Cabito: "Me hicieron cargo de una situación de la que no soy responsable"
Después de 13 años al aire y uno en la producción, Eduardo "Cabito" Massa Alcántaraya no forma parte de Basta de Todo, programa radial de Metro 95.1 FM conducido por Matías Martin.
Al mismo momento de postear hoy en su cuenta de Instagram un mensaje de despedida, el comediante habló con LA NACION y dio su versión sobre los motivos que habrían llevado a la decisión que tomó el ciclo de prescindir de su participación. Según explica, el desgaste con un sector del programa fue el detonante.
El conductor y guionista también cuenta cómo está su salud en estos momentos y adelanta cuáles son las perspectivas que se abren para él en materia laboral en esta nueva etapa. Entre las propuestas más sólidas que baraja a futuro figura su posible incorporación a Su atención por favor, ciclo conducido por Nicolás Artusi y Sol Rosales, y su participación en un programa de gastronomía junto a Narda Lepes (con quien la radio está en tratativas) que se emitiría los fin de semana.
–¿Cómo estás de ánimo?
–Mal. Después de tantos años de trabajo, un cambio así es difícil. Fue un trabajo que me transformó y al que transformé.
–¿Qué sentimientos te produce esta situación?
–Me siento raro y mal. En mi Instagram expuse parte de lo que sentía y de la situación pero hay otra parte que va a quedar dentro del grupo, como en un equipo de fútbol. Hay cosas que van a quedar ahí adentro. Para mí sería más fácil hablar pero prefiero, por respeto, que quede de esa manera. Yo no hablé; habló Matías, y solo quiero responder a las cosas que dijo él, pero sin conflicto y sin peleas. Me parece que ventilar todo haría más daño de lo que construiría y la verdad es que yo le tengo mucho cariño al programa.
–¿Por qué pensás que se decidió finalizar con tu vínculo laboral?
–Matías habló de un matrimonio pero no somos un matrimonio, somos un trabajo. Él habló de mi salud, dijo que de alguna manera influyó o que me jugó en contra. Yo me iba a ir de Basta cuando estaba muy gordo y Matías me dijo en ese momento que yo no podía seguir así, y pasé a estar fuera de Basta, pero gracias a la gestión de Pablo Lete, entonces director artístico del programa, me reincorporé después de la operación. Pero ahí ya algo se rompió. Si a vos te echan de un lugar por tu estado de salud, ya ahí hay algo que está roto y me parece que es lo que no pudimos sacar adelante. Sobre mi salud, yo después cambié mi situación con creces: bajé 125 kilos (de los más de 200 que pesaba). Me operaron de un bypass gástrico y entrené cinco veces por semana durante más de un año y ahora peso 79.
–¿Pero considerás entonces que se decidió apartarte porque no lo estabas dando todo en la cancha o por qué motivos?
–Yo estaba hiper obeso; tenía apneas y cabeceaba. Cabeceaba en mi casa, sentado y alguna vez cabecee al aire y hasta manejando, poniendo en riesgo mi propia vida. Mi salida del programa fue por mi obesidad. Uno no es obeso porque te pinta, porque tenés ganas o porque comés, sino que es una enfermedad. Del otro lado está la potestad de Matías de echarme cuando a él le pinte, porque es su decisión, de hecho la radio luchó para que no me echaran otra vez y el director artístico también. Este último creía que yo al programa le había dado mucho (cuando Basta era exitoso, yo estaba ahí con Gabi (Schulz) y Matías (Martin) más dos productores; ahora éramos diez mil y al programa no le está yendo tan bien), entonces: o yo era demasiado importante y la culpa es mía de que al programa no le esté yendo tan bien, o no soy el culpable ahora. Una de las dos no es. Y si era porque yo era muy importante, si yo hubiese sido tan importante, me hubieran pagado por eso, porque la verdad es que no me pagaron por eso. Las diferencias de sueldo son abismales, yo alquilo mi casa, para que te dés una idea, y no tengo departamentos en Miami.
Me estoy intentando recuperar en mi parte emotiva y de salud estoy con Cormillot tratando de aumentar de peso. Estoy siete kilos por debajo de lo que tengo que pesar
–¿Diferencia de sueldos con respecto a quién?
–No importa, no voy a hablar de guita.
–¿Cómo fue la vuelta en ese segundo round?
–Ya había algo roto y es difícil hacer humor en un lugar donde no quieren que estés.
–¿Cómo estás hoy de salud?
–Me estoy intentando recuperar en mi parte emotiva y de salud estoy con Cormillot tratando de aumentar de peso. Estoy siete kilos por debajo de lo que tengo que pesar. Me siento saludable y no soy más diabético. Pero yo no hubiese querido contar mis problemas por la obesidad.
–¿Cuándo te comunicaron que te ibas?
–Hace cuatro o cinco meses.
–¿Fueron tirantes estos meses?
–Y... Por eso yo también últimamente hablaba poco. Era difícil seguir así.
–¿Cómo te afectó la decisión en ese momento?
–Muy mal, porque me parece injusto. Me hicieron cargo de una situación de la que no soy responsable, creo yo. Pero tiene que ver con las cosas de las que no hablamos, de algo interno.
–¿A qué situación te referís: a una idea de mejora o cambio de contenidos para la radio?
–No, tiene que ver con otras cosas de las que no voy a hablar y que seguramente se disfrazarán de eso. También querían que me despidiera al aire y yo no quise tener que caretear una situación cuando la situación es otra. Es verdad que Matías me ofreció despedirme al aire pero preferí hacerlo en mis redes sociales.
Me operé por mi familia... estuve clínicamente muerto después de la operación y estuve cuatro días en terapia intensiva entubado, y esos momentos te sirve para darte cuenta de quiénes están con vos
–¿Cómo viviste el momento de tu operación (de bypass gástrico, en marzo del año pasado)?
–En mi estado de obesidad, me iba a morir literalmente. Era una operación de riesgo y tenía miedo en ese momento, hay que estar en la cabeza de quien toma esa decisión. Gracias a Dios asumí la responsabilidad y me operé, por el amor de mi familia, por la que era en ese momento mi novia y por nadie más. Muchos se quisieron colgar la cocarda de "se operó por mí" pero la gente que estuvo en ese momento sabe perfectamente cuál fue la situación. Me operé por mi familia, por su apoyo. De hecho estuve clínicamente muerto después de la operación y estuve cuatro días en terapia intensiva entubado, y esos momentos te sirve para darte cuenta de quiénes están con vos y quiénes no, quiénes te llaman por teléfono para ver cómo estás y quiénes ni aparecen.
–¿A quiénes sentiste realmente cerca cuando estuviste mal?
–Hubo gente que se preocupó, gente que me llamó por teléfono o me escribió, algunos que ni me llamaron y gente que ni vino, y gente que le escribió un mensaje a mi novia para ver cómo estaba.
–Matías Martin comentó estos días que le preocupa especialmente tu salud.
–No sé, que alguien diga si vino al sanatorio. ¿Qué es preocuparse?
–¿Cómo es tu relación con Metro en general?
–La radio quiere que me quede, no es un tema de la radio. El director artístico de ahora, Andrés Pandiella, también quiere que me quede. La radio me valora en lo personal y en lo profesional.
–¿Hay posibilidades de que te quedes?
–En general, cuando te echan de un laburo, si te echa un gerente y otro dice que quieren que te quedes, es un mimo. Estamos charlando a ver de qué manera y a qué programa me podría incorporar. Varios conductores de programas me abrieron su corazón y sus espacios para que vaya a sus programas.
–¿En cuáles hay más chances de incorporación?
–La radio necesita más mujeres, es la verdad, porque hay más hombres que mujeres. Mi incorporación podría ser más para la noche. Hay una chance para sumarme a Su atención por favor, ya que Nico Artusi me llamó y me dijo que él y la radio quieren, y quizás para un programa nuevo de fin de semana, que tiene que ver con la gastronomía, quizás con Narda Lepes, lo están hablando con ella. Por otra parte, me estoy dedicando mucho a la gastronomía, que es otra pasión que tengo y porque ya sabía que, cuando se rompe algo tan profundo como lo que se rompió, era difícil llevar la situación adelante. Se rompió de los dos lados, ojo.
–Se mencionó que no estabas bien de humor en este último tiempo.
–Este año se murió mi abuela, que me crió; y me separé de mi pareja después de ocho años de convivencia. Sabían que estaba mal, yo avisé que estaba mal y de todas maneras no importó. Y eso sumó a que esté peor. Ahora estoy tratando de recuperarme psicológicamente y tengo proyectos por delante. Hay mucha gente que me quiere y que me llama. Salgo a hablar por no estar de acuerdo con que alguien se haga el compungido de una situación de la que es ejecutor. Quienes van a entrar en mi lugar son Malena Guinzburg, a quien quiero, y Martín Garabal, a quien no conozco mucho pero respeto, y ojalá les vaya bien, pero cómo quieren que haga humor en todo este contexto y cuando hicieron el casting para su incorporación al aire. Otra cosa que se dijo es que yo fui a la fiesta pero que en el momento del escenario no subí con todos a saltar. Estaban todos festejando, pero yo ¿cómo iba a festejar sabiendo que me iba? Fui porque me pidieron que fuera. Además, primero me dijeron que me iba a ir en diciembre, después en noviembre y después me lo dijeron una semana antes de la fiesta. Está mi cabeza en juego, soy una persona, una persona que le dio mucho al programa y durante muchos años: muchos años no me tomé vacaciones; no había nada que me importara más que el programa.
–Mirando hacia adelante, ¿cómo seguirá tu vida ahora?
–Asesoro gastronómicamente a la cadena de cervecerías On Tap y a The Corner, una hamburguesería de Lanús, y le estoy armando la carta a Enero, un restaurante que abrirá en Costanera.
–¿Con qué recuerdos te quedás de tu largo paso por Basta de todo?
–Me quedo con todo el amor que me dieron y con el recuerdo de todos los que me acompañaron cuando me operé y cuando estuve mal. Con el programa atravesé la muerte de mi abuela y de mi papá, un par de divorcios y muchas alegrías. Para mí mi sueldo me lo pagaron los oyentes que se me acercaron y se me acercan para decirme que les cambié el humor y que cuando estuvieron mal les saqué una sonrisa.
–¿Qué futuro augurás para el programa ahora que ya no estás?
–El mismo de siempre, seguirá después de mí, con mayor o menor fortuna, pero va a seguir, sin problema. Y es mi deseo. Si hay algo que nadie te puede decir de mí es que soy mala persona o que no soy leal. Hay más problemas ahí y no soy yo. Y repito, o soy parte fundamental del éxito o no soy parte del fracaso. Los dos directores artísticos me ofrecieron seguir laburando en la radio, así que tan culpable no debo ser.
–¿Tenés ganas de seguir en Metro?
–Sí. Y además todo el mundo se está enterando ahora de que me voy, quizás me surgen otras propuestas en otras radios también.
–De incorporarte a los programas de Metro que mencionaste, ¿no será raro cruzarte luego con tus compañeros de Basta de todo?
–Con algunos tengo una relación de amor de años y los voy a seguir viendo, con otros, no. Es raro pero es así. Sería como irse de una sección a otra de un mismo laburo.
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