Aldo Aresi: memorias de toda una vida
El hombre que lleva 36 años junto a Sandro recuerda sus comienzos como locutor y presentador al lado de grandes personajes
En el mundo del espectáculo, Aldo Aresi es una figura reconocida y popular. Este empresario teatral es el representante y manager de Roberto Sánchez (para todos, Sandro) y socio de Miguel Angel Cherutti, como antes lo fue de Nito Artaza. Lo que la mayoría no captó es que muchas publicidades radiales de los últimos shows de Cherutti y de Sandro cuentan con la voz de Aresi, que recurre para estos casos a su primigenia labor de locutor, iniciada en su Rosario natal.
LA NACION habló con este personaje singular, entusiasta, dueño de una memoria prodigiosa y muy buen humor para repasar esos años en los que se lució como locutor, relator de radioteatros y redactor de frases y textos publicitarios. Integró, además, los elencos de Luis Arata y Juan Carlos Altavista y fue presentador de Susana Giménez y Petrona C. de Gandulfo.
-¿Cuándo surge su vocación por el micrófono?
-Si bien nací en Rosario, vivía en Puerto San Martín, a 25 kilómetros de ahí. Y en plena adolescencia comencé a hacer animaciones en los bailes, saliendo con las orquestas. Paralelamente, tenía un conjunto de teatro vocacional y hacía obras en el pueblo, cosa que ya había hecho mi madre. A partir de ahí entro en un concurso de locutores que organizaba LT8, la radio de Rosario, en el que había 250 anotados y el premio era un par de zapatos. Entro, leo y observo que el director artístico de LT8 levanta la vista apenas hablo. Cuando salgo de la cabina me dicen que no me vaya, que iba a quedar. Comienzo a practicar en la radio hasta que me asignaron un turno de locutor contratado. Casi paralelamente me surge un trabajo en el ferrocarril y en esa época ser ferroviario o maestro era buen partido y te daban dos pasajes gratis por año para viajar. Me trasladan a Rosario, integro una compañía de teatro de arte y allí conozco a la que hoy es mi esposa, Flora Bovio, una mujer preciosa, quien hizo posible que luego de tantos años (50 de casados) yo siga en el medio. Es una gran compañera y el sostén de mi vida. Luego emprendo la primera gira con la compañía de don Luis Arata, pero alternativamente volvía a la radio a ejercer mi labor de locutor, que me gustaba mucho.
-¿Cómo llegó a Buenos Aires?
-Fue en una de esas giras, en 1954, y allí me contacto con Juan Carlos Altavista, quien me elige a mí entre otros rosarinos, uno de los cuales era Javier Portales. El gordo tenía 18 años y yo, 21. Altavista, que ya había filmado 14 películas, decía que precisaba un galán y que Portales era gordito. Juntos hicimos varios radioteatros y así fui alternando mis trabajos con la radio. En las giras yo interpretaba a un personaje y era además el apuntador de Arata. Una noche faltó el otro protagonista y don Luis me pidió que lo cubriera. Como al parecer lo hice muy bien, porque en verdad me sabía la obra de memoria, dijo algo que marcó mi trayectoria: "Aldo no se va a ir nunca de esto. Va a estar siempre. De actor, de apuntador, de cualquier otra cosa, pero no se va a ir del teatro". Y tenía razón.
-Hizo un derrotero por las provincias.
-Recalé en Mendoza. Allí conocí a Alberto Cortez, que tenía sólo 15 años. Ibamos de peña en peña y yo hacía los recitados gauchescos. De allí regreso a los radioteatros, en los que me fogueaba con distintos personajes. Alternaba mi labor de actor en diferentes escenarios y luego volvía a los micrófonos, que en esa época eran colgantes o de pie, y uno se emocionaba frente a ellos. Me casé con Flora un día a las diez de la mañana y a las dos de la tarde estábamos ensayando en el teatro, la luna de miel fue otra gira con Arata.
Con carnet de locutor
Cuenta Aresi que tardó un tiempo en obtener el carnet de locutor. "Estaba registrado como intérprete, hasta que un día pedí una entrevista aquí con el director de Radio Nacional y como en Rosario no había filiales del ISER y hacía falta gente, me otorgó un permiso de locución por tres meses, con el cual hice cambios de turno en dos radios. Con la antigüedad conseguí finalmente el carnet y trabajé durante más de diez años en el micrófono, de 1958 a 1969. Allí empecé con el primer relato para un teleteatro con Alberto Morán, el cantor de Pugliese. Llegué a hacer seis o siete por día. Corría de una radio a la otra y cobraba muchísimo. Teníamos un Valiant 3, que era tremendo. En esa época me levantaba a las cinco de la mañana y volvía a mi casa a las once de la noche.
-¿Y cómo conoció a Sandro?
-En 1967 yo hacía en la radio Operación juventud para una agencia de espectáculos que manejaba a artistas importantes. El programa pasó a Canal 5 y uno de los primeros números fue Sandro y los de Fuego. Ni soñábamos que íbamos a terminar trabajando juntos. Cuando debuté en la televisión mi experiencia como actor me sirvió de mucho para desempeñarme ante las cámaras.
-Fue presentador de otras figuras en su trayectoria.
-En 1969 conduje desfiles de modas en los que presentaba a Susana Giménez. Yo le preguntaba cómo tenía el pelo y ella hacía su famoso "¡Shock!". Y se armaba un revuelo bárbaro. Sandro siempre hace chistes señalando que yo trabajé con todo el mundo y algo de razón tiene. Si hasta trabajé con Petrona C. de Gandulfo. Yo hacía las presentaciones en las que cocinaba para las mujeres y me daba de probar a mí. Recuerdo que su marido, Atilio, me pagaba el equivalente de un mes de sueldo en la radio.
-¿Cuántos años lleva junto a Sandro?
-Treinta y seis. Pero desde hace veinte soy su representante. Me hice cargo de esa función por decisión de Roberto cuando murió Oscar Anderle, en 1988. Antes, sólo me ocupaba de vender los shows de Sandro en la Argentina, como lo había hecho con Los 5 Latinos y Hugo del Carril. Debo decir que Sandro es un hombre extraordinario. Nunca firmé ningún contrato con él, siempre todo fue de palabra. Es un hombre que sabe de ética y de principios. Yo me debo haber peleado cinco veces con él, muy fuerte, pero al otro día o al rato, nos abrazábamos o nos reíamos. Una vez fue por una frase de García Márquez. Otra, en Miami, por la salsa de unos fideos que yo hice de una manera y él decía que era de otra. Y también por una corbata. Nunca por nada grave. Roberto no es el tipo que necesita que lo estés elogiando todo el tiempo.
-Y de vez en cuando despunta el vicio haciendo algún trabajo de locución.
-La radio fue un medio muy importante para mí, el que me enseñó todo. De vez en cuando sueño que estoy en la radio, que voy a trabajar allí y que por alguna dificultad no puedo empezar. La radio genera amistad y solidaridad. Yo me acuerdo de toda la gente amiga y también del tiempo en el que me inicié, cuando se presentaban las orquestas en vivo. Cuando estaba de turno como locutor de LT2, actuaban allí Antonio Agri, Néstor Marconi, cantantes como Aldo Calderón y Alfredo Belusi, la Jazz Santa Mónica y tantos otros. Fue una maravilla. Y ahora, a veces, en los camarines, me pongo a cantar todo tipo de canciones de esos increíbles intérpretes, a los que por primera vez escuché en la radio.
Frondizi
- Destaca Aresi que recibió en su momento un premio "por mi buen desenvolvimiento como profesional de la radio". Ocurrió en Santa Fe, en 1960, y el entonces locutor estrella fue designado para presentar al presidente Arturo Frondizi en el acto de la inauguración de un tramo vial en la avenida Alberdi. "Gracias a mi persuasión le pedí un saludo al presidente y terminó hablando más de media hora."
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