Qué es una diana
En 1994 actuó en el San Martín un elenco británico llamado Cheek by Jowl, con una irreverente y original versión de "Medida por medida", de Shakespeare. El director era uno de los creadores del grupo, Declan Donnellan (nacido en 1953), quien acaba de regresar a la Argentina para participar en el V Festival Internacional de Buenos Aires, esta vez al frente de una compañía rusa, auspiciada por la Confederación del Teatro Ruso, con la que trabaja con frecuencia. Trajeron Twelfth Night" ("Noche de reyes") de Shakespeare, dirigida por Donnellan y hablada en ruso por actores de esa nacionalidad.
Aunque recibido de abogado, Donnellan se ha dedicado por entero al teatro. Fundador, junto con Nick Ormerod, de Cheek by Jowl en 1981, desde 1989 es director asociado del Royal Nacional Theatre de Londres, y como profesional independiente ha trabajado para el Teatro Dramático Maly de San Petersburgo, el Teatro Nacional de Finlandia, el Festival de Salzburgo y el de Aviñón. Ganador, entre muchos otros, de tres premios Laurence Olivier, es doctor honoris causa de la Universidad de Warwick y caballero de la Orden de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia.
Toda esta actividad no le ha impedido escribir un libro considerado hoy de lectura obligatoria por toda persona interesada en el teatro. Peter Brook dice de él: "Cuestiona abiertamente las generalizaciones sobre la actuación, sacando a la luz nuevos e innovadores aspectos. Bajo la alegría y el humor de su escritura, Donnellan guía sutilmente a los jóvenes actores hacia la conciencia de los procesos vitales detrás de su trabajo". El título en inglés es "The Actor and the Targe", traducido al castellano con una palabra que desconcertará a los lectores argentinos: "El actor y la diana" (Editorial Fundamentos, Caracas y Madrid, 2004). La diana es, en España, lo que aquí se llama el blanco, en los ejercicios de tiro. Salvada esa mínima dificultad idiomática, el libro es fascinante.
Basta leer la primera frase de la introducción: "La actuación es un misterio y también lo es el teatro". Y prosigue: "Un teatro no es sólo un espacio literal, sino también un lugar donde soñamos juntos; no únicamente un edificio, sino un espacio que es, a la vez, imaginario y colectivo. El teatro provee de un marco de seguridad dentro del cual podemos explorar situaciones peligrosas, desde la comodidad de la fantasía y la protección de un grupo. Aunque todos los auditorios fueran arrasados hasta sus cimientos, el teatro sobreviviría de todas formas, porque el ansia, en cada uno de nosotros, de actuar y de presenciar actuaciones, es innata. El teatro no puede morir antes de que el último sueño haya sido soñado".
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"No es fácil escribir sobre interpretación. Actuar es un arte, y el arte revela la excepcionalidad de las cosas. Por eso, hablar sobre actuación es complicado, ya que la expresión «hablar sobre» tiende a hacernos generalizar, y la generalización esconde la excepcionalidad de las cosas". El primer problema planteado es el del bloqueo: el actor, por más empeño que ponga y aunque por fuera parezca estar en el buen camino, se desanima porque siente que le falta algo. Ese algo es, precisamente, el blanco en el cual debe hacer centro su interpretación. Comenta Donnellan: "Nunca sabrás lo que estás haciendo hasta que sepas para qué lo estás haciendo. Para el actor, todo «hacer» debe ir encaminado hacia algo. El actor no puede hacer nada sin la diana. Esta puede ser real o imaginaria, concreta o abstracta, pero la irrompible primera regla es que en todo momento y sin una sola excepción, debe haber una diana". En el caso de una actriz que interpreta a Julieta, sus blancos, u objetivos, podrían ser: "Aviso a Romeo; engaño a mi madre; enojo a la nodriza; abro la ventana; salgo al balcón; busco la luna; recuerdo a mi familia".