Proyecto 7, una propuesta distinta para la escena independiente
Gabriel García, productor de la escena comercial, se lanzó a apoyar elencos de distintas ciudades del país, a través de una idea colectiva en la que cada obra apoya y se nutre de la otra
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Siete son las notas musicales, las maravillas del mundo, los pecados capitales, los colores del arco iris, los días de la semana y también las plagas que destruyeron Egipto. El siete ha sido el número más elegido, misterioso, mágico y místico. Y es por eso que el productor, autor y director de espectáculos Gabriel García lo tomó para denominar a su nuevo Proyecto 7 que nació hace pocos meses pero que ya pisa fuerte en la cartelera cultural argentina.
Dedicado a la producción de espectáculos desde 2003, sus inicios se retoman a la producción televisiva, hizo un paso por el cine para, por fin, llegar a su gran pasión: el teatro. Desde entonces con su productora GRG, acumula más de 80 premios y distinciones como los premios ACE, Hugo, Estrella de Mar, entre muchos otros. Productor de obras de la talla de Romeo y Julieta, Macbeth, ambas en su idioma original siendo un precursor en estar al frente en una compañía con ese fin: llevar obras en inglés a la calle Corrientes; Priscilla, reina del desierto, No hay 2 sin 3, Ellas mandan, Buscados, Yiya, el musical, El club de los estafadores, La fabulosa historia de los inolvidables Marrapodi, Hernán Piquin es Freddy, entre muchas otras.
La idea de Proyecto 7 nació en medio de la pandemia cuando muchos artistas le empezaron a escribir a García en busca de fuentes laborales en un momento trágico para la actividad teatral. “Me escriben muchos artistas. Siempre hice más que nada producción comercial pero muchos artistas de teatro independiente me han escrito para que los tenga en cuenta. Vi que había una enorme necesidad de poder trabajar, de mostrarse. Puntualmente me escribió una persona, de forma extensa, preguntándome por qué los productores siempre mirábamos a los artistas del sector comercial y nunca a los del sector independiente, con tantos artistas que vienen peleando, con unas palabras que me conmovieron. Y entonces me surgió la idea de hacer este emprendimiento para generar mucho trabajo. Hoy están trabajando casi 14 elencos y van a ser 21. Y todo lo que mueve alrededor, los escenógrafos, los vestuaristas, los iluminadores es una cantidad de gente enorme”, cuenta con orgullo García. “También lo pensé como si fueran las inferiores de un club, y de esa manera ir conociendo a artistas que quizás en otro contexto no llamaría. Muchos de ellos tal vez después puedan pasar al teatro comercial”.
Para García es generar también una comunidad de teatro en la que haya continuidad de trabajo, y que todos los artistas involucrados puedan difundir las obras de todos, que se acompañen, que trabajen en comunión. El proyecto tiene como objetivo estrenar siete obras por año en distintos teatros de Buenos Aires pero ya se está extendiendo a otras provincias y por estos días tanto en Mendoza como en Córdoba se pusieron en marcha los estrenos de las obras con elencos locales.
“Siete obras en Buenos Aires con elencos porteños, siete en Mendoza con elencos mendocinos, otras siete en Córdoba con elencos cordobeses. Y así la idea es seguir expandiéndolo por todo el país”, cuenta García y agrega: “Las obras las elijo yo, algunas son de autoría mía. Hacemos el casting. Nos comunicamos con productores locales. Mi sueño sería que el día de mañana haya un encuentro anual que una a todos los lugares en los que se desarrolla Proyecto 7″.
En Buenos Aires ya se estrenaron tres en los teatros Border y Gargantúa y dos están por estrenarse en estas semanas en El Tinglado. Las últimas dos para completar el ciclo de siete obras serán estrenadas en agosto.
El proyecto, abocado a diversos géneros teatrales pero haciendo especial foco en obras más bien pasatistas, entretenidas, que buscan que la gente se divierta, según expresó García, tiene un funcionamiento coordinado con un sistema de cooperativa con producción en el que el actor solo debe ocuparse de su rol de actor, y la producción se hace responsable de cubrir todos los costos necesarios para poner en escena la obra. El equipo artístico no deberá realizar ningún tipo de aporte económico. La productora también absorbe los costos del alquiler del teatro, los gastos de técnica, publicidad y prensa, escenografía, vestuario, utilería y traslados de implementos escenográficos y técnicos en general.
Gabriel García llegó a la producción casi sin darse cuenta. No había historia teatral ni en el mundo del espectáculo en su familia “pero de chico ya había algo de ese mundo que me interesaba. Más que productor general me considero productor artístico. Cuando tenía diez años, la directora del colegio llamó a mi mamá porque un par de madres se estaban quejando porque yo le vendía historietas a mis compañeritos y les sacaba la plata que llevaban para comprarse cosas en los recreos. Pero las historietas las hacía yo, inventaba los diálogos, todo, las dibujaba y las vendía. Estaba la parte artística y comercial. Y después, a los 12 años, escribí una radionovela con los guiones para mi abuela, mi papá, a mi hermana. Y los hacía grabar. Lo edité yo, lo musicalicé. A los 14 hice mi primera película con una grabadora casera. Y después estudié arquitectura para darle el gusto a mi papá que estaba en el mundo de la construcción. Pero después, las vueltas de la vida, los contactos y las amistades me llevaron a producir en televisión, sin experiencia, sin saber nada. De golpe me encontré ahí y me gustó. Después hice cosas en el cine independiente y llegué al teatro y me encantó. Me di cuenta de que el teatro era lo que más me gustaba. Aunque tengo pensado en algún momento volver al cine con mi productora”.
García continuará con su tarea de productor teatral, ardua por cierto. “Los artistas son los dueños de los éxitos y los productores los dueños de los fracasos”, afirma a sabiendas de que la tarea más difícil es llevar con éxito lo que se proyecta. Y también teniendo muy en claro que en este mundo artístico no hay fórmulas. “Una vez cuando yo empezaba un viejo productor me dijo: ‘¿a vos te gustaría saber la fórmula del éxito? Lo primero que tenés que hacer es tener un buen libro que es la base, después tenés que buscar un director prestigioso que sepas que es acorde para ese tipo de libro, con ese director traten de armar el mejor elenco posible, luego tenés que buscar un teatro acorde al público porque también los teatros tienen su público. Cuando tenés todo eso comprate un billete de lotería’. Un poco es así. Con los años vas minimizando riesgos, vas teniendo distintas posibilidades pero el éxito no te lo asegura nadie. Me ha ido muy bien y muy mal. He vivido las dos situaciones. Produje obras en las que me ha ido muy bien y las he tenido hasta tres años dando vueltas y otras en las que había más gente arriba del escenario que abajo”.
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