Luzu TV: quién es Nacho Elizalde, el “neogalán” multifacético que causa polémica en las redes
Es productor y co-conductor del programa de streaming del momento, Nadie Dice Nada, pero también tiene varios proyectos en la industria de la moda, la música y la gastronomía
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Nacho Elizalde es el claro ejemplo de un “neogalán”: una etiqueta que nació en el programa Nadie Dice Nada, el producto estrella de Luzu TV que encabeza junto a Nico Occhiato, Nati Jota y Flor Jazmín Peña.
El “neogalán” es la contracara del clásico “galán”, dos conceptos que se basan en diferentes comportamientos y actitudes de los hombres. Este constaste surgió al poco tiempo que empezó el programa, en octubre de 2020, para marcar las diferencias entre Nacho y Occhiato, pero volvió a aparecer con más fuerza en los últimos meses.
“Nico empezó a joderme en la cuarentena con que yo era un neogalán y quedó”, señala Elizalde en diálogo con LA NACION. Nacho es de usar ropa oversize y lentes - aunque esté bajo techo-, además de teñirse el pelo de colores. Estas son características típicas de un neogalán, que es alguien “progre” que va a terapia y prefiere el café de especialidad sobre el típico café en jarrito con medialunas. También es de escuchar música indie y de ir a bares a ver tocar bandas.
“Nico es el típico galán con campera de cuero, que sale al boliche con sus amigos y sabe jugar bien al fútbol”, comparó. Según esta distinción, estos hombres suelen ser más chapados a la antigua, van al gym y les cuesta hablar de sus sentimientos.
“Nachito”, como se lo conoce, es una de las personalidades que en el último tiempo ha ido ganando peso en las redes sociales impulsado por su presencia en Luzu TV, el canal de streaming de Occhiato que cautiva a los jóvenes y crece exponencialmente.
En cada transmisión de Nadie Dice Nada, Elizalde se destaca por sus comentarios picantes. Es que no tiene miedo de mostrarse tal como es y decir lo que piensa sin pelos en la lengua. Es más, declaró que, ahora que se está convirtiendo “en una celebrity”, está en una etapa “full rockstar”, lo que quiere decir que va a hacer lo que quiera cuando se le dé la gana.
Por fuera de las redes y del programa, muchos lo pueden reconocer por la “pelea” que tuvo con Brenda Asnicar en julio, que tuvo tal magnitud que llegó a los titulares de los principales portales del país. Al recordar esa polémica, Nacho se ríe del alcance que tuvo.
Se trataba de una campaña para una marca de ropa que hizo junto a la actriz y cantante. Antes de su lanzamiento, él propuso hacer que alguien grabe desde un celular “a escondidas” una supuesta discusión entre ellos, en la que ella se iba a ir enojada en medio de una entrevista. Le mandaron el video a un tiktoker para que lo difundiera como un material filtrado. “Fue zarpado como lo levantaron de todos los medios. Solo una periodista me preguntó si era verdad. Yo le dije que nada que ver, que no había pasado nada, y no publicó nada”, afirmó.
Más allá de la picardía detrás de esta estrategia, el lugar que ocupa ahora, a sus 34 años, es el resultado de años de trabajo y estudio. Así lo señala él, y reconoce: “Me costó mucho estar acá”. Desde chico, a Nacho ya le interesaba crear contenidos y estar ante las cámaras; por eso, tenía algo claro: se quería dedicar a los medios. Entonces, eligió enfocarse en su formación y se recibió de la carrera de Producción Integral de Radio y Televisión. “No quería tirarme así nomás, sino que quería ubicarme en la palmera antes de mandarme”, explica.
Con el tiempo, se fue cansando de ese ambiente y siguió buscando cómo alimentar ese lado artístico. Para eso, hacía sus propias “cositas”, como unos sketches que subía a YouTube con sus amigos. También hizo teatro por siete años y se anotó en varios castings, aunque no tuvo mucha suerte por ese lado.
¿Cómo llegó a Nadie Dice Nada?
En 2020, finalmente, apareció una posibilidad que no pudo rechazar. Después de conocer a Occhiato por su trabajo en la agencia Fuega, se encontró ante una idea que el conductor venía craneando: una especie de radio que se transmitiría por YouTube y en la que se hablaría de temáticas que no suelen tener lugar en los medios tradicionales. Tras encargarse del armado de lo que hoy es Nadie Dice Nada, el programa estrella de Luzu TV, Nacho estaba seguro de que quería producirlo, aunque eso significara dejar su trabajo de aquel entonces.
A pesar de confiar a pleno en el potencial del proyecto, fue una fuerte apuesta que hizo para dedicarse a lo que realmente quería; pero nunca se imaginó que iba a tener el éxito que tiene ahora. “Empezamos con 1.200 personas viéndonos y ahora llegamos a los 80 o 90 mil. Es una locura. Nunca pensé que iba a tener la magnitud que terminó teniendo”, asegura Elizalde. Este mes, festejaron un nuevo récord: minutos antes de la entrevista que le hicieron a Lali Espósito, superaron los 120.000 usuarios conectados para ver el programa en vivo a través de YouTube.
Pero Nacho no siempre estuvo frente a las cámaras, sino que eso se dio de forma progresiva. Desde un principio, la idea era que los productores se mostrarán y participen. Entonces, cuando hacían el programa por Zoom, en medio de la pandemia, Nico Occhiato a veces lo alentaba a que prendiera la cámara y dé su opinión sobre lo que se estaba discutiendo.
De ese modo, se fue soltando y su lugar en Nadie Dice Nada empezó a tener más peso hasta que, una Navidad, Occhiato se iba de vacaciones unos días y estaban buscando a alguien que lo reemplazará. Nacho fue él elegido para quedar frente al micrófono y, desde entonces, nunca dejó ese lugar.
-¿Qué tiene Nadie Dice Nada que lo hace destacarse y ganar tantos seguidores?
-Yo creo que el distintivo del programa es la dinámica que se armó en el grupo. Somos como amigos que se juntan a hablar de cosas que les pasan y que por ahí no se hablan en los medios tradicionales. Seguro que muchos van a intentar hacer lo mismo, porque sirve y tiene mucho éxito, pero hay algo que no se puede repetir.
Cuando se prenden las cámaras, Nacho, Nati, Nico y Flor debaten sin filtro acerca de distintas cosas que atraviesan a los jóvenes, y para eso toman ejemplos de su propia vida. “Conté cosas que me pasaron muy íntimas sobre el sexo porque creo que por ahí a alguien le pasa lo mismo, está en una y escuchar que a otras personas le pasa lo ayuda”, afirma.
Con una personalidad estridente, él defiende con fuerza lo que piensa y desafía a las personas del otro lado, a quienes les dice: “No me importa que me odien”. De todos modos, si bien cree que la cultura de la cancelación “ya fue”, sabe que es algo que podría ocurrirle y vive esa posibilidad con humor: “Me río antes de que me pase”.
Sin embargo, lo que muestra al aire es una especie de personaje. “Soy yo pero exagerado. Mi mamá me pregunta si estoy así gritando todo el día, y claramente no”, aclara. De igual manera, si bien siempre busca ser sincero con quién es, también trata de poner un límite en lo que expone y, por eso, por ejemplo, no muestra a su familia y amigos.
Además de la química entre los cuatros co-conductores y de la riqueza de sus personalidades, otro de las claves del programa está en el rol de los oyentes, que tienen un papel fundamental. “Queríamos hacer como esos programas de radio en los que no te bajás del auto porque estás muy metido”, explica. Ese es el espíritu con el que leen comentarios y escuchan audios en vivo que les mandan sus fieles seguidores, los cuales muchas veces encienden debates en el estudio bastante acalorados; especialmente, entre Nacho y Nati Jota que suelen ocupar posiciones opuestas y hasta han llegado a pelearse al aire.
La sensación de cercanía entre quienes hacen Nadie Dice Nada y sus seguidores es tan fuerte que a veces genera momentos un tanto extraños. “Claro, como acompañamos a la gente y contamos cosas que nos pasan, terminan pensando que nos conocen de verdad”, reflexiona Nacho y recuerda una vez que, como fiel amante de la música, fue al festival Lollapalooza, sin esperar que lo reconocieran. Mientras estaba mirando solo a Jorja Smith, bien cerca del escenario, se encontró con una chica que, al darse cuenta de quién era, le detalló en medio del recital sus problemas amorosos. “Me empezó a decir: ‘Hola Nachito, ¿cómo estás? Perdón, ya sé que te molesta estas cosas, pero me dejó mi novio’. Yo no entendía lo que estaba pasando”.
A pesar de eso, Elizalde cree que está “llevando bien” la fama y disfruta de lo que se genera cuando la gente lo reconoce en la calle, algo muy reciente a lo que está intentando acostumbrarse. “Las primeras fotos que me pedían me daban vergüenza, en especial enfrente de mi familia y de amigos. Es que no soy una persona fotogénica... Me pongo las manos en la cara y hago caras. Es algo que tengo que ir aprendiendo”, dice. Y añade: “Al principio, me daba ansiedad. La primera vez que nos fuimos todo el equipo a Córdoba, vi que mucha gente que ni siquiera me seguía empezó a ver mis historias. No sabía qué hacer: si subir más o si, en cambio, no subir más fotos”.
Del mismo modo, trata de sobrellevar lo que ocurre con los mensajes negativos que a veces le llegan por sus comentarios picantes y por la naturaleza misma de las redes sociales. Aunque trata de no prestarles atención, no puede negar que a veces lo afectan, y señala: “Trato que los comentarios, tanto buenos como malos, estén de fondo”.
Un “mercenario” al aire
Siempre dispuesto a probar cosas nuevas, desde julio, Nacho conduce su propio programa, Nachito Mercenario, que se transmite todos los lunes a las 21 por Luzu TV. Este contenido nació como una solución a un problema: en Nadie Dice Nada consiguieron que una gaseosa publicitará en su espacio, pero a los pocos días, se acercó la competencia y también ofreció hacer publicidad. Ante esa disyuntiva, Occhiato le ofreció a Nacho que hiciera un programa en donde estuviese blanqueado que su objetivo era “hacer chivos”. Entonces, cada emisión, buscan una marca que quiera publicitar en él.
Con su personalidad histriónica, Nacho no tiene miedo de hacer de las suyas en la hora del programa, que no deja a dudas que él es el conductor. Y así, de a poco, hace que ese espacio sea cada vez más “propio”: toma elementos de los talk shows que él veía, como el de Conan O’Brien o Jimmy Fallon, y los aplica adaptándolos a lo característico de los argentinos. También tiene planeado sumar bandas que toquen en vivo y, de esa forma, ayudar a darles visibilidad.
Este año, también tuvo su paso por la televisión cuando participó de algunos capítulos del “Último pasajero”, el ciclo que volvió a la pantalla de Telefe bajo la conducción de Flor Vigna y Nico Occhiato. “Ahí hacía de azafato, aunque yo jodía con que era cocococo-conductor”, explica. Sin embargo, su paso por la pantalla chica fue por un tiempo breve.
Nacho tenía claro que quería hacer un personaje de “anti-televisión”, siempre llevando la contra a todos, pero a diferencia de Nadie Dice Nada o Nachito Mercenario, se encontró con que no tenía tanto lugar para destacarse. “Fue una buena experiencia para aprender y me gustaría volver a hacer televisión, pero por ahí donde tenga más espacio para ser yo”.
Perro Birra, Tranca y La Polenta: el otro lado de Nacho Elizalde
Fuera de los medios, Nacho tiene otros emprendimientos, en línea con varios de sus intereses, como la moda, la gastronomía y la música. “Soy muy inquieto, no puedo hacer una cosa a la vez”, expresa.
De esta manera, hace unos años, tiene su propia línea de cervezas artesanales llamada Birra Perro; y en 2022, sacó Tranca: una línea de moda inspirada en su perro que forma parte de la marca de ropa El Del Barrio Chino. Para eso, estuvo involucrado en todo el proceso: diseñó las prendas e incluso aprendió sobre moldería para que todo quede tal cual le gustaba. En el día del lanzamiento, el stock se agotó a la media hora que había salido.
Sumado a esto, también tiene La Polenta, una fiesta que lleva a cabo junto a la DJ Pol4ca. Su idea es llevar la experiencia de las fiestas electrónicas, con las luces y los lásers, a aquellas donde se pasa cachengue, reggaetón o pop. “Es para que las personas a las que no les gusta la movida de la electrónica puedan disfrutar de toda la parte del show y lo visual”, señala al conversar con este medio.
Empezaron en 2019 haciéndolas una vez por mes para 200 personas, en la cuarentena siguieron de forma virtual, y ahora están haciendo ediciones de este evento todos los fin de semanas para 2.000 personas. La respuesta del público es tan buena que las entradas ya están agotadas hasta el 23 de septiembre, el 9 de octubre se presentarán en Córdoba y están considerando expandirse a otras ciudades y a Uruguay.
Nacho está abierto a todas las posibilidades que se le presentan, ya sea frente a las cámaras o en ámbitos totalmente diferentes. Por eso, además de todos los proyectos que tiene ahora, está interesado en meterse en la actuación. Es que su naturaleza lo lleva a hacer muchas cosas a la vez, siempre y cuando aquello que se le presente lo apasione y lo haga sentir él mismo.
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