¿Quién es Deadpool?
Te contamos todo sobre la nueva estrella cinematográfica de Marvel
1. Un ícono Marvel muy distinto
Deadpool mata, se divierte con eso, y en medio de una violencia extrema, lanza chistes como metralleta. Básicamente esa podría ser la descripción que mejor se ajusta al espíritu de este inclasificable héroe nacido de la infinita cantera de héroes Marvel. La película cuenta la historia de Wade Wilson (Ryan Reynolds, que vuelve a interpretar a este personaje luego de la fallida intervención que tuvo en X-Men Orígenes: Wolverine), un antiguo agente de fuerzas especiales devenido a mercenario, que con el objetivo de curarse de un cáncer, se expone a un experimento que le otorga un extraordinario poder de curación (y un muuuy ligero trastorno mental). Bajo su nueva identidad de Deadpool, Wilson buscará vengarse de quienes quisieron matarlo, mientras intentará mantener una relación de lo más sana posible con su novia, Vanessa (Morena Baccarin). La intención de la película fue desde el vamos, respetar el humor negro, negrísimo, que tanto caracteriza al personaje en las historietas, sin por eso alterar su condición de mutante dentro del universo Marvel (y que lo llevará, en la película, a hacer equipo –al menos por un rato- con Coloso de los X-Men). Por su nivel de violencia extrema, por su contenido sexual y hasta por la cantidad de guasadas profesadas por el personaje, la película tuvo la calificación de "Apta para mayores de 16 años con reservas", lo que deja muy en claro que no se trata de un film para chicos, sino para disfruten con desparpajo los jóvenes y adultos.
2. Un héroe reconstruido
Un poco como le sucede a Wolverine o al Joker, el pasado de Deadpool es un verdadero misterio. En las páginas del cómic, reconstruir su historia fue un rompecabezas al que siempre le faltó alguna pieza. Con el correr de los años, se supo que su nombre pudo haber sido Wade Winston Wilson, y que previo a convertirse en Deadpool, se ganó la vida como mercenario. Tal como se cuenta en la película, ante un diagnóstico de salud poco favorable, Wilson se sometió a un peligroso experimento que lo curó, pero que también le brindó un factor curativo similar al de Wolverine (tiene lógica, porque se trataba de las mismas personas que a ese mutante le inyectaron su esqueleto de adamantium). Wade también recibió como efecto secundario una desfiguración considerable de su rostro y un trastorno mental severo, que forma parte de su particular personalidad. A partir de ese momento, Wade se convierte en Deadpool, el antihéroe más popular del universo Marvel.
3. En todos lados, un argentino
Deadpool debutó en el año 1991, y fue originalmente presentado como una especie de villano que debía enfrentarse a Los Nuevos Guerreros (uno de los tantos títulos de la familia X-Men). El antihéroe fue creado por el dibujante Rob Liefeld, que le llevó al guionista Fabian Nicieza el diseño del personaje, para que él le creara un contexto. De esa manera, el mutante hizo su primera aparición oficial en Marvel como un villano que, paulatinamente, se convirtió en uno de los favoritos del público. Lo primero que llamó la atención de Deadpool fue su tono humorístico y totalmente descontracturado, algo muy poco habitual en un universo lleno de personajes serios. Y en eso, mucho tuvo ver Nicieza (porteño de nacimiento, aunque haya vivido apenas cuatro años en nuestro país), quien desde el primer momento le imprimió a Wade un estilo muy único, que con el correr de los años, otros escritores comenzarían a pulir y mejorar. Para aquellos que jamás leyeron un número de Deadpool, y buscan algo del personaje, pueden ir sin miedo a la etapa de escrita por Joe Kelly, seguramente el guionista que mejor comprendió la naturaleza histriónica de este personaje.
4. Un estilo único
Uno de los grandes atractivos de Deadpool, es que suele hablarle directamente a sus lectores, rompiendo la famosa cuarta pared. Wade es consciente de habitar en un universo de ficción, y suele dirigirse a su público en un ejercicio muy atípico dentro de las historietas de súper héroes (esto mismo hace el personaje de Reynolds en el cine, otro medio en el que ése recurso no para nada común). Y fue gracias a ese tono descontracturado, que se volvió algo permanente en las aventuras del personaje, que una legión de lectores (incluso mucho de ellos no habitúes del mundo de la historieta) se acercaron a leer las aventuras de este antihéroe. Como una suerte de comedia desaforada, llena de cinismo y mala onda, Deadpool se convirtió en una serie totalmente atractiva que logró superar la barrera del nicho comiquero para instalarse como ícono pop, y con la película a pocos días de distancia, la fama del personaje promete crecer desmesuradamente.
5. Su presencia no falla
Basta con ir a cualquier convención de cómics y ver la cantidad de personas disfrazadas de Deadpool, para comprobar la inmensa popularidad que tiene este mercenario (un fenómeno que también se repite con Harley Quinn, integrante del Escuadron Suicida). Acompañada por la excelente venta en materia de cómics, la fama de Deadpool también aumentó gracias a su aparición en video-juegos y dibujos animados. Por su carácter incorrecto y su naturaleza salvaje, este héroe políticamente incorrecto se convirtió en el invitado ideal y en una plataforma infalible para lograr el éxito de cualquier producto que lo tuviera como agregado.
De yapa: una película romántica
¿A tu pareja no le gusta el cine ultra violento, y prefiere siempre una tierna película de amor? No hay problema. Los productores del film lanzaron esta imagen (algo manipuladora, puede ser...) para convencer a quien sea necesario que Deadpool es una película de amor. Técnicamente, lo que dice el afiche es cierto, así que no sería necesariamente una mentira…
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