Primavera en "Verano del 98"
Con el cambio de horario, a las 22, la tira de Telefé ahora apuesta al erotismo
Una adolescente acaricia su piel frente al espejo, una joven mujer se trepa a un hombre para hacerle el amor. Las imágenes no pertenecen a la publicidad de un automóvil ni son el avance del cine de trasnoche. Es la promoción de "Verano del 98", el ciclo que Telefé ha decidido trasladar, desde el lunes último, a las 22.
Como culebrón que es, "Verano..." ha sobrevivido a los más caprichosos cambios de horarios. Debutó a las 21, luego fue mudado a las 19, y ahora, de golpe, se encuentra fuera del horario de protección al menor.
Tal vez por eso los autores decidieron que era la oportunidad de avanzar más en algunos terrenos que antes tan sólo se animaban a mirar de afuera. Si bien Claudio Lacelli, uno de los seis autores que escriben los destinos de los más de treinta personajes de Costa Esperanza, admite que el nuevo horario les permitirá jugarse con otros temas, también recuerda que "siempre hubo sexo en esta novela, porque para nosotros el 80 por ciento de la vida de un adolescente es el sexo. En "Verano...", el beso nunca tardó 50 capítulos en llegar".
Lo que se viene
Quien se haya sorprendido de lo que ocurrió la semana última en "Verano...", se sorprenderá aún más por lo que pasará, a partir de este lunes, en el pueblito de Costa Esperanza. La cuestión es que lo que se vio hasta ahora eran capítulos que fueron mayormente grabados antes de saber del cambio de horario. De modo que sólo a partir del próximo lunes la trama aprovechará la permisividad de las 22.
"Vamos a hacer un programa más audaz", adelanta Lacelli. "Sabemos que tenemos a la audiencia de las 19 que todavía nos sigue, pero queremos ganar otro público. La próxima semana se incorpora un nuevo personaje, Tadeo, un adolescente que, en plena confusión sexual, no sabe si es gay. Esto es algo que podemos contar ahora, pero de ninguna manera quiere decir que por estar a las 22 vamos a mostrar a dos homosexuales en una cama. Los límites los imponemos nosotros más allá de estar fuera del horario de protección al menor."
La historia de Tadeo (Santiago Pedrero) no será la única brecha erótica de la telenovela. Todavía continuará el despertar sexual de Yoko, una chica de 14 años, que la semana pasada se tocaba frente al espejo porque está enamorada de Juan (Juan Ponce de León) y piensa o, mejor dicho, se "ratonea" con él. Juan es bastante mayor que ella y, además, es protagonista de más de una escena caliente junto a Amanda (Jazmín Stuart), su pareja de la ficción.
El amor es más fuerte
El amor se multiplica de tal forma en "Verano del 98" que el sexo está en todas partes. Tanto en los mayores como en los más chicos. Es cierto que también está incluida la historia de Amparo (Gloria Carrá), quien, en medio de una repentina pobreza, intenta mantener unidos a sus hermanos. Es típico del género el reguero de desgracias que Clara (Dolores Fonzi), la malvada de la tira, va dejando tras de sí. Pero el sexo gana en Costa Esperanza.
"Hemos intentado mostrar a los chicos en situación de buscar trabajo, por ejemplo, pero nos dimos cuenta de que para la gente resulta aburrido. Por eso "Verano del 98" es una tira romántica donde todo pasa por el amor, por el melodrama y por la comedia", explica Claudio Lacelli.
Octavio (Guido Kaczka) es un chico ciego que quiere ver el cuerpo de Violeta (Agustina Cherri). Y para verlo, por supuesto, necesita usar sus manos y algo más. Violeta todavía no le dijo que sí, pero no se trata del temor de una debutante sino del recelo de una experimentada adolescente que a los 15 años ya perdió un embarazo. El padre era Mauro (Alejo Ortiz), quien hoy se encuentra, revólver en mano, vagando por el sur argentino con una especie de hippie new age que quiere subir a una montaña para hacerle una pregunta a Dios.
De la tragedia, "Verano del 98" invita al humor de la más que adorable pareja formada por Renata (Sabrina Carballo) y Benjamín (Tomás Fonzi), dos incipientes comediantes. Y del humor, la tira va de nuevo al sexo. Esta vez con Marlene (Graciela Tenembaum) y Federico (Horacio Peña), dos de la banda de los mayores que "no aguantan más porque no son de fierro". Y las miradas lascivas se multiplican porque sus respectivos hijos, Tomás (Nahuel Mutti) y Coni (Romina Richi) acaban de mudarse a vivir juntos porque no toleran estar un minuto separados. De modo que ahora a los besos efusivos les seguirán las piruetas sobre el colchón.
Más allá de lo que los autores cuenten y los actores pongan en juego, Telefé ya desde la tanda ha decidido "vender" la tira como una telenovela erótica. Quizá con la convicción de saber que es muy difícil que alguien le diga que no al sexo.
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