Peter Gabriel, más que un músico
El artista inglés se presentará el domingo próximo por tercera vez en nuestro país en el estadio de Vélez Sarsfield; mirá un recorrido de su carrera en video
Nadie en Surrey, un condado del sudeste de Inglaterra, hubiera imaginado allá por 1950, que una estrella de la música mundial iba a nacer y crecer ahí. Los Gabriel, una familia acaudalada y de larga estirpe en la isla, probablemente tampoco. Pero el 13 de febrero de ese año, inexorablemente llegó, y consigo trajo a Peter. Peter Gabriel.
"Tenía 19 años y la grabación de aquel álbum es un poco como los recuerdos de tu infancia. Todavía íbamos a la escuela y hasta se podría decir que el disco fue como uno de esos proyectos de la secundaria," contó a LA NACION, recordando el 7 de marzo de 1969, día del debut en las disquerías de From Genesis to Revelation, el primer álbum de la banda formada por Peter, Tony Banks, Mike Rutherford y John Silver. Génesis, grupos memorables si los hay, se convirtió en un éxito y tras seis años de convivencia y muchos hits, su ciclo concluyó. Aunque para Peter era sólo el comienzo. Todavía tenía mucho que hacer como solista. Y lo hizo.
En 1975 lanzó su primer álbum, Peter Gabriel, que iniciaría una tetralogía de discos a los que se rehusaba cambiar el nombre en pos de evitar las etiquetas y trabajar sobre el concepto. Es por eso que cada uno de los cuatro Peter Gabriels tiene su especificidad y característica diferencial.
Con su carrera solista surgieron los exorbitantes espectáculos que empezaron a montarse para promocionar sus discos. Además del histrionismo y ángel propios de un carismático como Gabriel, cada show significaba una puesta en escena que combinaba lo teatral y lo lúdico con su música.
Así, entre tantos tours alrededor del mundo, cayó en nuestro país para deslumbrar al público local en 1988 de la mano de la gira organizada por Amnesty International. Pero lo dejó con ganas de más, y en 1993 retornó con innovaciones y nuevo disco.
Por otro lado, mientras el mundo esperaba con ansias sus giras monumentales, el artista optó por inmiscuirse en el mundo del cine. El séptimo arte tenía muy bien reservado su lugar para catapultarlo al reconocimiento masivo, y así fue que en 1984 llegó la posibilidad de hacer la banda sonora de la película Birdy. Si bien no tuvo gran trascendencia en su momento, sirvió para dejarlo en el preludio del éxito en éste ámbito. Su primer Grammy llegó poco tiempo después, en 1989 con Passion, el disco que contiene la banda sonora de la película La última tentación de Cristo, de Martín Scorsese, por la cual también fue nominado al Globo de Oro.
Luego, en 2002 volvería a inmiscuirse en la pantalla grande con Long Walk Home: Music from the Rabbit-Proof Fence ( Cerca de la libertad ) de Phillip Noyce.
Mucho más recientemente, el pasado febrero, su canción para la multipremiada película animada de Disney Pixar Wall-E estuvo nominada al máximo galardón de la Academia.
Paralelamente al desarrollo de su actividad artística, Gabriel ha tenido gran participación en cuestiones que atañen a la responsabilidad y el compromiso social y a la convivencia en las ciudades, llegando a crear una organización: Witness, dedicada a la lucha por los Derechos Humanos en todo el mundo.
Además, fanático de la tecnología, Peter se ha mantenido siempre a la vanguardia, aplicando cada adelanto en materia de comunicación al servicio de su música y de su arte.
Así, fue el primero en producir un cd interactivo de rock, uno de los pioneros en comercializar los videos de las giras en DVD, e incluso se enfrentó a las compañías discográficas promoviendo abiertamente el uso de las páginas web para descargar los discos completost. No sólo no criticó este acto de piratería sino que hizo un aporte económico para la realización de una página destinada a brindar la posibilidad de descargar el contenido gratuito: The Filter ( www.thefilter.com ), tal es el sitio en el que músicos y seguidores se conectan para intercambiar música sin intermediarios.
Tras una espera que se extendió por 16 largos años, el ex Génesis llega a la Argentina nuevamente y la expectativa es grande. Los comentarios acerca de la magnificencia de sus shows han recorrido el mundo desde los albores de su carrera solista: espectáculos que mezclan imponentes escenarios, luces hasta en sus trajes, complicados dispositivos escenográficos que se desplazan por doquier, gigantes burbujas en las que por arte de magia ingresa el cantante, y por supuesto toda la lista de sus clásicos para ser aclamados por un público que no puede dejar de mirar, y admirar.
Los argentinos tendrán la ocasión el domingo próximo de vivir el espectáculo Gabriel. Ese que no se compra en una disquería. Ni se repite cada vez que uno quiere con sólo poner play. Más que escuchar música, es verlo en vivo.
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