Premios Emmy 2018: la noche en la que el streaming ganó la partida
En 2013 Bruce Rosenblum, el entonces presidente de la Academia de artes y ciencias televisivas que entrega los premios Emmy desde 1948, decía, en las vísperas de una nueva entrega del galardón, que la TV estaba en pleno proceso de evolución. Que la transformación era rápida y que los votantes ya habían dado cuenta de los cambios que empezaban a producir plataformas de streaming como Netflix , Hulu y Amazon Prime Video en los modos de producción y consumo de los contenidos al nominar a House of Cards . Claro que ni siquiera un experimentado hombre de la televisión como Rosenblum podría haber imaginado lo que sucedió ayer en la 70a. entrega de los premios Emmy. Es que en apenas cinco años, un servicio de streaming, Netflix, corrió del centro de la escena a HBO, la señal premium cuyos programas fueron durante años sinónimo de televisión de prestigio y los premios que suelen acompañarla y otro, Amazon Prime Video, se apoderó de la categoría de comedia en apenas tres. La cuenta final dirá que en realidad hubo un empate entre Netflix y HBO, con 23 premios para cada uno, si se suman a las estatuillas entregadas anoche aquellas dedicadas a los rubros técnicos que ya se repartieron hace una semana. Sin embargo, en el balance histórico quedará registrado un dato innegable: en su edición número 70, los premios Emmy consagraron al streaming como el modo por excelencia de ver y producir televisión.
Que HBO se haya quedado con el que muchos consideran el premio más importante de la noche, mejor drama, gracias a Game of Thrones , no modifica el hecho de que su liderazgo ya no es indiscutido. Lejos de eso. Y tal vez la señal más contundente del irreversible cambio de la industria televisiva haya sido el aplastante triunfo de The Marvelous Mrs. Maisel, la serie de Amazon Prime Video creada por la inigualable Amy Sherman- Palladino, que después de una sola temporada se llevó cinco premios incluyendo el de mejor comedia, actriz protagónica (Rachel Brosnahan), actriz de reparto (Alex Borstein), dirección y guión de comedia.
Los galardones de Netflix estuvieron más repartidos en diversas categorías que incluyeron el de mejor actriz de drama para Claire Foy , merecido reconocimiento a la protagonista de The Crown que ya le pasó la posta de Isabel II a Olivia Colman quién la interpretará en las próximas dos temporadas del programa. Aunque muchos esperaban que la Academia le diera por fin la estatuilla a Keri Russell por su brillante trabajo en The Americans o que se atreviera a hacer historia entregándoselo a Sandra Oh, la primera actriz de origen asiático nominada en la categoría, por Killing Eve, lo cierto es que Foy hizo por la reina de Inglaterra lo que pocas intérpretes -ella y Helen Mirren- podrían haber hecho.
Entre los rubros actorales Netflix también se impuso en la categoría de miniseries con los reconocimientos a mejor actriz para Regina King (Seven Seconds) a la que muchos habían sacado de la carrera antes de tiempo convencidos de que esa categoría pertenecía a Laura Dern por su trabajo en el telefilm de HBO, The Tale. Pero si algo quedó claro en la ceremonia de ayer es que en la competencia televisiva se terminaron las certezas. Y que a veces pueden ganar los favoritos como en la categoria de actor de reparto que se llevó Jeff Daniels por su trabajo en el western Godless y que tal vez también puede suceder que Penélope Cruz y su vistosa interpretación de Donatella Versace en The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story pierda frente a la más sutil y menos reconocida Merritt Wever (Godless).
Claro que el programa creado por Ryan Murphy ,The Assassination of Gianni Versace: American Crime Story, tuvo su momento de gloria cuando se consagró como la mejor miniserie, un premio que quizá haya respondido más a la corrección política de la Academia que a sus propios méritos. De hecho, el propio Murphy, uno de los productores más prolíficos de Hollywood y, sorpresa de sorpresas, uno de los nuevos integrantes del ejercito de creadores de Netflix, se llevó el galardón a mejor dirección de una miniserie ganándole, entre otros, a David Lynch por su trabajo en el regreso de Twin Peaks. American Crime Story también sumó el reconocimiento a su protagonista, Darren Criss aunque los representantes latinos Edgar Ramirez y Ricky Martin se fueron con las manos vacías.
En la ceremonia las referencias a la política norteamericana se mantuvieron al mínimo y en su lugar el foco estuvo puesto en celebrar la diversidad en la televisión. Claro que todo con más ironía y sarcasmo que seriedad, un tono que aportaron los conductores Colin Jost y Michael Che, humoristas de Saturday Night Live cuyo legendario creador, Lorne Michaels se hizo cargo de la producción de la fiesta con resultados dispares. El divertido número musical de la apertura quedó en el olvido después del desperdicio de los talentos de Maya Rudolph y Fred Armisen, veteranos de SNL, que recorrió toda la gala. Lo cierto es que a diferencia de lo que sucede con los Oscar, en los Emmy las expectativas respecto a los conductores y su tarea suelen ser bastante bajas y en ese sentido Jost y Che, pasaron la prueba apenas con lo justo.
De hecho el mayor entretenimiento de la ceremonia lo aportaron los ganadores como Henry Winkler, una leyenda de la televisión norteamericana que cuando se quedó con el premio a mejor actor de reparto en comedia por su trabajo en Barry de HBO, dijo haber estado escribiendo su discurso de agradecimiento desde 1976, cuando fue nominado por primera vez. O los creadores de The Americans que recibieron el premio al mejor guión de una serie dramática y festejaron con el entusiasmo de quienes fueron injustamente ignorados por la Academia hasta llegar al límite de sus posibilidades de ganar. Lo mismo que sucedió con el protagonista de la serie de espías, Matthew Rhys, al que los votantes por fin le reconocieron el enorme trabajo que hizo en el programa. Que The Americans no haya conseguido el galardón a mejor serie dramática por su temporada final parece uno de esos errores que la Academia lamentará cuando revise su pasado.En el momento en que haga el balance de su 70a, ceremonia de entrega, esa en la que el streaming finalmente se puso a la par de la televisión tradicional y todo cambió para siempre.
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