Protagonizó un éxito de Disney, fue el gran amor de Liam Neeson y murió de la forma más trágica
Natasha Richardson, reconocida por su participación en la película Juego de Gemelas, perdió la vida a los 45 años en un accidente de esquí
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El rostro de Natasha Richardson quedó inmortalizado en el recuerdo de muchos, sobre todo, por su interpretación en Juego de Gemelas (1998), la clásica película de Disney en la que le dio vida a Elizabeth James, la madre de Annie y Hallie. 11 años después de aquel éxito, la actriz de 45 años sufrió un accidente que le costó la vida.

El 16 de marzo de 2009, Richard viajó a Québac, Canadá, con la intención de tomar clases en el centro de esquí Mont Tremblant. Pero, mientras practicaba, cayó por una pendiente y se golpeó la cabeza. Si bien al principio parecía no haber sido algo grave, ya que ella misma bromeaba sobre su mal desempeño, dos horas después comenzó a tener un fuerte dolor de cabeza por el que pidió atención médica. Inmediatamente, fue trasladada al hospital de Montreal, donde entró en coma, y luego al Lenox Hill de Nueva York, donde su cuadro empeoró aún más: tenía muerte cerebral.

La noticia generó conmoción tanto en Hollywood como en su círculo íntimo, pero, sobre todo, en su esposo, Liam Neeson, quien no pudo recuperarse nunca. Tiempo después, el actor recordó cuáles fueron las palabras que le dijo a su esposa, mientras ella estaba en estado crítico: “Fui con ella y le dije que la amaba. Le dije: ‘Amor, no vas a volver de esto. Te golpeaste la cabeza. No sé si podés oírme, pero eso es... Eso es lo que pasó. Y te traemos de regreso a Nueva York. Toda tu familia y amigos vendrán’”.

Los actores se conocieron en 1993, mientras trabajaban juntos en la obra de Broadway Anna Christie. Fue tal el flechazo que, un año después, se casaron y al poco tiempo se convirtieron en padres de Michael y Daniel. “Nunca había tenido ese tipo de situación de química explosiva con un actor o actriz. Tuvimos este maravilloso tipo de baile; baile libre en el escenario todas las noches”, rememoró él al respecto.
“Me despierto todas las mañanas sintiéndome afortunada, lo que sin duda es impulsado por el miedo, ya que sé que todo podría desaparecer”, señaló, por su parte, Natasha durante una entrevista para The Telegraph en 2003, sin saber que su expresión se convertiría seis años más tarde en un fuerte presagio.
Sobre la muerte de la madre de sus hijos, en aquel momento de 12 y 13 años, el protagonista de La lista de Schindler (1993) expresó que “fue algo horrible”. Por eso, la actuación se convirtió en su refugio, criado por su familia en Irlanda del Norte, sentía “la necesidad de la clase trabajadora irlandesa de aceptar cualquier trabajo que estuviera disponible”. Llegó a filmar más de 34 películas en nueve años luego de la muerte de su amada Natasha.
La actuación en su ADN
Natasha creció rodeada de actores. Su madre es Vanessa Redgrave -considerada una de las actrices más grandes de su generación- y su padre era el cineasta y productor Tony Richardson. Así fue que, motivada por su entorno familiar, a los 4 años hizo su debut en La última carga, una película dirigida por su progenitor.

En 1984, apareció en la serie Sherlock Holmes, con Jeremy Brett, y desde ahí no paró. Entre la furia y el éxtasis (1990); Una mujer llamada Nell (1994); Éxito por los pelos (2001); Sueño de amor (2002) y Diva adolescente (2008), fueron solo algunos de los títulos en los que se destacó.
Su última aparición en pantalla fue como la Sra. Kingsley, la directora de una escuela para niñas en la comedia de 2008 Wild Child.
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