Proyecto Florida: cerca de Disney, una infancia con sueños de estabilidad
Proyecto Florida (The Florida Project, EE.UU./2017) / Dirección y edición: Sean Baker/ Guión: Sean Baker y Chris Bergoch / Fotografía: Alexis Zabe / Música: Lorne Balfe / Elenco: Brooklynn Kimberly Prince, Bria Vinaite y Willem Dafoe / Duración: 111 minutos / Calificación: Apta para mayores de 13 años con reservas / Nuestra opinión: muy buena
Si Tangerine (2015) se hizo famosa por haber sido rodada con un iPhone, Proyecto Florida se concretó de la manera más tradicional: en 35mm. Aquí ya no están como contexto las calles menos glamorosas de Los Ángeles sino los moteles y shoppings de Orlando; tampoco aparece en primer plano la problemática transgénero, pero en el acercamiento a la historia de una joven e impulsiva madre soltera llamada Halley (Bria Vinaite) y su hija de seis años (Brooklynn Prince, puro encanto, desparpajo y expresividad) se percibe la misma vitalidad, honestidad y sensibilidad que en los trabajos anteriores de Sean Baker.
Halley y Moonee viven en un decadente hotel ubicado cerca de los parques de Disney y que es supervisado por Bobby, un hermoso personaje que construye con el tono justo Willem Dafoe. Es cierto que la deriva de la primera parte (las travesuras de Moonee con sus amigos y las experiencias compartidas por madre e hija) se extiende demasiado y, cuando Baker quiere darle un conflicto y una estructura a la segunda mitad con la aparición de los agentes de la seguridad social, el film pierde algo de naturalidad y encanto, pero mantiene incluso en sus momentos más extremos y melodramáticos un tono lúdico y un amor por los personajes que la hacen siempre querible y disfrutable.
Proyecto Florida es una película con un fascinante universo propio y, a la vez, una denuncia -sin subrayados- sobre esa América profunda de madres solteras sin vivienda ni trabajo fijo.