¿Quién mató a Garrett Phillips?: el oscuro e impune asesinato de un niño de 12 años
La calma del pequeño pueblo de Potsdam, en el norte del estado de Nueva York, en Estados Unidos, se rompió para siempre la tarde del 24 de octubre de 2011 cuando alguien ingresó al departamento donde vivía el pequeño Garrett Phillips y lo asesinó. El niño tenía tan solo 12 años y su crimen todavía está impune.
Los investigadores del asesinato, casi de inmediato, apostaron todo a un solo sospechoso: Oral "Nick" Hillary, de origen afroamericano, que trabajaba como entrenador de fútbol en una universidad cercana. Y había sido pareja de la mamá de Garret, Tandy Cyrus. El sospechoso estuvo 70 días preso y fue a juicio, pero no se comprobó su culpabilidad.
Los pormenores de este desarrador y oscuro crimen, la investigación con sus claroscuros y el proceso judicial al que se arribó cuatro años después de la muerte del menor se narran con rigurosa precisión en el documental Who Killed Garrett Phillips? (¿Quién mató a Garrett Phillips?), dirigido y producido por Liz Garbus, que se puede ver en la cadena HBO.
En el documental, que se despliega con ritmo sostenido y sin tomar partido, abundan los testimonios de los que creen en la inocencia del principal sospechoso, "Nick" Hillary, y de los que aseguran que Hillary es el responsable del hecho, entre quienes se encuentran la madre del menor, sus familiares, los integrantes de la policía y gran parte del pueblo de Potsdam. Aunque esto no signifique, como sugiere el documental, que todos ellos tengan la verdad.
El relato se construye además con audios de los llamados telefónicos reales ocurridos en el momento posterior del homicidio, con imágenes de las declaraciones de Hillary tomadas directamente por una cámara interna de la estación de policía de Potsdam –quizás el momento más tenso de toda la historia- y, por supuesto, con grabaciones del juicio al principal sospechoso realizado en el tribunal del condado de St. Lawrence.
El crimen de Garrett
Garrett vivía con su madre y su hermano menor en la planta alta de un pintoresco edificio de departamentos ubicado en la calle Market al 100. Entre las 16.53 y las 17.23 de la tarde de aquel 24 de octubre ocurriría su fatal desenlace.
Los vecinos del mismo edificio de Garret aseguran que en un momento escucharon un "choque" fuerte, y luego un lánguido pedido de auxilio de un niño, que se apagó de inmediato. Antes de llamar a la policía, escucharon desde la puerta del departamento, al que fueron en socorro del menor, pisadas de alguna persona.
Al llegar los agentes al lugar encontraron al niño desvanecido y una ventana rota. Aparentemente, el homicida había saltado desde allí a la calle para emprender su huida. Pero nadie lo vio. El niño fue llevado al hospital, donde fue declarado muerto pocas horas después. La autopsia determinó que había muerto por "estrangulamiento y asfixia".
Cyrus, la madre del niño asesinado, no se encontraba en el lugar en el momento del crimen. Trabajaba en un bar de la zona de ese pueblo "hogareño, pequeño y sencillo", como lo define una de las vecinas de Garret, que ya nunca más sería el mismo.
Se barajó en los primeros momentos la teoría de que el niño había sido víctima de compañeros de su escuela que le pudieron hacer bullying hasta matarlo por accidente. Pero pronto, los encargados de investigar la muerte del pequeño encontraron al sospechoso perfecto: Oral "Nick" Hillary, exfutbolista y entrenador del equipo de la universidad de Clarkson, cercana a Potsdam.
El sospechoso era uno solo
Oral "Nick" Hillary es el principal acusado. Más que las pruebas concretas, lo que pesaba sobre este hombre eran una serie de datos que lo complicaban más a nivel de rumores que a nivel judicial.
En primer lugar, Hillary, entrenador de fútbol de la Universidad de Clarkson, había sido novio de la mamá de Garrett, Tandy Cirus y, por lo que se sabe, y él lo admitió en el documental, se separaron a pedido de los hijos de ella. Aparentemente, que el novio de la madre sea afroamericano provocaba burlas y ataques racistas de sus compañeros hacia Garrett, que no se encontraba cómodo en esta situación.
En segundo lugar, y no menos importante en el desarrollo de la historia, Cyrus había sido novia de uno de los oficiales de policía de Potsdam, John Jones, y supuestamente ella comenzó a salir con Hillary mientras salía aún con el policía. Los recelos personales de Jones jugaron fuerte en la investigación, ya que, con su poder como oficial, fue uno de los que inclinó el proceso en contra del principal sospechoso.
Hillary defendió siempre su inocencia, y aseguró que había ido directo de un entrenamiento a su casa en el momento en que sucedió el crimen de Garret, algo que corroboró su hija mayor. La prueba más contundente en su contra fue una grabación con cámaras de seguridad del estacionamiento de la escuela del pequeño, en la que se lo ve a él en patineta en dirección a su casa y la camioneta del sospechoso circulando a la vez por el lugar.
Pero nunca se llegó más allá de esa prueba. Ni el ADN bajo las uñas de Garrett, ni los testimonios de los que llegaron primero a la escena del crimen pudieron relacionar al entrenador con el homicidio.
Sin embargo, la presión contra el entrenador se hizo presente desde el primer momento. En una de las escenas más fuertes del documental se ve como dos policías, uno local, Mark Murray y el otro estatal, Gary Snell, tratan de quitarle una confesión al sospechoso en la estación policial. Lo habían citado con una excusa, y en la mitad de la exposición le leyeron los derechos Miranda, y terminaron dejándolo desnudo para sacarle decenas de fotos. Además, lo instaron a que se autoincrimine, algo que no sucedió.
Potsdam lo declaró culpable
El pueblo de Potsdam, sencillo y amable en la superficie, ya había hecho su juicio. La gente comenzó a darle la espalda a Hillary. La universidad lo dejó sin empleo y los antiguos amigos ya no lo saludaban. A tal punto que Hillary decidió hacerle un juicio al municipio de Potsdam por difamación.
Pero las cosas le salieron mal a Hillary, que, con cinco hijos a su cargo veía cómo poco a poco se desvanecía su vida. El juicio que le inició a Potsdam requirió que el defensor de la localidad tuviera que probar que él había asesinado al joven, y así se revivieron las acusaciones contra el entrenador.
No le ganó el juicio a la ciudad, y sus declaraciones fueron la excusa para realizarle un juicio penal. En la antesala de este proceso, HIllary estuvo preso durante 70 días en el año 2014, pero fue liberado cuando conspiraron que la fiscalía que lo había acusado había cometido mala práctica jurídica.
Dos años después, sin embargo, el principal -y a esta altura único- sospechoso volvería a ser juzgado por homicidio den segundo grado del pequeño Garret. Una nueva fiscal de distrito, la republicana Mary Rain, había ganado las elecciones para ese cargo prometiendo volver a la carga para resolver el crimen de ese niño. En esa altura, para la comunidad, resolver el crimen era sinónimo de incriminar al sospechoso de siempre.
Mientras tanto, una campaña creciente de carteles solicitando "Justicia por Garrett" inundaban diferentes lugares del pueblo y las rutas aledañas. Se llegó a ofrecer incluso una recompensa de US$ 40.000 para quien ayudara a resolver el caso. Pero nunca nadie se presentó.
El juicio definitivo
El juicio llegó finalmente el 12 de septiembre de 2016. Hillary, también aconsejado por su equipo de abogados, eligió ser juzgado por un solo juez, en lugar de un jurado. Con la presencia de la madre de Garrett y su tío -su padre había muerto cuando el niño tenía tres años- en la sala del juicio, pasaron los testimonios y alegatos.
Otra vez, las pruebas más contundentes contra el acusado fueron las imágenes de las cámaras del estacionamiento del colegio. Que no alcanzarían a condenarlo. El 28 de septiembre de ese mismo año, llegó el veredicto del Juez Cattena, a cargo del tribunal. Oral "Nick" Hillary fue declarado inocente.
Para los estándares de la ley, se había hecho justicia. Pero aún con la determinación de inocencia de HIllary -inocencia en la que la familia del pequeño nunca creyó-, lo cierto es que alguien había matado a un niño de 12 años de manera cruel y cobarde. Y ese alguien continúa suelto hasta el día de hoy.
¿Y qué pasó con John Jones?
Y la investigación dejó todavía algunos cabos sueltos, en especial en relación al policía John Jones, que nunca fue sospechado de nada, a pesar de que, según cuenta el documental, tenía ancetedentes violentos y arranques de ira. Cyrus además había presentado una declaración contra Jones y aseguraba que él le había iniciado una demanda civil como una manera de vengarse cuando ella había empezado a salir con Nick.
Who Killed Garrett Phillips? deja entrever también que Jones tenía algunos rasgos racistas y poco bien podría haber soportado que un afroamericano saliera con su novia. Sin embargo, a pesar de todos estos condicionantes, el oficial estuvo todo el tiempo del lado de los investigadores y de la familia de Garrett -acompañó a Cyrus en su primera visita a la comisaría tras el crimen- y nunca de los investigados.
Para Hillary fue el escarnio de un pueblo que lo vio siempre como un criminal y que no lo dejaron en paz nunca en las redes sociales. Como le dijo uno de sus abogados al finalizar el juicio: "A pesar de que ha terminado, no ha terminado. Nunca termina".
Mientras tanto, el brutal y horroroso asesinato del niño de 12 años, Garrett Phillips, en su casa de Potsdam, estado de Nueva York, continúa sin ser resuelto.
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