Phia Ménard o la sinfonía del viento
Vortex, por la Compañía Non Nova / Dramaturgia: Jean-Luc Beaujault / Dirección general: Olivier Gicquiaud / Intérprete:Phia Ménard / Dirección artística, coreografía y escenografía: Phia Ménard. música:Ivan Roussel sobre obras de Claude Debussy / Iluminación: Alice Ruest y Olivier Tessier / Vestuario: Fabrice Ilia Leroy / Dirección del viento: Manuel Menes / Sala: Tecnópolis, Av. General Paz, casi Av. Constituyentes / Función: hoy, a las 19.30 / Nuestra opinión: muy buena
Una especie de momia informe o golem que se asume como creador de criaturas etéreas inicia el movimiento de la transformación como un proceso sin fin, de rumbos cambiantes, de creación y destrucción constante. De conflicto entre lo que fue y lo que va siendo. Phia Ménard, la artista trans francesa que dirige la Compañía Non Nova, traza sobre un escenario circular y de fuerte dinámica vertical un recorrido fantástico a través de sucesivas capas del ser.
Con el recurso del viento como pulso vital anima a partir de simples bolsas de plástico una miríada de pequeños personajes que al tomar aire cobran cuerpo y vida, se lanzan a una danza que se eleva en el espacio. El artificio está a la vista: un círculo de ventiladores bordea el escenario y genera la invisible coreografía de los vientos. Pero resulta irrelevante tratar de entenderlo a la luz de la maravilla del movimiento que anima, de esas figuras plásticas angelicales e infantiles. Y también temibles y por momentos monstruosas.
En el medio de ellas, el personaje encarnado por Phia Ménard lucha contra sus propias criaturas cuando éstas la apabullan, se deshace cual crisálida de su capullo y se encuentra con que éste se vuelve en su contra como sombra mortífera. También pare un tornado que la envuelve en su movimiento ascendente. Uno puede llegar a esperar que el aire no sólo llevará a volar a los personajes de plástico, sino que en cualquier momento, a medida que se aligera de sus envoltorios y toma nuevas formas su cuerpo, la misma Phia despegue sus pies del suelo.
En Vortex lo plástico es expresión de esas latencias de transformación que son un eje central del repertorio de la compañía Non Nova, que trajo a Buenos Aires también otras dos obras, L'après-midi d'un foehn y P.P.P., ambas vistas aquí hace unos años en Polo Circo y aptas para chicos a partir de 4 y 10 años, respectivamente. La búsqueda por realizar ese potencial es parte de la identidad de Phia Ménard, pero apela a la experiencia vital de todo ser humano, en esa trayectoria que se inicia con el nacimiento. La cuestión es, parece decir, darse cuenta, estar atento, percibir, vivir ese devenir.
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