Phoebe Waller-Bridge logró deslumbrar con su sensibilidad indie a Star Wars
La actriz y guionista británica se anotó un éxito con sus series Fleabag y Crashing, ambas disponibles en nuestro país, el año próximo se mudará a los Estados Unidos para escribir una serie en la que Sandra Oh será una asesina a sueldo y también debutará en cine con un personaje misterioso en la película sobre el joven Han Solo
Uno de los títulos más esperados de 2018 es la película de Star Wars sobre Han Solo que, como todos los títulos de la saga, se filma en un casi completo secreto que, muy lentamente, se permite revelar pequeños detalles. Y, cada tanto, una enorme sorpresa: cuando se conoció la foto de inicio del rodaje, entre sus estrellas confirmadas ( Alden Ehrenreich como el joven contrabandista galáctico) hay algunos nombres fuertes del mundo de las series como Emilia Clarke de Game of Thrones; Donald Glover (que brilló en Community y sorprendió en Atlanta), y Thandie Newton, que parece haber obtenido fama global con Westworld (actualmente puede vérsela en la británica Line of Duty) luego de una larga carrera en el cine. Y entre ellos, una desconocida a punto de dejar de serlo: Phoebe Waller-Bridge ¿Su personaje? Nada se sabe, salvo que podría ser creado a través de la tecnología de captura de movimiento.
A esta londinense de 31 años, grandes gestos y risa desbordada vale la pena seguirla de cerca. Con el desembarco de Amazon Prime Video en la Argentina, la serie Fleabag –en la que una joven en bancarrota económica y sentimental atraviesa a los tumbos el duelo de la pérdida de su mejor amiga y socia– se erigió como uno de los contenidos más interesantes del aún incipiente servicio de streaming. Luego de escribir la serie, delante de cámara y mirando hacia el lente sin pudor -el pudor no parece ser algo que se pueda interponer en sus personajes-, en pocos minutos y como un tsunami atraviesa la pantalla a fuerza de diálogos imprevisibles, pura voracidad sexual a flor de piel y una tristeza incalculable. Por la primera temporada recibió un Bafta por su actuación; la segunda está anunciada para 2018.
Crashing, recién llegada a nuestro Netflix, es otra de las producciones que llevan su firma, su sello personal y su rostro en la pantalla. La ficción encierra en unos cuantos metros cuadrados a seis jóvenes que nada tendrían que ver en otro contexto pero que arman un combo perfecto puertas adentro (al menos para el que los ve desde afuera, claro). Se trata de un viejo hospital loteado en habitaciones más o menos improvisadas es el hogar que (en general por descarte) eligen todos ellos. Lulu (Waller-Bridge) llega a Londres para revolucionar la vida de su amigo de la infancia Anthony, que está comprometido con Kate, quien parece ser el opuesto exacto de la protagonista. Una artista plástica de acento francés, un chico tímido y adorable que está empezando a salir con el que -solo parece- es el hombre de sus sueños, y un muchacho que vaga entre las fiestas y el llanto, completan el sexteto.
¿Quién quiere ser una heroína?
Puede comprarle un vibrador a su hermana y después amenazar a su cuñado sorprendiéndolo en la ducha con un cuchillo, o deslizarse en el suelo repleto de curry justo después de cantar las canciones más inapropiadas: dónde y cómo sea, Phoebe llegó para incomodar y quedarse.
Sin embargo, y a pesar de que su comedia funciona perfectamente, sus personajes no dejan de mostrar un trasfondo oscuro, oculto e incluso algo infantil. Waller-Bridge se mueve entre lo hilarante y lo trágico con una destreza formidable y en esa capacidad de malabarista está su mejor desempeño.
Sus personajes son adorables, pero no hay nada demasiado heroico en ellas. Incluso practican la negligencia con una maestría espeluznante. Tanto Fleabag como Lulu –sus personajes en ambas series– tienen un buen corazón, aunque éste se encuentra cercado por toda clase de barreras emocionales, y toda la sensibilidad que tienen para descubrir los profundos y secretos deseos ajenos se transforma en una bola de incomodidad y comentarios desafortunados cuando de lo propio se trata.
En sus guiones e interpretaciones parece decidida a representar a personajes que están alrededor de los 30 y ven la adultez casi como una desgracia que les cayó encima, esos que ni son ni se ven tan espléndidos en cócteles ni controlan las sonrisas en eventos sociales. Sus personajes están rotos, son hermosamente desprejuiciados y saben poquísimo de normas (algo interesante para una serie como Crashing, que comparte nombre con la ficción producida por Appatow para HBO).
2018: agenda completa
Además de Han Solo y la segunda temporada de Fleabag, para el próximo año Waller- Bridge ya tiene otra creación en marcha en la que, después de Grey’s Anatomy, Sandra Oh volverá a la pantalla. Será una de las dos mujeres asesinas enredadas en una trama de gato y ratón en un drama de ocho episodios para BBC America llamado Killing Eve. Como showrunner y productora ejecutiva, habrá que ver cómo Waller-Bridge logra dejar su sello en un formato que, a priori, parece diferenciarse de sus proyectos anteriores.
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