabajo, con Alberto Veiga, director de Radio del Plata, que me dijo "te lo tenés que ganar". Me presenté luego en los distintos castings de "Energy", que dirigía BB Sanzo y no tuve mejor idea que, en mi primera presentación, poner en el aire una suerte de clon de "BB", que sirvió para que dijera la frase que de alguna manera define mi estilo: "incontinencia verbal" [Es verdad, Ripoll habla sin parar y gesticula todo el tiempo]. Ese es el rasgo más distintivo de mi personalidad desde que era pequeñito. La familia me festejaba esa suerte de rosario de insultos que podía decir sin respirar, cuando aprendí a hablar.
"En ese mismo año, 1996, logré participar en dos ciclos diferentes en Del Plata: integré un banco de voces, donde se me escuchaba como un locutor de 40 años, correcto y medido y, por la noche, en la FM de Del Plata, con "El monitor de la city", hacía la contracara. Se emitía entre el de Iván Velazco y Alejandro Rochitzner y el de Roberto Pettinato, todos monstruos. Y así fluyó mi carrera con distintas propuestas en La Rocka Radio Buenos Aires, donde pasaba de conducir un programa de música electrónica a otro de la colectividad italiana.
-¿Y finalmente llega el momento de trabajar con Peña?
-En 1999, se produce el break cuando llegó a La Metro Fernando Peña, a quien yo ya escuchaba y admiraba cuando estaba con Lalo Mir y la Vernaci. A fines de ese año, me proponen trabajar con él. Fue una experiencia tan movilizante como enriquecedora, porque es un genio, un loco, un hombre que se animó a romper toda la magia que había creado con sus personajes y da la cara. En esos años lo reemplacé en más de una oportunidad y hasta tuve la posibilidad de trabajar en su espectáculo teatral "Ezquizopeña". Todo eso me sirvió para crecer en lo personal y profesional. Lo extraño mucho y espero poder repetir la experiencia radial en un futuro cercano. Respecto a Matías Martin, que tiene una personalidad muy distinta y hace un programa diametralmente opuesto, también me siento de manera formidable, porque es el tipo más generoso que he conocido en el medio. Por eso lo acompaño feliz en la tele y ya tenemos otro proyecto en vista.
-¿Cuáles son sus mentores o maestros?
-Los grandes. Crecí escuchando la cortina de Larrea en "Rapidísimo": "en la mañana fresca y temprana como una rosa..."; Antonio Carrizo; Alejandro Dolina, que me sigue sorprendiendo; Alejandro Apo y, por supuesto, Lalo Mir, con quien comparto esa definición que él tiene de la radio: "El medio que termina en la cabeza de los oyentes".
-Para Ripoll, ¿qué es la radio?
-Es el medio que más amo y respeto; es magia sin comillas, es construir una realidad en la mente de los oyentes. Es un ámbito sagrado y poderoso por la fuerza que posee y que me permite mostrarme tal cual soy. La radio sirve para fabricar pequeños mundos, estimular la imaginación y generar un espacio para el presente y para la vida. Soy un gran oyente de radio, me gusta escuchar todo: para disfrutar o para criticar. Siempre de los buenos es posible aprender.
Diego Ripoll disfruta de este éxito radial, del televisivo con Matías Martín y de la publicidad, donde pone la voz para productos de reconocidas marcas.
Por adentro
- Producción : el productor general del ciclo, que va de 14 a 20, es Gabriel Schultz, que desde hace un largo tiempo tiene su propio espacio donde recrea personajes identificados por la audiencia como René Buttterfly.
- Equipo : Walter Frignani (Waty), Juan Ferrari, Eduardo Massa Alcántara (Cabito) y la dupla integrada por Tebo Lo Sasso y Darío Frégoli, quienes producen, son guionistas e interpretan personajes.
- Operación técnica : Javier Bravo y Jimena Schmidt, que colocan voces, temas y todo lo que enriquezca el programa.
- Mails y llamadas telefónicas : alrededor de 400 mails y 150 llamadas telefónicas diarios.
Rating general de FM (lunes a viernes, de 16 a 20)
- La Mega: 2,7
- La 100: 2,7
- Hit: 2,2
- Rock & Pop: 2,2
- Aspen Classic: 1,4
- Disney: 1,0
- La Metro: 0,9
Temas
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