Polo circo, un faro cultural apagado
A la espera de su reactivación, este año apenas tuvo 31 días de actividad
"Polo Circo es una muestra de nuestro compromiso no sólo con un arte tan rico y tan dinámico como es el circo, sino también con los chicos y con los vecinos del sur de nuestra ciudad [...] Buenos Aires Polo Circo brilla hoy en el sur de la ciudad como un faro que vigoriza una zona que había sido olvidada y relegada durante mucho tiempo", decía el por entonces jefe de gobierno de la ciudad Mauricio Macri en el programa de mano de la segunda edición del Festival Internacional de Circo de Buenos Aires que tuvo lugar hace seis temporadas.
A juzgar por la actividad desplegada durante esta temporada, el faro está (casi) apagado. En los 277 días de este año, solamente en 31 hubo actividad en el predio ubicado en Combate de los Pozos y Garay, en el barrio de Parque Patricios. En febrero se realizaron seis jornadas para un ciclo de verano. En abril, 12 funciones de Tigrou. En marzo, tres funciones del espectáculo australiano A simple space. Y en mayo se realizó la octava edición del Festival Internacional de Circo de Buenos Aires. Desde el domingo 22 de mayo, última jornada de ese encuentro internacional, hasta el 17 de septiembre, Polo Circo estuvo cerrado. Tampoco abrió sus puertas durante las vacaciones de invierno el predio que hizo foco en una disciplina artística con escasas políticas públicas.
El 17 de este mes, el Ministerio de Cultura de la ciudad, del que depende Polo Circo, organizó La Noche de los Teatros. En ese predio se presentaron Improcrash, un espectáculo de Omar Calicchio; Stravaganza, y una comedia musical con Juan Rodó (así de escueta e imprecisa fue la información). De las cuatro propuestas, sólo una, Stravaganza, tiene cierto "aire" circense.
La página de Facebook del Polo Circo refleja el estado de situación. También refleja el descontento de los vecinos por la falta de actividades. En tiempos de vacaciones de invierno, muchos de ellos preguntaban por la programación a la cual estaban acostumbrados desde que el lugar abrió sus puertas, en 2009. No hubo respuestas (tampoco funciones). Un día antes de La Noche de los Teatros, algunos de los que viven frente a las carpas preguntaban a otros vecinos a qué se debía el sorpresivo movimiento. Al parecer, no había cartelera que les informara que allí iban a tener lugar varias actividades.
Diego Pimentel es el director del Cultural San Martín, de quien depende Polo Circo. Consultado por LA NACION, explica: "Tuvimos muy poco presupuesto asignado, algo más de cuatro millones de pesos. Lo recibido ya se ejecutó. Para su funcionamiento hace falta mayor compromiso presupuestario. Desde la asunción de Ángel Mahler como ministro de Cultura, hay un interés muy importante en reactivar el polo y estamos trabajando para que el año próximo tenga una programación en verano, se realice la nueva edición del festival y haya actividades durante las vacaciones de invierno".
Al finalizar la novena edición del Festival Internacional de Circo, el presupuesto se acabó. Nada indica que la situación cambie a lo largo del año. Pimentel aclara que el lugar pasará a tener un fuerte protagonismo en propuestas que están más allá de las artes circenses. Ya fue una de las sedes de La Noche de los Teatros y lo será de La Noche de la Música. Seguramente, también del Festival Buenos Aires Danza Contemporánea.
Según la página oficial, Polo Circo cuenta con su director técnico y con un equipo propio de producción. No da cuenta de su director artístico. Hasta diciembre del año pasado, en tiempos de la anterior gestión, esa tarea estuvo a cargo de Gabriela Ricardes, quien pasó de la dirección del Cultural San Martín al Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos. Ella fue la creadora de este proyecto y la directora del festival de circo contemporáneo que, en estos años, posibilitó al público local tomar contacto con las experiencias más renovadoras y experimentales.
A Diego Pimentel le gustaría que Ricardes continuara a cargo de la curación del Festival Internacional de Circo y que trabajara junto a un consejo asesor que estuviera a cargo de la selección de los grupos nacionales. También imagina realizar tareas en conjunto con la Nación para que los elencos extranjeros puedan hacer giras por el interior. Pero para eso falta.
Para lo que resta del año, más allá de hechos puntuales con una programación por fuera de las artes circenses, las carpas seguirán cerradas. A lo sumo, las escuelas de arte circense realizarán sus muestras de fin de año. El faro está (casi) apagado.