El actor es protagonista de Más barato por docena, una nueva versión del popular largometraje familiar que se encuentra disponible en Dinsye+
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Zach Braff es un intérprete que pudo utilizar la televisión como trampolín. El éxito del que gozó al frente de la sitcom Scrubs, le permitió concretar otros proyectos largamente esperados, como su ópera prima Tiempo de volver. Con el paso del tiempo, se mantuvo muy cerca de las comedias (aunque actualmente se sienta más inclinado al drama), y por ese motivo su nombre fue una elección casi natural para estar al frente de la nueva versión del clásico familiar Más barato por docena.
En una entrevista exclusiva con LA NACION, el actor habló sobre ese film, el vínculo laboral que lo une con su pareja, Florence Pugh, y por qué Scrubs es un universo al que siempre está dispuesto a regresar.
-¿Qué fue lo que te atrajo de este proyecto?
-Inicialmente, fue muy importante, desde luego, que la actriz Gabrielle Union y el guionista Kenya Barris quisieran que yo estuviera en la película, eso me entusiasmaba y me honraba. Creo que Kenya es alguien muy talentoso. Nunca había hecho una película familiar antes, solo había sido la voz de Chicken Little aquí en Estados Unidos, pero más allá de eso mis ficciones siempre apuntaron al público adulto. Entonces quería hacer algo de comedia, y cuando leí este guion, me encontré riéndome en todas las páginas, y por eso pensé: “Quiero estar en una película para toda la familia, quiero que los chicos puedan reírse, y que sus padres también se diviertan, que haya cosas divertidas para ambos públicos”. Y me gustó pensar en que si me sentara a ver este largometraje con mis sobrinos, todos íbamos a divertirnos.
-¿Por qué creés que el público no deja de entusiasmarse frente a estas historias sobre familias numerosas?
-Creo que, en esencia, estas son versiones exageradas de lo que realmente le sucede a la gente. Sin importar el tamaño de cada familia, los adultos que tienen hijos, luchan por lograr un equilibrio entre sus carreras, y ser buenos padres y madres. Con respecto a los niños, ellos ven estas películas y fantasean sobre cómo sería tener un montón de hermanos y hermanas. Hay algo de realidad exagerada que es divertida, porque un adulto que ve este film quizá piense: “¿Puedes imaginarlo? Nosotros lidiamos con dos chicos, ¿pero y si tuviéramos diez, más un perro, y dos ex parejas?”. Entonces esa realidad maximizada le encanta a la gente, les resulta divertida.
-Hay una regla no escrita en el cine, sobre no trabajar con niños o animales, y acá vos actuás con un montón de chicos, ¿cómo fue esa experiencia?
-Desde luego que tuvo sus dificultades. Es entretenido estar rodeado de niños, son divertidos, muy cariñosos y astutos, pero por otra parte, tenías por ejemplo a los mellizos, que todo el tiempo querían jugar y pelear. Había momentos en los que estábamos haciendo exteriores, y quizás éramos quince intérpretes en una sala, y recuerdo mirar a mi alrededor y decirle a Gail Lerner, la directora: “Me alegra tanto no estar dirigiendo esto, ¡porque es un caos!”.
-Antes de hacer ese film, ¿viste las versiones anteriores, la de Steve Martin y la de Clifton Webb?
-No, la de Clifton no la vi, y cuando salió la de Steve Martin ya era grande como para estar en el público al que apuntaba. La verdad es que no quería que el enorme Steve Martin estuviera en mi cabeza cuando hiciera esto, pero hay que destacar que el personaje al que interpreté tiene un perfil muy distinto al de los films anteriores.
-Vos no tenés hijos, pero interpretar a un padre de tantos chicos, ¿te hizo pensar en la paternidad?
-Desde luego. ¡Claro que no sería padre de diez! Pero sí me gustaría tener uno o dos.
-¿Qué fue lo que más disfrutaste de esta experiencia?
-Bueno, a lo largo de esta pandemia, el mundo estuvo encerrado durante mucho tiempo y en ese contexto, siendo actor, no tenés posibilidad de trabajar y hacer reír a la gente. Entonces me sentí tan agradecido solamente por el hecho de estar en un set de rodaje, y tan agradecido de encontrarme con gente tan talentosa. Mi compañera de elenco, Gabrielle Union, es maravillosa, y me hacía muy feliz pasar tiempo con ella y con todos estos chicos. Filmar en medio de una pandemia, significaba que había días muy duros, en los que teníamos el ánimo muy abajo, pero los niños nos traían una energía muy linda, ¡eran como serotonina pura! Para casi todos ellos fue su primera película, y no podían creer estar ahí, colaborando en un proyecto de Disney. La verdad es que formamos una comunidad hermosa.
-Me gustaría preguntarte sobre la nueva película que estás dirigiendo, A Good Person, que protagoniza tu pareja, Florence Pugh. ¿Cómo es trabajar con ella?
-Creo que es una actriz extraordinaria, de las mejores de su generación. Florence puede estar en cualquier tipo de proyecto, en algo de época o en algo moderno, y brillar siempre. Y no veo la hora de que la gente vea la gran actuación que entregó en A Good Person, donde trabaja codo a codo junto a Morgan Freeman. Es un film que trata sobre una amistad que nace entre ambos personajes, a partir de una dura tragedia. Sé que no puedo ser objetivo con esto, pero veo la película y no puedo creer el nivel de talento. Y también quisiera destacar a Morgan, que hacía años no brindaba una performance de este tipo. Claro que la historia también tiene un lado vinculado al humor, a través del personaje de Molly Shannon. La verdad es que estoy muy entusiasmado con este film, que ya se encuentra en etapa de post producción.
-Es imposible no preguntarte por Scrubs, una sitcom que mantiene su popularidad entre viejas y nuevas generaciones, ¿fantaseas con la posibilidad de algún tipo de reunión?
-Estamos haciendo un podcast con Donald Faison que se llama Falsos doctores, verdaderos amigos, en donde vemos viejos episodios y bromeamos sobre ellos. Es algo muy divertido, y es un podcast que ganó mucha popularidad en todo el mundo. Pero en términos de realizar algo concreto, desde luego que estoy abierto a esa posibilidad. El creador de esa ficción, Bill Lawrence, también es el responsable de Ted Lasso y con esa comedia está teniendo un gran éxito. Pero desde luego que sí, si Bill está involucrado, me encantaría volver a Scrubs y hacer una temporada limitada, una película, o algo por el estilo.
-Volviendo a Más barato por docena, ¿cuáles fueron los principales desafíos al interpretar a Paul Baker?
-Creo que bailar fue el gran reto (risas). No soy un gran bailarín, y tuve que aprender todas esas coreos de TikTok. Y desde luego trabajar con tantos chicos no fue algo menor, me divertí mucho, pero también significó un reto. No era fácil establecer el plano con los más pequeños, mantenerlos en su lugar. Realmente fue todo muy elaborado.
-¿Y te gustaría volver a actuar junto a tantos niños y niñas alrededor tuyo?
-¡Desde luego! Si la película funciona bien y se pone en marcha una secuela, me encantaría hacerla. Disfruté mucho trabajar con todas las personas que estuvieron involucradas en este proyecto, así que si Disney le da luz verde a otro film, estaré encantado.
Más barato por docena se encuentra disponible en Disney+.
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