Power Rangers: por qué cinco héroes adolescentes conquistaron la TV (y ahora van por el cine)
La serie, a pesar de sus historias sencillas y monstruos de bajísmo presupuesto, fue un éxito global que lleva 24 temporadas en el aire: este jueves llegará a la pantalla grande con una superproducción de cien millones de dólares
Haim Saban tenía que hacer tiempo en su hotel en Japón para una reunión. Era 1984 y él no entendía una palabra de japonés, pero cuando vio un programa de TV local en el que cinco adolescentes vestidos como superhéroes peleaban contra monstruos ridículos pensó que ahí había algo. “Era muy divertido. Lo primero que pensé era si podía adaptarlo para Occidente”, recordó tiempo después. Y pudo: en las dos décadas siguientes Power Rangers se convirtió en una franquicia, un fenómeno mundial que revolucionó el mercado de la TV infantil y él llegó a ser uno de los empresarios del entretenimiento más poderosos de Estados Unidos, un multimillonario que en 2016 destinó enormes fondos para la campaña presidencial de Hillary Clinton.
La serie que el magnate vio por TV se llamaba Choudenshi Bioman, la octava temporada de Super Sentai. Saban tardó ocho años en encontrar la fórmula adecuada para trasladar esta serie a los Estados Unidos. Todo comenzó a cerrar cuando Stan Lee, en 1992, le dio un VHS con material de esa ficción a Margaret Loesch, jefa de operaciones de Marvel Productions. Loesch se convertiría luego en gerenta de contenidos de Fox Kids y decidió darle luz verde al proyecto: “A nadie le gustaba Power Rangers, incluso lo odiaban, pero yo los amé con solo ver dos minutos: era algo diferente al contenido liviano al que estábamos acostumbrados a programar”.
Mighty Morphin' Power Rangers debutó en 1993 en su país y desplazó en poco tiempo a Batman: The Animated Series como el programa infantil con mejor rating en los Estados Unidos (en la Argentina se vio por Fox Kids y todavía se pueden descubrir las recientes encarnaciones de los Power Rangers, como Dino Charge y Ninja Steel, en Cartoon Network). Los juguetes y el merchandising inspirados por la serie se vendieron y se falsificaron por millones. El furor por conseguirlos hasta inspiró una película: El regalo prometido, con Arnold Schwarzenegger.
A continuación, esperando su desembarco "recargado" en la pantalla grande –con una película de 100 millones de dólares de presupuesto, estética moderna y grandes estrellas en papeles secundarios, el próximo 30 de este mes– tres claves para entender cómo los Power Rangers se reconfiguraron en un éxito improbable y global que aún continúa.
1: Es un pastiche de géneros populares japoneses y clichés hollywoodenses
Super Sentai era un pastiche de géneros populares en Japón: tokusatsu (dedicado a personas reales en situaciones fantásticas que involucran un gran despliegue de efectos visuales), kaiju (los monstruos gigantes como Godzilla), los mechas (los robots gigantes tripulados) y las películas de kung-fu que popularizó Bruce Lee. Mighty Morphin' Power Rangers, el ciclo que conocimos en la pantalla chica local, es un híbrido que reedita el material de archivo del programa japonés (cuando los Rangers están vestidos con sus trajes de colores y pelean contra monstruos) y las secuencias filmadas con actores estadounidenses en Los Ángeles. La dirección de arte debía concentrarse en que el show pareciera totalmente norteamericano: los jóvenes pendencieron usaban camperas de cuero, el dueño del bar de la ciudad ficticia de Angel Grove usaba camisa hawaiana y los Power Rangers pasaban su tiempo libre jugando al bowling. The New York Times, en 1993, calificó a la producción de la serie con un lacónico “lamentable”.
2: Las historias son simples, universales y repetitivas
En palabras de Saban, la única regla que el programa respetaba era simple: “El bien siempre debe derrotar al mal”. Los responsables de los guiones del programa tenían que revisar el material que llegaba desde Japón y eliminar cualquier indicio de cultura de ese país que no fuera un monstruo o un héroe. Los libretistas en Hollywood luego imaginaban la trama de cada episodio en base al material que tenían disponible. La historia más frecuente que se narra en la serie es aquella que se narra en la secuencia de títulos, al ritmo de la canción pegadiza “Go Go Power Rangers!”: la villana Rita Repulsa (interpretado en su versión cinematográfica por Elizabeth Banks) escapa de su prisión en la Luna y envía monstruos para conquistar la Tierra. Los Power Rangers combaten contra ellos, invocan a los zords y ganan. Fin.
3: Siempre hay un Power Ranger con el que identificarse: ¿o no?
Katy Wallin, encargada del casting de los cinco protagonistas originales de la serie, afirmó que la idea de Power Rangers era “reflejar la población de Estados Unidos: un equipo diverso, desde un punto de vista de género y de etnias”. Esta representación idealizada de la cultura de su país no obstante generó varias críticas: la elección de los actores para cada uno de los colores de los Power Rangers –fuera intencional o no– terminó reforzando los estereotipos que pretendía deconstruir. El Power Ranger negro era un actor negro; el líder rojo era blanco y “parecido a Elvis”; la chica norteamericana, gimnasta y amante de la música pop, era el Power Ranger rosa y la actriz vietnamita, experta en artes marciales, el amarillo. La nueva película busca aggiornar a los personajes al siglo XXI: ahora uno es autista y otra es lesbiana. David Yost, el actor que interpretó al Power Ranger azul en la primera temporada (el nerd, que usaba anteojos y era inteligente) tuvo que abandonar el show cansado de las burlas homofóbicas por parte de los creadores del programa. ¿Otros tiempos?
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